SI no le protege la Ertzain-tza no sale vivo", comentaba un muy enfadado aficionado albiazul mientras abandonaba el estadio de Mendizorroza. La indignación en la grada fue generalizada. "Me voy cabreado, muy cabreado", indicaba otro forofo albiazul al abandonar el estadio del Paseo de Cervantes.
Los motivos de su tremendo disgusto eran varios, aunque principalmente la mayoría de ellos estaban centrados en la labor arbitral. "Si es que casi no se puede decir nada", aseguraba otro hincha babazorro con cierta resignación. "Me cagüen sus muertos", apuntaba otro subiendo el tono de las críticas hacia el colegiado aragonés.
La rabia se podía ver en los rostros de los seguidores albiazules mientras abandonaban el campo. Muchos de ellos, debido al tremendo cabreo que llevaban encima, no tenían siquiera ganas de hablar. "¿Qué cómo estoy? Pues muy mal, cómo voy a estar con lo que se ha visto aquí, ya me contarás", aseguraba otro".
LA MEJOR ENTRADA Todos ellos pudieron mostrar su rabia al término del choque. La pitada a Javier Muñoz Caravaca fue tremenda. Tal fue el grado de irritación en una poblada grada de Mendizorroza, que por cierto ayer registro su mejor entrada del curso con 9.496 espectadores de los cuales casi 2.000 procedían de Miranda, que el trencilla tuvo que ser escoltado por la Ertzaintza hasta el túnel de vestuarios. "Lamentable, ha estado lamentable. Es que casi no se puede decir nada", aseguraba un más que molesto fiel babazorro.
Eso sí, los jugadores tampoco se salvaban de sus dardos. "Hay algunos que han tenido muy poca cabeza. Es inexplicable lo que han hecho", aseguraba otro hincha albiazul, mientras salía a la carrera del campo del Paseo de Cervantes. Para el entrenador también hubo quejas. Ése fue el caso de el joven seguidor Xabi Lafuente. "Con todas las lesiones que hay, no se puede permitir que el equipo se quede con siete. Que se ha hecho desde el banquillo para evitarlo. Nada. Pereira no puede seguir aquí. Si el presidente no le echa, que él tenga la valentía para dimitir y se marche, porque así no se puede seguir", apuntó este fiel aficionado babazorro con cierto enfado.
Al menos, los hinchas del Mirandés salieron contentos. Fueron los únicos. Algunos de ellos como Sonia Castrillo y Roberto González, que disfrutaron del duelo junto a amigos del Alavés en la Tribuna Principal, demostraron que aunque durante 90 minutos fueron rivales puede existir buena sintonía entre ambas aficiones.