Qué mejor manera de poner el broche a las fiestas de todos los alaveses que con la tradicional visita al Santuario de Estíbaliz. La patrona acogió este 1 de mayo a millares de visitantes que se acercaron hasta la joya del románico del País Vasco, donde se aloja la talla medieval de la Virgen de Estíbaliz, patrona de Álava.
Ni el fuerte viento que sopló durante buena parte de la mañana ni la amenaza de lluvia frenaron a los alaveses en su tradicional peregrinaje. Unas nubes, por cierto, que se disiparon ligeramente con el paso de las horas, dando paso a un sol que apareció tímidamente hacia las 11.00, aunque no llegó a deslumbrar como lo hizo días antes en Armentia. Aun así, hubo quien se atrevió a desprenderse de la ropa de abrigo, eso sí, con una buena botella de sidra en mano.
Este año se celebró la sexta edición de la Feria de los Desagravios, que ha revitalizado la festividad de Estíbaliz desde que Álava Medieval la reactivó. De 9.00 a 16.00, quienes se acercaron al entorno del santuario pudieron conocer de primera mano a productores y agentes locales a través de puestos de artesanía, gastronomía y cultura.
Desde primera hora
Los visitantes más madrugadores llegaron alrededor de las 9.30. A esa hora, los feriantes ultimaban los detalles de unos puestos cuidados al milímetro, donde se ofrecía un gran abanico de productos para todos los gustos. Tiendas que ofrecían quesos, setas, hongos, dátiles, frutas escarchadas, tomates, ajos… También dulces, pastelería, mieles, galletas. A la entrada, bisutería, bolsos, utensilios de cocina hechos a mano y de kilómetro cero, así como jabones, pañuelos festivos o bisutería elaborada con papel. En definitiva, no faltó de nada para quienes se acercaron a disfrutar del ambiente.
Uno de los puestos destacados fue el de María, de Uzanza Editorial, que se trata de una pequeña editorial tradicional independiente de Kuartango. Fue su cuarta participación en Estíbaliz, donde promocionó obras de autores alaveses y vascos. “Todas las ferias alavesas me gustan porque muchos de mis autores son de aquí”, explicó. Subrayó que estas ferias “son importantes” para dar visibilidad a escritores locales, sus libros e incluso a la historia de Álava.
También destacó el puesto de Milcositos, de la artista Silvia, quien crea joyas y cuadros decorativos con tiras de papel de colores. “Empecé como un hobby”, recordó, tras inspirarse en un PowerPoint sobre un artista que hacía cuadros gigantes con papel. Fue su primera vez en Estíbaliz y quedó encantada con la experiencia. Ante el escepticismo de algunos sobre la durabilidad de sus piezas, recalcó: “La gente duda porque es papel, pero si lo tocas, está duro, es resistente”.
El programa arrancó con el XXX Concurso de Pintura Rápida al Aire Libre, que llenó el paisaje de lienzos. Los más pequeños disfrutaron del clásico taller de pintacaras, mientras las sociedades gastronómicas se pusieron en marcha con el XXXI Concurso culinario a base de patata alavesa.
El talo, en familia
A la hora del almuerzo, el talo fue la estrella. Amaia, de Agurain, e Izaro, de Dulantzi, repitieron como cada año. “Solemos venir a ver los campeonatos de dantzas, a comprar cosas y disfrutar del ambiente. Se ve bastante juventud”, comentaron entre bocado y bocado.
La mayor afluencia se registró entre las 11.00 y las 13.00, cuando la cuesta desde el aparcamiento –repleto en aquel momento– hasta el santuario se llenó de gente. Eso sí, tal y como marca la tradición, hubo gente que llegó a Estíbaliz por la vía verde del Ferrocarril Vasco-Navarro tanto en bicicleta como a pie. El recorrido se animó con una kalejira con música y con el colorido de los puestos.
A las 11.00 se celebró una misa con la Asociación Coral Gurasoak de San Viator, que llenó la iglesia. A las 12.00 tuvo lugar una segunda misa en lengua de signos, demostrando una vez más el carácter inclusivo de esta festividad.
Exhibición de esgrima
La oferta cultural no se quedó atrás. A media mañana, la exhibición de esgrima permitió al público conocer este deporte en un ambiente distendido, con bromas y algún pique entre los participantes, incluso sin daga.
Pasado el mediodía, el turno fue para la exhibición de Herri Kirolak. Iker Sojo, Jon Marijuan, Eider García Durana y Sara Jiménez de Aberasturi sorprendieron con levantamiento de piedras; Jokin Larrieta y Kimetz Alzola hicieron lo propio con el corte de tronco. A las 12.30, en el centro de acogida, se celebró el XXXII Campeonato de Aurresku y Baile al Suelto de Euskadi, que congregó a numerosos espectadores.
Hacia las 14.30, tras el espectáculo de teatro itinerante Al otro lado, tuvo lugar el reparto gratuito de comida popular, que consistió en un plato de carne guisada con patatas. Los talos, por su parte, volvieron a acaparar colas interminables en los tres puestos que los ofrecían. Ya por la tarde, la jornada concluyó con el VI Torneo de Bolo Alavés, la entrega de premios del concurso de pintura y la animación infantil de Matraka Ma Non Troppo.