Un apagón total da paso a una nieve letal que acaba con todo aquel que tiene contacto con ella. Así se puede resumir la esencia de la serie argentina El eternauta, adaptación de la novela gráfica homónima de ciencia ficción del autor Héctor G. Oesterheld que se publicó en 1957.
La producción de Netflix, que cuenta con el gran atractivo de estar protagonizada por el siempre excelso Ricardo Darín, es fruto de dos años de desarrollo y escritura de guiones, cuatro meses y medio de preproducción, casi cinco meses de rodaje en más de 50 localizaciones reales y una treintena de escenarios virtuales y más de un año y medio de post producción. Todo esto para una primera temporada de seis episodios en los que era imposible abarcar todo el contenido de la novela original, por lo que ya se sabe que la producción tendrá una segunda temporada.
Más detalladamente, El eternauta nos sitúa en “una noche de verano en Buenos Aires. Una misteriosa nevada mortal acaba con la mayor parte de la población y deja aisladas a miles de personas. Juan Salvo (Darín) y sus amigos inician una desesperada lucha por la supervivencia. Todo cambia cuando descubren que la tormenta de nieve tóxica es tan sólo la primera fuerza de choque de un ejército de otro planeta que está invadiendo la Tierra. La única manera de mantenerse vivos será resistir y luchar juntos. Nadie se salva sólo”.
Ricardo Darín, intérprete de títulos como El padre de la novia, Luna de Avellaneda o Truman, afronta con El eternauta su primera incursión en el mundo de la ciencia ficción. “Es raro, algo nuevo. Me sorprendió mucho el uso de la tecnología aunque es difícil trabajar con pantallas digitales. Estás supeditado a cosas que van a aparecer después y no tienes herramientas al alcance de tu mano en el momento de trabajar”, afirma.
Comunidad frente a individuo
En una entrevista concedida a Europa Press, Darín afirma que la historia de la serie es “muy icónica y muy argentina” y que el espectador va a encontrarse con “situaciones estereotipadas o fantasiosas pero con una carnadura bastante humana, bastante creíble. Sobre todo teniendo en cuenta que hemos asistido a diversos acontecimientos en los últimos tiempos que nos hacen pensar que las cosas son más posibles o probables de lo que nosotros nos imaginábamos”.
El intérprete argentino argumenta que El eternauta nos enseña, como ha hecho la pandemia de la covid, la manera en la que los humanos afrontamos grandes desafíos y afirma que “ante el individualismo y la ilusa sensación de que quien cuida su parcela está a salvo de todo”, lo que triunfa es “el héroe colectivo, la fuerza de la comunidad”.
Darín insiste, y lamenta, que “la humanidad parece ser la única especie que necesita que le recuerden permanentemente cómo deberíamos comportarnos en comunidad, porque no terminamos de entender muy bien cómo es cuidar el planeta, nuestro hogar, nuestra especie, no agredirnos entre nosotros”.
Por todo ello, llama a “no censurar nuestras sensibilidades para no convertir en normales situaciones que no deberían serlo”.