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Destino: La Virgen Blanca

Vitoria-Gasteiz se prepara para unos días intensos, en los que la fiesta, el encuentro y el disfrute se ponen al volante

Destino: La Virgen BlancaDNA

El coche se detiene en las cercanías de la capital alavesa. Su conductora ha visto desde lejos el cartel y según se ha ido acercando, se le han puesto los ojos como platos. No se lo puede creer. Pero sí, el que está pidiendo ayuda para llegar a Vitoria-Gasteiz es Celedón. Tiene que llegar puntual para estar este lunes en la plaza de la Virgen Blanca. Sin él no pueden empezar las fiestas de la ciudad. El reloj sigue su curso. 

Celedón llegando a la capital alavesa y poniéndose en forma para la bajada.

Iñaki Kerejazu se presta con el mejor de los ánimos y la mayor de las sonrisas para el pequeño juego que le plantea DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Por eso no duda en convertirse en un singular autoestopista que busca transporte para las fiestas. Su destino, es la plaza de la Virgen Blanca. Allí, a las seis de la tarde, todo va a comenzar. Por delante, unas jornadas intensas en las que el protagonismo será para la diversión, el encuentro y el disfrute. Debe serlo, de hecho. El único deseo en estos momentos, tanto de Celedón como de cualquier otra persona, pasa por vivir unos días en paz. Parece fácil decirlo, pero...

Se van a establecer once controles de acceso a la Virgen Blanca en los que se impedirá la entrada con vidrio u objetos prohibidos

Vestido de forma impecable, Celedón se prepara con ahínco. También hace sus particulares ejercicios de entrenamiento en la plaza donde este lunes todas las miradas estarán puestas en él. Se oyen gritos de ánimo para el esforzado atleta de la fiesta. El cable que sale de la torre de San Miguel está colocado desde el pasado miércoles y han llegado esos minutos siempre especiales en los que bajar a pie de calle para dar inicio a las fiestas.

De nuevo Kerejazu sonríe ante el reto. En realidad, la persona que por segundo año consecutivo va a encarnar al personaje está, de por sí, en muy buena forma. No en vano, el reto de recorrer el camino hacia la balconada tiene su aquel. Entre miles y miles de personas, entre gritos y cánticos, llegará el momento más importante del año para Celedón. El cohete que lanzarán Gigantes y Cabezudos, Celedones de Oro y la Cofradía de la Virgen Blanca dará paso a un programa intenso que se desplegará hasta el día 9.

Iñaki Kerejazu encarna por segundo año consecutivo a Celedón y lo hace preparándose a conciencia para lo que le espera

Es evidente que tanto los problemas y dificultades individuales como sociales, económicos y políticos –cercanos y lejanos en lo geográfico– no van a desaparecer durante estos días. Pero es necesario darse un respiro. Reír, bailar, compartir, charlar, encontrarse, disfrutar... no es necesario, es imprescindible. Cada persona vivirá la fiesta a su manera. Como pueda y como quiera o le dejen. También quienes estén lejos de la capital alavesa. Celedón llama a todo el mundo, a quienes se quieran subir a ese coche que ya se acerca a la ciudad para detenerse cerca de la plaza de la Virgen Blanca. Las seis de la tarde ya están más cerca. El cohete subirá al cielo desde el que él bajará mientras la Banda Municipal de Música empieza a poner los primeros sonidos de La Blanca.

Celedón llegando a la capital alavesa

Accesos

Se espera, según los cálculos de las autoridades, que unas 35.000 personas estén de manera directa en la plaza, aunque también habrá miles repartidas en otros puntos cercanos como la plaza Nueva, donde cada año se cita más gente. Cabe recordar que se van a establecer once controles de acceso en los que se impedirá la entrada con vidrio u objetos prohibidos. También se controlará la evacuación del espacio cuando todo termine, sobre todo para que los efectivos de limpieza puedan desarrollar su trabajo en las mejores condiciones.

Parece, además, que el tiempo va a acompañar a la capital alavesa en este arranque festivo. Muchos restaurantes están llenos desde hace tiempo para acoger a familias y amigos en unas horas previas en las que las calles empezarán a llenarse, aunque son muchas las personas a las que este lunes laborable no les va a quedar más remedio que trabajar, por lo menos a la mañana. Eso sin perder de vista a quienes, en distintos ámbitos, desde el sanitario hasta el hostelero, no solo no van a detener su camino estos días, sino que, lo más seguro, van a tener más trabajo que de costumbre. En esto, como en todo, el respeto y la educación son indispensables. Ellos y ellas merecen tener unas fiestas en paz.

Son cientos los actos programados durante estos días. Incluso cuando Celedón vuelva a subir a los cielos seguirán escuchándose los ecos de las fiestas. La intención es llegar a todos los públicos posibles con conciertos, barracas, representaciones teatrales, bertsos, herri kirolak, monólogos, goitiberas, bailes, pasacalles... Aunque al final, cada persona vivirá en las calles y las plazas su particular agenda festiva, esa que no aparece en ningún programa oficial y en la que, en muchas ocasiones, la sorpresa y la improvisación marcan la senda. Es el momento de celebra y de compartir, y hacerlo desde el máximo respeto. Celedón llega a su destino. La plaza de la Virgen Blanca espera. ¡Felices fiestas! Jai zoriontsuak!