El viñedo propio de Viñedos del Contino, bodega ubicada en la localidad de Laserna (Rioja Alavesa) y propiedad de CVNE, Compañía Vinícola del Norte de España, es el primero del Estado que cuenta con el certificado ZERYA, un sello que asegura el residuo cero en los productos hortofrutícolas y que supone una garantía de calidad y un procedimiento de elaboración responsable y comprometido con el entorno.
ZERYA es una marca de calidad que lleva años investigando para elaborar sistemas de producción que garanticen productos del campo libres de cualquier residuo de pesticidas que sobrepase los 0,01 partes por millón, que es el límite máximo de detección analítica y supone la mayor exigencia posible en el mercado europeo.
Para conseguir la certificación, Viñedos del Contino comenzó en 2022 un proceso que ha incluido la realización de prácticas agrícolas sostenibles y de prevención y controles biológicos y el uso racional de los productos fitosanitarios, antes de someterse a la entidad de certificación independiente que ha realizado auditorías y análisis periódicos previos a la concesión del sello.
Sistema de producción sostenible
“Para el equipo técnico de CVNE supone un gran esfuerzo por la novedad que implica y por el hecho de que son muy pocas las bodegas que lo trabajan con el objetivo de una certificación. Hemos ido aprendiendo a base de ensayo y error y compartiendo conocimientos hasta cumplir los objetivos”, ha comentado la responsable de viñedo de CVNE, Irene Bonilla. Y ha añadido que, gracias a este sello, “el consumidor puede tener la seguridad de que el producto que ingiere está libre de químicos, además de proceder de un sistema de producción sostenible y respetuoso con el medio ambiente, pilar fundamental en las políticas de CVNE”.
“El consumidor puede tener la seguridad de que el producto que ingiere está libre de químicos"
Paso siguiente: certificar los vinos
El residuo cero en las uvas para vinificación es algo muy novedoso y para Viñedos del Contino ha significado un hito y una recompensa al esfuerzo realizado, además de un paso hacia la sostenibilidad y la elaboración de vinos limpios y seguros. No en vano, “el paso siguiente será certificar también los vinos”, ha avanzado la técnica que, no obstante, ha explicado que el sistema de producción de residuo cero “no prohíbe el uso de pesticidas, pero sí controla los momentos de aplicación en función de su tipología, la curva de degradación que tienen y su modo de actuar”. Es decir, les permite evitar la excesiva frecuencia de tratamientos que implican otros sistemas, y les asegura, mediante muestreos y analíticas amplias y rigurosas, que sus frutos están limpios y libres de pesticidas.
Un viñedo sostenible
El objetivo con este certificado es, por tanto, garantizar que las uvas de sus más de 60 hectáreas de viñedo son frutos inocuos, que contribuyen a un sistema de elaboración más sostenible. De lo que no cabe duda es de que su plantación cumple con creces las exigencias de la UE en cuanto a la reducción de productos fitosanitarios.
Además, este certificado de cero residuos se suma a otras acciones en pro de la sostenibilidad ambiental y la protección de la biodiversidad que se están emprendiendo en las parcelas que componen Viñedos del Contino, tales como la plantación de un corredor biológico con diferentes especies de plantas o la instalación de hoteles de insectos, posaderos para aves rapaces o nidos para murciélagos y pájaros de pequeño tamaño.
Sensores de humedad
También se han instalado sensores de humedad en el suelo y una estación meteorológica que aumenta la precisión en todas las decisiones que se toman respecto al trabajo en la viña. Desde 2023, asimismo, la energía eléctrica consumida en la bodega es de origen renovable (con certificación) y parte de ella es autogenerada gracias a la instalación de 40kw de paneles solares fotovoltaicos.
Como curiosidad, señalar que Viñedos del Contino nació en 1973 y su nombre hace referencia al “contino” Don Pedro de Samaniego, hombre de armas en tiempo de los Reyes Católicos, quienes le otorgaron estas tierras en Laserna. La propiedad se compone de una casa solariega de madera y piedra, y posee unos calados subterráneos que datan del siglo XVI y se cuentan entre los más antiguos de Rioja.