A nadie se le escapa ya que Rioja Alavesa atraviesa por una situación de gran dificultad por la crisis que afecta a su principal motor económico, el vino, “la peor en décadas” según la Asociación de Bodegas de la comarca (Abra).
La caída de las ventas, motivada por un cambio global en los hábitos de consumo, el aumento de los costes de producción o los excedentes heredados desde la época de la pandemia han puesto contra las cuerdas a un sector que al cierre del ejercicio 2020, el mismo en que estalló la crisis sanitaria, contaba con 306 bodegas inscritas en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja.
Solo dos años después, atendiendo a los últimos datos en poder del Consejo Regulador de la DOCa, la comarca contaba con 44 empresas productoras menos, 262 en total.
El sector aboga por la calidad y la diferenciación mientras lucha por sobrevivir en medio de la crisis global de ventas y los excedentes de producción
Con todo, y sin dejar de ser un contexto dramático por la gran pérdida de puestos de trabajo, llama poderosamente la atención que la inmensa mayoría de los cierres ha correspondido durante este tiempo a bodegas dedicadas en exclusiva al vino cosechero, también conocidas como granelistas.
Ascendían a 119 las empresas de estas características radicadas en la región a fecha de 31 de diciembre de 2020, un número que ya comenzó a reducirse de forma notable un año después –108– y que experimentó una caída todavía mayor durante los 365 días siguientes, desplomándose hasta las 77 bodegas: 42 menos en solo dos años.
Tres bodegas menos
Simultáneamente, las bodegas que apuestan por los crianzas –cuyos titulares son criadores, según la terminología del Consejo Regulador–, únicamente han perdido tres representantes durante el mismo plazo temporal, tras pasar de las 139 de 2020 a las 136 de justo dos años después.
Las bodegas encuadradas en la categoría de almacenistas sumaron un integrante en Rioja Alavesa a lo largo del mismo periodo, pasando de 41 a 42, mientras que las cooperativas siguieron siendo siete, sin cambios.
Apuesta por la calidad
El diputado general de Álava, que ha visitado Laguardia este martes acompañado por la titular foral de Agricultura, Noemí Aguirre, para conocer de primera mano el desarrollo de la vendimia todavía en marcha, precisamente ha hecho alusión a esta realidad en declaraciones a los medios.
“Durante los últimos años, se han ido perdiendo bodegas granelistas y, al mismo tiempo, se ha ido manteniendo el número de bodegas criadoras, las que realmente hacen crianza y en botella. Esto es, precisamente, por la apuesta por la calidad que se ha hecho en la comarca durante los últimos años. Y esa apuesta por la calidad es la que nos va a permitir salir entre todos y todas de esta situación” de crisis, ha reflexionado Ramiro González.
Los datos son, en palabras de González, “absolutamente reveladores” de la realidad de la comarca vitivinícola.
Sangría de cierres
Sin dejar de lado los datos, la sangría de cierres en la comarca asciende hasta las 96 bodegas en los últimos ocho años, un periodo en el que según los cálculos de Abra se han perdido en la comarca 700 puestos de trabajo.
El precio de la uva ha caído de los 1,19 euros en 2017 hasta los 0,71 euros en 2022, al tiempo que los costes de producción se han disparado para el agricultor y el número de viticultores ha caído un 7,7%.
Por si los problemas que afectan al vino de Rioja Alavesa no fueran pocos, la meteorología ha decidido también jugar en contra del sector durante las últimas semanas, en las que se está desarrollando la vendimia. Las lluvias han complicado el laborioso proceso de este año, en el que la producción ya se presuponía menor que el año previo, y esta realidad puede derivar en que “probablemente no vaya a ser una vendimia excelente”. Así lo ha advertido este martes Iker Madrid, gerente de Bodegas Casa Primicia, durante una visita institucional a Laguardia encabezada por el diputado general de Álava. “La vendimia de este año, por las circunstancias climatológicas, ha sido algo más adversa de lo habitual. Llevábamos muchos años que nos había aguantado muy bien la climatología y el tiempo, y este año por desgracia hemos tenido algún día de lluvia que siempre es un impedimento”, ha reconocido Madrid. El gerente de Casa Primicia ha contextualizado que, en general, “ya se esperaba una cosecha más corta de lo habitual”, pues “después de varios años de sequía, la planta, la vid, ha decidido este año tomarse un respiro y, de alguna manera, guardarse un poco para ella”. Se esperaba, por ello, “tener una menor cantidad” de uva, aunque con “una calidad excelsa” que, “lamentablemente”, las lluvias han aguado. Madrid, con todo, ha optado por ver el vaso medio lleno. “Por lo menos con lo que está entrando hasta ahora, estamos bastante contentos. Esperemos que a quienes les queda todavía uva por recoger puedan acabar de manera correcta y podamos disfrutar de una vendimia y una añada más que buena”, ha confiado.
Laguardia es, precisamente, el municipio de Rioja Alavesa que concentra el mayor volumen de las 13.266,41 hectáreas dedicadas al viñedo que sumaba la cuadrilla a finales de 2022, según los datos en poder de la DOCa Rioja: 3.631,85, muy por encima de Oion, que sumaba 1.320,71, Labastida –1.149,44–, Lanciego –1.139,78– o Elciego –1.095,55–, que conforman este particular repóker.
A la espera de que la Justicia se pronuncie sobre la enseña Viñedos de Álava-Arabako Mahastiak, la denominación auspiciada al margen de la DOCa Rioja, 70 bodegas familiares del territorio se han sumado ya a la campaña Arabako Ardoa, impulsada precisamente por Abra, que mediante la inicial A impresa en la etiqueta de los vinos va a servir a las bodegas como distintivo de que realizan un vino de calidad, el verdadero valor añadido de la comarca.
“Un símbolo que será clave en la diferenciación y reconocimiento de los vinos alaveses”, según Itxaso Compañón, presidenta de Abra, “compatible” además con el estricto etiquetado del Rioja.