El viñedo alavés ha recogido sus frutos tras meses de duro trabajo. El Consejo Regulador de la DOCa Rioja califica como “Muy Buena” la cosecha de 2023 tras la sesión plenaria celebrada el jueves en su sede.
Y el mérito es doble en este caso porque cabe recordar que en el año que dejamos atrás no lo tuvo nada fácil, al ser 2023 inédito en cuanto a las indemnizaciones que recibió el campo de Álava tras la histórica granizada, de tamaño de bolas de golf, del 6 de julio. Ello hizo que este territorio fuera el que más cobrara de los seguros, tal y como adelantó DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, gracias a los datos del sistema español de seguros combinados Agroseguro.
Las mayores indemnizaciones
Y es que aunque las mayores indemnizaciones se concedieron a productores de cultivos herbáceos (cereal de invierno y de primavera, oleaginosas, legumbres y arroz) con 6,9 millones, destacaron también los daños en el viñedo alavés (1,6 millones), principalmente por heladas y pedrisco.
Los daños en el viñedo alavés (1,6 millones) obedecieron a heladas y pedrisco
Viveza y frescura
En cuanto al balance de la cosecha, tras un exhaustivo y riguroso proceso de análisis de un total de 3.531 muestras, es que “los vinos destacan por tener un buen punto de estructura y pH, y aportan unas sensaciones de viveza y frescura mayores a lo habitual, lo que hace que sean más fluidos, con un buen peso en boca y con un final donde destacan las sensaciones de suavidad y redondez”.
Selección de uva
El informe elaborado por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador de la DOCa apunta a la gran relevancia que ha tenido la selección de uva que se ha hecho en bodega, lo cual despierta curiosidad hacia la evolución que estos vinos van a tener en su envejecimiento y crianza que, dado el buen equilibrio madurativo conseguido y la definición aromática que anuncian en este momento, invitan al optimismo.
despierta curiosidad hacia la evolución que estos vinos van a tener en su envejecimiento y crianza
Heroicidad del enólogo
“Los vinos son una heroicidad del enólogo dada las tan complejas situaciones climáticas y la diversidad de uvas recibidas en bodega, donde se ha tenido que hacer una gran selección con el fin de conducir una elaboración que se antojaba caprichosa”, detalló Pablo Franco, director del órgano de Control del Consejo Regulador de la DOCa en su informe.
Colores
Por colores, los vinos tintos destacan por su heterogeneidad, observándose diferentes rangos que van desde la fruta pasa o madura de las primeras vendimias de antes de las lluvias de Rioja Oriental, a unos vinos con mayor carácter de fruta fresca de las zonas más altas, “sin duda una paleta aromática muy interesante para definir Rioja en base a su territorio y a cómo en esa armonía de zona y clima una región se enriquece de matices tan singulares”.
Blancos
Los blancos, que se encuentran ya en una fase de total consolidación en lo que a definición enológica se refiere, “son unos grandes exponentes de la máxima calidad en esta categoría”, consiguiéndose muy buenas definiciones y un importante equilibrio en todas sus fases. “Son vinos que expresan muy bien las variedades de Rioja, destacando a su vez aquellas elaboraciones más particulares que buscan una expresión de su potencial en años venideros, una vez el tiempo haga su trabajo y ayude a ensamblar y a enriquecer el vino en su proceso de envejecimiento, arte que en Rioja se trabaja a la perfección y que destaca sobremanera en los vinos blancos”, señala el director del órgano de Control del Consejo Regulador de la DOCa.
Rosados
De acuerdo con el informe, los vinos rosados avanzan “en un camino muy interesante, predominando una gama aromática menos explorada hasta la fecha”, donde se observan cada vez más marcadas expresiones florales y colores más claros, acompañadas de bocas con buen volumen y frescura.