Con apenas 180 habitantes en el corazón de Montaña Alavesa, Lagran representa a la perfección el paradigma de la Álava rural progresivamente despoblada.
Este municipio es, de hecho, el más envejecido del territorio y de toda la CAV, con un 38% de su población ya instalada en la que hasta hace poco años fue la edad legal de jubilación en el Estado: los 65 años... o más.
Valle de Arana, en la misma Cuadrilla y con un 36% de población mayor de 65, ocupa la segunda posición en este ranking, bastante por delante de otras localidades alavesas como Yécora, Villabuena de Álava y Samaniego, todas ellas ubicadas en Rioja Alavesa y con un 30% de población mayor de 65 años. Justo por detrás aparecen Valdegovía –29%–, Añana o Elvillar, ambas con un 28% de población mayor.
Dulantzi, el más joven
En el otro lado de la balanza poblacional se encuentra Dulantzi, cuya población mayor de 65 años está en apenas el 12%. El municipio de la Llanada es, de hecho, el segundo más joven de toda la CAV, únicamente superado por Irura, en Gipuzkoa –que está en el 10%–.
Además de Dulantzi, destacan por la juventud de su población Iruña Oka, Armiñón –ambas con apenas un 13% de vecinos con 65 años o más–, Urkabustaiz –15%–, Oion, Elburgo –16%– y Zalduondo –17%–, según los datos recopilados por el Instituto Vasco de Estadística.
La capital menos envejecida
Gasteiz es, también, la capital más joven de la CAV, con un porcentaje de vecinos de más de 65 años de solo el 22%. Tanto en Donostia como en Bilbao una cuarta parte de sus respectivas poblaciones han alcanzado o superado ya esta edad.
Pero si cabe hablar de regiones envejecidas en un entorno más o menos cercano, cabría desplazarse hasta Galicia, que solo superada en longevidad por su vecina Asturias es la segunda comunidad más envejecida del Estado. De las cuatro provincias que la componen, Ourense representa mejor que ninguna el progresivo envejecimiento poblacional que afecta a todo el continente europeo.
‘La Okinawa europea’
Es, de hecho, el territorio del Estado con más población mayor de 65 años, el 31,94% del total, más de diez puntos por encima de la media estatal, atendiendo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cuenta, además, con casi 400 personas centenarias en una población de poco más de 100.000 habitantes.
Estas inusuales cifras le han valido al territorio gallego el apelativo de la Okinawa europea, en alusión a la popular isla japonesa. Okinawa se hizo célebre a comienzos del presente siglo cuando National Geographic la encumbró como el perfecto ejemplo de las llamadas zonas azules, los emplazamientos donde residen más personas centenarias. Las cifras de Ourense ya superarían incluso a día de hoy a las niponas.