En los últimos años, el lago de Caicedo Yuso ha visto incrementada su superficie natural de hábitats; han mejorado sus condiciones físico-químicas y ecológicas y se ha incrementado el uso público y del conocimiento del lugar. Este lago es uno de los cuatro humedales del territorio con el reconocimiento RAMSAR y su estado de conservación alcanza niveles muy favorables gracias a las actuaciones realizadas en los últimos años.

Las acciones llevadas a cabo durante la última década han derivado en la recuperación del área original del lago, permitiendo incrementar la superficie húmeda por invasión de las aguas del lago, directamente o desde la capa freática.

La Diputación foral ha intervenido para lograr recuperar el estado de conservación de este biotopo, favoreciendo la regeneración de los hábitats naturales existentes en el lago y la sustitución de los cultivos más próximos para restituir ecosistemas que no existían o estaban poco representados.

Proteger la biodiversidad

La diputada de Sostenibilidad, Agricultura y Medio Natural, Amaia Barredo, ha explicado este viernes que “los humedales son espacios fundamentales que debemos reivindicar porque son decisivos, esenciales para proteger nuestra biodiversidad dada la amplia variedad de especies de flora y fauna que albergan, nos ayudan a mitigar el cambio climático y son fuentes de agua y de productividad primaria.”

Entre las actuaciones realizadas destacan aquellas promovidas en el marco del proyecto Life Tremedal llevado a cabo entre 2012-2015, destacando la recuperación vegetal natural en las orillas, en el bosque de ribera, la regeneración natural de pastizales, la prevención de la erosión en el talud de la zona norte y el control de especies invasoras tanto piscícola como de cangrejo rojo.    

En total se ha restablecido una zona de 3.714 metros cuadrados, que está haciendo posible la regeneración paulatina del hábitat de turberas bajas alcalinas. En las áreas próximas a la lámina húmeda del lago se han recobrado 1.963 metros cuadrados de superficie con plantaciones de vegetación de ribera. También se ha incorporado la plantación de vides silvestres, 160 vides procedentes de semilla y esquejes de poblaciones autóctonas de Álava.