Dos años de bocetos después pasados luego a dibujos de gran tamaño, recopilación de ideas y cuadernos, cuadernos y más cuadernos de notas y apuntes son la trastienda de la gran obra del artista Xabier Egaña plasmada en los muros de la iglesia de Antezana de Foronda.
Una década después, el célebre pintor confiesa que “lo que más disfruté fue subido a los andamios, a quince metros de altura, con todas las bandejas de hierro crujiendo, lo viví como la gran peregrinación de mi vida, diez años metido en una iglesia, seis pintando”, rememora.
Ya lo había hecho con anterioridad en iglesias y conventos de Haití, Puerto Rico, Alemania..., pero los 400 metros cuadrados de murales pintados en la parroquia alavesa son su máximo orgullo, junto con el camarín de la basílica de Aranzazu, otro proyecto “muy importante” en su carrera.
“Pero entonces, tenía veinte años y lo hice de la mano de Oteiza y Eulate, el pintor de las vidrieras de Aranzazu; soy el último que queda de aquella remesa de gente que nos dedicamos a hacer arte, y aquí sigo, de nietos en Zarautz, sin poder escaparme a Vitoria”, bromea Xabier Egaña diez años después.
Décimo aniversiario
Precisamente, con motivo del décimo aniversario del inicio del proyecto muralístico Pinturas para la Vida, la asociación Ormandetxa, impulsora y custodia de los más de 400 metros cuadrados de murales que cubren las paredes de la iglesia de Antezana de Foronda, ha preparado su programa cultural anual para celebrar dicho aniversario, y espera la asistencia de su creador, el célebre Xabier Egaña.
Las actividades de este otoño empezarán el 7 de octubre con un certamen coral en el que participarán cuatro coros. Continuarán el 21 de dicho mes adentrándose en las raíces del canto gregoriano, con una performance de inmersión, un juego de luz y sonido con el que ambientar toda la simbología de las pinturas. Actuará el coro gregoriano de Donostia.
La siguiente cita llegará en noviembre, el sábado día 4, con música más moderna, la del swing, blues y bip bop de los jóvenes componentes de AC The Band. Y al sábado siguiente (día 11) actuará el cuarteto de cuerda acústica y eléctrica DR Sax.
Murales dañados
Explica la organización que el siguiente paso vendrá ya de cara al año que viene con el inicio de las obras de reparación de los bajos de los murales dañados por la humedades. Como reza el propio eslogan del proyecto de Antezana de Foronda, “siempre Reabiertos por obras”, señala el ideador de la iniciativa, Diego Bermejo, que ayer abrió a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA las puertas de la parroquia.
Resopla Xabier Egaña cuando se le pregunta que quiso representar con su obra muralística de Antezana de Foronda. “Buf...; son muchas novelas, muchas películas, miedos, sustos... Es difícil de contar, pero creo que, al final, el 90% de los pintores acabamos siempre plasmando parte de nuestra vida. ¿Qué parte?, Pues en Antezana de Foronda está pintado desde Treblinka, el campo de concentración de la Alemania nazi hasta las chimeneas de la central nuclear de Garoña”. También “los caballos del Apocalipsis, la Última Cena, milagros que narra la Biblia, el Beso de Judas”.
"Al final, el 90% de los pintores acabamos siempre plasmando parte de nuestra vida"
En definitiva, “el largo lenguaje de la vida”, destaca el autor. “Pequeñas figuras que se van sumando unas a otras y descendiendo por la pared hasta terminar acercándose o asentándose en grandes pateras, como las que llegaban de África a Canarias rompiéndose contra las rocas, con gente tirada, ahogándose y muerta, un recuerdo muy vivo y dramático”, interpreta el artista.
Cuenta Xabier Egaña que en su vida ha visto muchas películas de las que ha tomado ideas. Otras asoman de lo más profundo de su memoria porque, en el fondo, “no se sabe qué le espera a uno en la vida”. En su caso le marcaron de manera especial los ocho meses de rehabilitación que pasó en la cama debido a un problema de corazón.
“¿Eso me tocaba en la vida? No lo sé, pero me tocó y lo pasé”, asiente. De aquel duro golpe recuerda “la primera radio que aita me compró para que me hiciera compañía, para que no estuviera solo en casa, ya que él y ama se iban a trabajar y mis hermanos desaparecían o no dejaban de venir a molestar”, rememora el pintor de los murales de la iglesia alavesa.
Vivencias humanas
Sobre los muros del templo, Xabier Egaña representa las vivencias humanas que con esmerado arte plasmó mediante símbolos religiosos y profanos, “elementos espirituales que representan el lenguaje que se derramaba sobre los fieles de la iglesia”.
En su empeño le ayudaron autoridades, profesionales, técnicos y, sobre todo, la gente del pueblo. “Me ayudaron un montón porque yo no pinté todo hasta el techo sino que hice una división”, puntualiza. Fundamental en el proceso fue la figura de Diego Bermejo, catedrático de Filosofía y Ética en la Universidad de Deusto, que reside en la localidad y que estableció contacto con el artista vizcaíno, de quien conocía su prolífica obra.
“Fue un movimiento muy bonito, de mucha solidaridad, auzolan en estado puro; conectamos Aranzazu con Antezana"
“¿Por qué no decorar las paredes del templo para insuflarle más fuerza?”, pensó el artífice de la idea y ahora custodio de la obra. Así convenció a Xabier Egaña y el proyecto Pinturas para la vida echó a andar.
Hoy, Diego Bermejo también recuerda esta aventura que empezó hace doce años. Fue en julio de 2013, tras obtener permiso del obispado, gracias al talante abierto del entonces obispo Miguel Asurmendi, y financiación suficiente, cuando el proyectó comenzó a cobrar forma. “Queríamos hacer algo grande, con figuras picasianas, vanguardistas y coloridas; unos inicios muy ilusionantes, pero también muy tumultuosos”, recuerda. Desde entonces, cinco mil personas han visitado el espacio.
“Fue un movimiento muy bonito, de mucha solidaridad, auzolan en estado puro; conectamos Aranzazu con Antezana, trasladando la vanguardia artística de la basílica a la iglesia alavesa”, se enorgullece.