El Servicio de Viticultura y Enología de la Casa del Vino de Laguardia ha confirmado la mejora meteorológica y la ausencia de precipitaciones. Sin embargo, hubo una única excepción de marcada relevancia. El día 6 de julio una fuerte tromba de granizo afectó fuertemente a la zona de Vitoria-Gasteiz y parte de la Llanada Alavesa y tuvo su repercusión en la comarca de Rioja Alavesa afectando principalmente a una parte del municipio de Labastida.
Este repentino episodio de precipitación sólida castigó especialmente a viñedos de la parte oriental de Labastida y con más intensidad a las caras norte y noreste. A día de hoy, hecha la valoración final, se estima que se vieron afectados entre un 12 y un 14% de los racimos de las cepas en las viñas que sufrieron daños.
Este hecho aconteció en un momento en el que la piel del grano afortunadamente no era todavía especialmente fina y sensible, y por eso, en general a fecha de hoy, gracias al calor diurno, las heridas han cicatrizado bien, dejando granos pasificados y otros con heridas cerradas, que aunque tienen cierta afección estética, no se espera comprometan la sanidad ni rendimientos en maduración. La preocupación tras las tormentas residió más en cómo entrar a tratar en esas fincas anegadas por el agua para no dejar desprotegido el viñedo en esa época especialmente sensible para las enfermedades fúngicas antes del envero.
En cuanto al color de las bayas hay diferencias significativas según las zonas de Rioja Alavesa. Así, la parte más oriental y zonas de la ribera del Ebro, se están acercando al pleno envero (M2) y presentan un gran adelanto respecto a la zona más occidental y zonas altas donde apenas ha comenzado (M1). El cerramiento del racimo y la parada del crecimiento vegetativo, ha dado paso a una etapa clave para el desarrollo de los frutos como es el envero que consisten fundamentalmente en el cambio de color que adquieren las bayas de forma gradual, en uno o dos días en cada grano, pero entre 12 y 15 días dentro de un mismo viñedo.
Antes del envero esas bayas presentaban color verde debido al alto nivel de clorofila, y tenían baja concentración de azúcares y elevado grado de acidez. Según avanza esta etapa hacia la maduración alcohólica y fenólica de la uva, se produce un aumento de la concentración de azúcares y agua, que conduce a una disminución de la acidez en el fruto así como la piel del grano antes dura, reduce su grosor y aumenta su elasticidad.
Tratamientos preventivos
En cuanto a labores en la viña, se cerrarán en la próxima semana el ciclo de tratamientos preventivos que se han llevado a cabo (unos cinco esta campaña). Precisamente es la fase de envero la que marca la inmunidad de las plantas ante oídio y mildiu. Respecto al estado al que se ha llegado a estas fechas de la campaña, el viñedo en general goza de buen estado sanitario. Y en aquellas fincas que puntualmente presenten algún foco de oídio tendrán que actuar por contacto mediante secantes de esporas que garanticen la sanidad del futuro sarmiento.
Respecto al hongo Botrytis Cinerea, no se están recomendado tratamientos de lucha, ya que no se están dando por ahora condiciones para su desarrollo. Al igual que sucede con la polilla del racimo (Lobesia Botrana) o el mosquito verde cuya presencia es mínima y muy localizada en zonas de ribera.
Se siguen realizando labores de deshojado en las caras orientadas al sol de mañana. Esta labor se viene realizando desde hace unos 25 días y quizás sea ahora en fechas más cercanas al envero las más recomendables para hacerlo, ya que si se realiza de forma precoz, hay mayor riesgo de dejar a la viña desprotegida ante eventuales calores extremos prolongados como los que se sufrieron por estas fechas la campaña pasada. Esta labor hay que realizarla con el mayor cuidado para no golpear los sensibles granos. Esta precaución es igualmente aplicable a las operaciones de aclareo de racimos que también se están llevando a cabo según indicaciones de algunas bodegas. Es ahora, antes del engorde cuando se realizarán preferentemente para no causar heridas al resto de racimos.
Comarca de Ayala
En la zona de Arabako Txakolina no ha vuelto a darse ningún susto por las tormentas. De hecho, estas semanas de julio se han caracterizado por temperaturas suaves, sin excesivos calores y pocas precipitaciones (3-4 litros).
La ausencia de precipitaciones ha permitido que se hayan podido espaciar algo más los tratamientos anti mildiu pero sin bajar la guardia. Se están desojando las caras expuestas al sol de la mañana para optimizar el aprovechamiento sobre los racimos de esos rayos matinales. Aunque en esta zona las temperaturas en verano no suelen ser demasiado elevadas, hay años anómalos como la campaña pasada, en que los deshojados por ambas caras aumentaron el riesgo de quemaduras en los racimos.
A nivel fenológico, el aumento de tamaño de los frutos está haciendo que se cierre el racimo (L) y se terminen de configurar todas sus partes. Al ritmo actual, el envero se espera en unos quince días. Por lo demás, el viñedo ayalés se encuentra en buen estado sanitario y en la línea de productividad que caracterizó el cuajado. Buenos rendimientos, inferiores a los de la campaña pasada influenciados por el episodio de heladas en primavera.