Abornikano pone calefacción en la bolera. Antezana arregla el tejado del centro multiusos. Apellániz recupera la Fuentica. Arluzea rehabilita la cubierta del molino. Berantevilla pinta el frontón. Manzanos repara el camino al cementerio. Y Etxabarri-Ibiña habilita un pequeño parque público en el entorno de la antigua ermita de San Esteban.

Obras hay de todo tipo: colocación de suelo laminado, sustitución de carpintería exterior, vallados en zonas deportivas, arreglo de caminos, pintura, calefacción, reparación de boleras o centros sociales...

Si hay alguna convocatoria de ayudas que los pueblos esperan como agua de mayo es la de obras menores. Las peticiones aumentan año a año y Álava está en cifras récord.

En la última convocatoria, los 50 ayuntamientos –Vitoria queda fuera de estas subvenciones– y las 333 juntas administrativas han realizado 188 peticiones y la Diputación ha resuelto favorablemente 170 (2,7 millones en ayudas), frente a las 157 del ejercicio anterior.

“Ha habido un pequeño incremento y se han resuelto todas las solicitudes de obras menores subvencionables”, subraya Jesús María Guinea, director foral de Equilibrio Territorial.

Juegos infantiles en Oteo.

Ahora, las entidades locales tienen la oportunidad de tramitar nuevas peticiones para acometer obras con un coste inferior a 35.000 euros.

La Diputación repartirá cerca de 3,6 millones entre obras menores y veredas. “Hemos ampliado el plazo hasta el 17 de julio para que tengan más tiempo de analizar sus necesidades, teniendo en cuenta que acaban de constituirse los Ayuntamientos”, apunta Guinea.

No obstante, prevé que el número de solicitudes se mantenga o aumente. “No suele haber variaciones muy significativas de un año a otro, y la mayoría de las entidades locales solicita alguna obra”, dice.

Reparación de las escaleras de la torre de la iglesia de Betolaza.

“Es una de las convocatorias de ayudas más esperada y aprovechada por todas las entidades locales”, asegura.

“Hay que tener en cuenta que se trata de realizar reparaciones o mejoras de infraestructuras e instalaciones que se van deteriorando con el paso del tiempo y que se resuelven con muy poquita inversión, con menos de 35.000 euros. Son obras pequeñas, pero muy aprovechadas y valoradas por las entidades locales”, aprecia el director de Equilibrio Territorial.

Instalación de una marquesina para el autobús en Arriola.

Gracias a estas subvenciones, Valderejo instala cubre contenedores. Tobillas pinta el centro social. Santa Cruz de Fierro arregla la plaza. Zalduondo acondiciona el camino de Santa Marina. Y Zambrana rehabilita el almacén municipal.

Rehabilitación del lavadero en el barrio Mendiko de Costera.

Obras hay de todo tipo. El listado es variopinto: colocación de suelo laminado, sustitución de carpintería exterior en un edificio, vallados en zonas deportivas, arreglo de caminos, pintura, calefacción, reparación de boleras e interior de centros sociales.

“No hay un tipo de obra que sobresalga sobre las demás; es un dinero muy bien invertido, ya que nadie conoce mejor las necesidades de sus pueblos que las propias entidades locales”, destaca Guinea. De hecho, aunque la Diputación destina un montante inicial de 2.859.519 euros a obras menores, esta partida puede aumentar si luego crece el Presupuesto foral.

188 solicitudes para obras menores han pedido las entidades locales en la última convocatoria

Subvención a coste real

Además, la subvención se ajusta al coste real de la obra. Es decir, si una entidad presenta una reforma de 35.000 euros a la que le corresponde una financiación de 22.750 euros, si después sale más barata y solo gasta 28.000 euros, la subvención se ajusta a ese coste real, no se da a ciegas”, explica Guinea.

Así, Araia instala una pista de skate. Baños de Ebro repara las piscinas. Baranbio renueva el pavimento del camino a Garrastatxu. Barrundia acondiciona la acústica del polideportivo. Arroiabe dispone de un parque biosaludable. Audikana limpia cauces del río. Ayala instala nuevos cierres en la ikastola de Etxaurren. Y Atiega restaura una cabaña-horno.

Porche y pérgola en la bolera de Etxabarri-Ibiña.

“Son obras muy necesarias por la mejora que se produce. Solo hay que dar una vuelta por cualquier pueblo de Álava para ver cómo están. Comparados con los de otras provincias, tenemos un territorio en unas condiciones más que aceptables dentro de las posibilidades de cada entidad. Para nosotros es una de las convocatorias más demandada y más agradecida, ya que con poca inversión se pueden hacer muchas mejoras y labores de mantenimiento”, valora Guinea.

188 solicitudes para obras menores han pedido las entidades locales en la última convocatoria

Evidentemente, “todo es susceptible de mejorar, siempre que sea para atender a las entidades locales, lo fundamental es escuchar sus necesidades”. Y pone como ejemplo las recientes llamadas de algunos pueblos afectados por las fuertes lluvias para ver si es posible acogerse a estas subvenciones para reparar los daños ocasionados por las últimas tormentas.

No es posible bajo el paraguas de esta convocatoria, que deja fuera todo lo que sea obra nueva. Si en su mano estuviera, aceptaría introducir alguna modificación en la norma foral para, por ejemplo, poder hormigonar un camino que no lo está, si la junta administrativa así lo quiere, pero el cambio no está en su mano, depende de las Juntas Generales de Álava.