El colectivo Arabako Mendiak Aske ha presentado más de 2.000 alegaciones al Gobierno Vasco para tratar de evitar la instalación del parque eólico de Cantoblanco, en Ribera Alta.

La plataforma considera que la central eólica tendría un grave impacto sobre la vida de las personas que habitan en las zonas donde se quieren construir las nuevas infraestructuras. Sería especialmente perjudicial en Barrón, Artaza, Escota, Ormijana, Atiega, Basquiñuelas, Arbigano, Morillas, Subijana-Morillas, Montevite, Ollavarre, Nanclares de la Oca, Subijana de Alava, Zumelzu, Ariñez y otros muchos pueblos que verían su paisaje degradado.

Además de los 8 molinos de 200 metros de altura que se pretenden instalar a poca distancia de las casas, estaría la línea de evacuación aérea de 17 kilómetros de alta tensión suspendida sobre enormes torretas de acero y la subestación eléctrica de San Tuste, a escasos metros de la localidad de Ormijana. Es importante recalcar el impacto acústico y el efecto flicker (sombras en movimiento producidas por las aspas) extremadamente perjudiciales para la salud de la ciudadanía, aspectos que el informe medioambiental de la promotora no contempla.

A esto se suma la pérdida de conectividad, fragmentación de hábitats y pérdida de biodiversidad ya que la Sierra de Cantoblanco es un Corredor Ecológico que garantiza el mantenimiento de los espacios naturales que lo rodean: ZEC Arkamo- Gibijo- Arrastaria, ZEC río Bayas, ZEC río Omecillo-Tumecillo, ZECZEPA Valderejo-Sobrón- Sierra de Árcena, ZEPA Sierra Salvada.

Recuerdan que el propio informe de la promotora advierte de “la destrucción de ciertos habitas faunísticos, refugios, y zonas de cría”, además de “la eliminación directa de ejemplares” destacando principalmente las aves rapaces y los quirópteros.

Nidificación del águila real

También inciden que Cantoblanco se sitúa en el entorno de mayor densidad de puntos de nidificación y territorialidad del País Vasco y de la Península del águila real. Otras especies amenazadas y catalogadas en peligro de extinción son el alimoche, águila de Bonelli, el quebrantahuesos, el búho real, el búho chico, el cárabo, el halcón peregrino, el águila calzada, el azor, el gavilán o el águila culebrera.

Asimismo, contemplan que la línea de evacuación aérea de alta tensión afectaría gravemente a la salud de las personas habitantes de los pueblos afectados; y la línea subterránea a los ZEC Bayas, ZEC Zadorra y a especies amenazadas como el visón europeo o la nutria. También dañaría la flora y las propias tierras, parcelas de vecinos y vecinas y tierras comunales de juntas administrativas y municipios.

Junto a otras razones, se argumenta que se debe tener en cuenta el gran aluvión de solicitudes de instalación de centrales fotovoltaicas y eólicas, que podría provocar una burbuja de las energías renovables; el gravísimo e irreversible impacto sobre el agua y los acuíferos, tanto en la construcción de la central como en su funcionamiento; la gran cantidad de aceite que necesitan los rotores de los aerogeneradores y sus frecuentes fugas con la contaminación del subsuelo y las aguas subterráneas; la industrialización del monte y su efecto en el suelo, ya que cada zapata de un solo aerogenerador mediría 20 metros de diámetro y las plataformas de montaje 1.400 metros cuadrados. Para la ejecución de una sola zapata serían necesarios 600 metros cuadrados de hormigón y 72 toneladas de acero.

Por todas estas razones se advierte que, a través de este proyecto, estarían condenando a Cantoblanco y a los Valles Alaveses a ser una central de producción de energía eólica, de gran impacto social, económico, ambiental y paisajístico y reclaman una declaración negativa de impacto ambiental para evitarlo.