La Cuadrilla de Ayala ha celebrado esta semana el último pleno de la legislatura, antes de las elecciones del próximo día 28, y dejó atado uno de los temas de mayor calado dentro de sus competencias: la aprobación de las bases que regirán la adjudicación del nuevo contrato de gestión de la mancomunidad de basuras. Algo nada baladí ya que este servicio, por el que se encarga la recogida y tratamiento de los residuos de los municipios de Laudio, Amurrio, Artziniega, Ayala y Okondo, tiene reservados 2,8 millones de los 5,3 que engloba el presupuesto del ente comarcal de este año, aprobado el pasado enero; siendo otros 1,2 millones para promoción económica y planes de empleo; otra pata importante para turismo y, en menor medida, para redactar un plan de igualdad con el apoyo de Emakunde (15.000 euros) y hacer un estudio sobre la emancipación de los jóvenes de la comarca (30.000 euros).

De hecho, ya en el pleno de aprobación de las cuentas de 2023 se dio luz verde, por unanimidad, a la prórroga del contrato de recogida de los residuos, mientras se redactaban unas nuevas bases. Sin embargo, la empresa Cespa -adjudicataria en 2019 del último contrato, en el precio de 1,15 millones anuales, y por un plazo de cuatro años con posibilidad de dos prórrogas- ha renunciado a seguir con la prestación, por lo que la Cuadrilla ayalesa se ha visto obligada a convocar un nuevo proceso de selección, de cara a poder adjudicar el nuevo contrato dentro de este año.

Los nuevos pliegos presentan novedades sustanciales tanto en precio (se ha elevado hasta los 1,85 millones de euros, lo que implica una subida de 700.000 euros más al año) como en duración (de cuatro años y dos posibles prórrogas anuales a siete años prorrogable a un máximo de ocho). Algo que se explica en la obligación que asumirá la empresa concesionaria de renovar la flota de camiones cada ocho años, pudiendo seguir utilizando los actuales solo de forma ocasional, ya que se encuentran obsoletos.

La subida del precio del contrato también se justifica en la intención que tiene el ente comarcal de ampliar la recogida selectiva y extender al resto de municipios la prueba piloto llevada a cabo en la localidad de Luiaondo para recoger los residuos orgánicos, mediante contenedores cerrados que solo se abren con una llave electrónica que se entrega a cada usuario y mediante la que también se controla la cantidad de basura depositada y la frecuencia. Un sistema que también se quiere instalar en los contenedores de resto, donde se depositan los residuos no aptos para reciclaje.

Asimismo, se quiere extender a otros grandes generadores la experiencia de recogida de bioresiduos ya probada con pescaderías, fruterías y locales hosteleros; instalar nuevas plantas de compostaje comunitario en Artziniega y Respaldiza, que se sumarán a las existentes en la localidad de Izoria en Ayala y en el barrio Ugarte de Amurrio; y continuar con los cursos de compostaje domiciliario para reducir la producción de basuras. No en vano, se estima que la media de basuras que se genera es de 404,36 kilos al año por persona, y se trata de una comarca con cerca de 35.000 habitantes, distribuidos en 45 núcleos de población y cinco municipios, dos de ellos (Amurrio y Laudio) los de mayor número de habitantes de la provincia, por detrás de la capital. A día de hoy, el 27,06% del residuo urbano recogido se destina a su posterior reciclaje, mientras que el resto de residuo fracción resto se envía al vertedero de Gardelegui, en Vitoria- Gasteiz. De aquí que se estén redoblando esfuerzos en materia de sensibilización.