La depresión es la enfermedad mental más común en el conjunto de la sociedad, una dolencia que en muchas ocasiones es silenciada y, en otras muchas, estigmatizada. Esta enfermedad, aunque afecta de manera indiscriminada, sigue teniendo especialmente rostro de mujer, de la misma manera que el resto de afecciones mentales. Expresiones como locas, histéricas, depresivas o incluso malas madres son utilizadas para describir a la mujer que padece una enfermedad mental –o incluso sin ella– de una manera despectiva. Precisamente para luchar contra esto, la asociación alavesa Asafes ha organizado un world café, orientado a la salud mental femenina.

Con el objetivo de sensibilizar en esta problemática e invitar a participar en este evento, Asafes ofrece datos alarmantes: una de cada cuatro personas sufre una enfermedad mental; de estas personas, cerca de un 4% padece una afección mental grave; y, en este sentido, más del 50% de las personas con alguna enfermedad mental no reciben ningún tratamiento o el que tienen no es el adecuado.

Este espacio de trabajo se organizará el jueves 18 de mayo y con las conclusiones Asafes creará un material que pueda servir de apoyo para los medios de comunicación, agentes e instituciones para trasladar información sobre este tema de una manera más adecuada.

“Sabemos de primera mano que el estigma y la discriminación afectan negativamente a las personas con enfermedad mental en todas las áreas de su vida y tienen importantes consecuencias en lo referido al desarrollo de su proyecto vital”, explica Vanesa Vadillo, gerente de Asafes. Y añade: “Entre las personas con enfermedad mental crónica, el 44% afirma haber tenido experiencias de discriminación en el área laboral; el 43%, en las relaciones con los amigos; y el 32%, con los vecinos o su entorno.

La Organización Mundial de la Salud refuerza esta idea en su Plan de Salud Mental 2013-2020 (ampliado hasta 2030), en el que informa que debido a la estigmatización y la discriminación, las personas con trastornos mentales sufren frecuentes violaciones de los derechos humanos y, a muchas, se les niegan derechos económicos, sociales y culturales y se les imponen restricciones al trabajo y a la educación, así como a los derechos reproductivos y al derecho a gozar del grado más alto posible de salud. “El estigma genera sentimientos de vergüenza, no aceptación, culpabilidad y sufrimiento para las personas que lo padecen, lo que dificulta afrontar la enfermedad mental”, apostillan.

Estigmas sociales

Según profundiza, en el caso en las mujeres que padecen una enfermedad mental existe un doble estigma: la propia condición de ser mujer y el estado de su salud mental. Debido a estos prejuicios, se les presenta en extremos como seres asexuados o hipersexuales, se les considera menores de edad, no aptas para ser madres, incapaces de mantener una relación de pareja o de sostener argumentos veraces. “Nos consta que las actitudes negativas hacia las personas con enfermedad mental, que finalmente acaban construyendo un estigma social hacia ellas, se nutren sobre todo de la desinformación y el desconocimiento hacia la problemática en cuestión y aquí queremos generar el cambio junto con quienes pueden informar y trasladar conocimiento”, afirma la profesional.

En este mismo sentido, según valora Vadillo, existen muchos factores que influyen en la salud mental de las personas. La genética, factores sociales o culturales, experiencias estresantes. El género también es uno de ellos. Hombres y mujeres pueden verse afectados del mismo modo por problemas de salud mental, pero hay enfermedades mentales más comunes o que se diagnostican más en mujeres que en hombres. En relación a esto la OMS indica que esto puede deberse a las experiencias vitales. “Dependiendo del género la sociedad nos impone unos roles que pueden exponernos a unas experiencias que a su vez afecten a nuestra salud mental. Y parece que enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad están más relacionadas con los roles de género”, explican desde Asafes.

En el caso de la depresión, primera causa de discapacidad en el mundo, los casos en mujeres duplican al de los hombres. En el caso del estrés postraumático también se duplica la probabilidad de padecerlo, teniendo en cuenta que este trastorno está relacionado con violencia sexual y maltrato. “Es complicado examinar el impacto del género en la salud mental sin considerara discriminación y violencia de género. Los factores de riesgo de los trastornos mentales comunes afectan de manera desproporcionada a las mujeres: la violencia de género, situación socioeconómica, la desigualdad de ingresos, el estatus y rango social bajo o subordinado y la responsabilidad incesante por el cuidado de los demás. También hay otros aspectos como que a los hombres les cueste más pedir ayuda psicológica o que los síntomas de la depresión sean diferentes pueden marcar la diferencia”, ahonda.

Otras enfermedades

Entre las enfermedades mentales más habituales en mujeres también se encuentra el Trastorno en la Conducta de Alimentación –TCA–. “En Vitoria los ingresos de adolescentes por trastornos alimentarios se duplicaron en 2019 y 2020. En 2018 hubo 50 hospitalizaciones y en 2021 la cifra aumentó hasta los 122. La edad de inicio de estos trastornos es a los 12 años y suele afectar más a mujeres”, explica la gerente de Asafes.

En el estado, los últimos estudios dictaminan que alrededor del 4,1-4,5% de los adolescentes entre los 12 y los 21 años sufren TCA, según la asociación contra la anorexia y la bulimia. La anorexia se sitúa en torno al 0,3%, la bulimia en el 0,8% y el TCA no especificado alrededor del 3,1% de la población femenina de entre 12 y 21 años.

“Para todos los que necesiten ayuda, en Asafes ofrecemos desde acompañamiento social y psicológico para la personas con enfermedad mental y su entorno más cercano, a información sobre las enfermedades mentales y los recursos existentes, atención en situaciones de crisis y acompañamiento en la derivación al recurso sanitario que se precise, atención en los recursos que gestionamos (centro de día Argibide, programa de apoyo psicoeducativo, centro ocupacional, centro de habilitación psicosocial, talleres psicosociales), formación y acompañamiento en la incorporación laboral, apoyo a la vida independiente, asesoramiento jurídico y voluntariado”.