Poco o nada queda de aquella imagen del notario como un varón mayor, serio, trajeado y distante. Hace años que el notariado se abrió a las mujeres y hoy la igualdad laboral brilla en una profesión que pronto alcanzará la paridad de género. Así lo relatan a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA cuatro notarias de Álava.

Teresa Cano

“Que todas las mujeres puedan vivir su profesión como yo vivo la mía”

Ejerce en Vitoria desde el 31 de enero. Procedente de la localidad riojana de Cenicero, antes trabajó en el burgalés Valle de Mena. Sus doce años de experiencia le dicen que la profesión ha cambiado totalmente y poco o nada queda de aquel estereotipo del notario visto como un señor mayor, serio y distante.

Teresa Cano, notaria en Vitoria.

“Puede que esa imagen se mantenga en determinadas personas, pero desde hace años somos muchas las mujeres que hemos entrando en las nuevas promociones, el cambio de rol es muy claro”, asegura. “En Cenicero, por ejemplo, a nadie le sorprendía que fuera notaria porque las tres anteriores también lo habían sido; no choca, incluso algunas personas lo prefieren, no sé si por una cuestión de confianza o empatía, incluso hay quien te dice los de antes eran mucho más distantes que vosotras”, cuenta. “Echando la vista atrás, hay mujeres decanas que ya tienen una edad”, apunta.

De hecho, Teresa Cano cree que el cambio, la incorporación de las mujeres a las notarías, ha ido más de la mano de la curva demográfica que de otro tipo de factores. Nació en 1982, año en el que lo hicieron dos mujeres por cada hombre. “Y eso empieza a notarse mucho”, considera.

De pequeña quería ser periodista, hasta que escuchó a un notario dar una conferencia sobre cómo ayudar y solucionar los problemas de la gente con tanta pasión que le cambió el chip, le enganchó y decidió dedicarse al notariado. “Supongo que si hablas con compañeras más mayores dirán que en su época era muy difícil acceder al notariado”, entiende. No es su caso. “En nuestra profesión es tan real la igualdad... Tenemos las mismas posibilidades de acceso, en el día a día al notario se le respeta muchísimo da igual si es hombre o mujer y la retribución es la misma”, explica.

De ahí que de cara al 8-M, Día Internacional de la Mujer, reivindique que todas las mujeres puedan vivir su profesión como ella la vive. “Para mí es fundamental, hay quienes nos consideramos notarios y quienes se consideran notarias, pero en nuestro campo de trabajo es tal la igualdad que no hay ningún problema: quien quiera considerarse notario, que lo haga y quien se considere notaria, pues también. Ojalá la sociedad evolucione en la misma dirección que el notariado lleva haciendo tantos años para que todas las mujeres tengan en su trabajo la misma igualdad que yo tengo en el día a día”, anhela.

Blanca Palacios

“Al entrar a la notaría se sorprenden más de la edad que del género”

Su primer destino como notaria fue Vitoria y ahí sigue desde 2011. “Es una profesión muy bonita de ejercer, ya que ayudamos a las familias a solventar un montón de cuestiones”, dice. Su vocación no le viene de familia, fue sobrevenida, el notariado despertó su interés en la universidad.

Blanca Palacios, notaria en Vitoria. Alex Larretxi

Al igual que Teresa Cano, opina que las voces femeninas en las notarías llevan ya años escuchándose. “Es más, entre los nuevos aprobados quizá haya más mujeres, otra cosa es en promociones anteriores”, reconoce. “Si te sirve de ejemplo, en mi despacho somos 24 mujeres y un varón, mayoría aplastante”, cita como ejemplo. “Cuando entran a la notaría se sorprenden más de la edad que del género, y eso que voy cumpliendo años; cuando llegué tenía 26 y era la más joven de la plaza, entonces sí se llevaban más sorpresa”, recuerda.

Blanca Palacios percibe muy equiparada la profesión. “Cada notaría es una empresa y su marcha depende del buen hacer, del mérito puro y duro, de que se dé un buen servicio y se atienda bien al público, no de que seas hombre o mujer”, señala. “Además, a medida que pasan los años se van jubilando las promociones viejas en las que la inmensa mayoría eran notarios varones y entrando las nuevas, donde la cifra de hombres y mujeres es muy parecida; vamos a llegar a la equiparación total, por supuesto; equiparación en cuanto a número porque en lo que al trabajo del día a día se refiere ya es total, no hay diferencia; ya te digo que sorprende más la juventud que el género, igual que como con el médico de un pueblo, ya no sorprende tanto que sea mujer, pero igual sí que sea joven”, asemeja.

Begoña Vallejo

“Te permite conciliar, algo no tan fácil en una empresa privada”

Tras dos años y medio ejerciendo la notaría, Begoña Vallejo está convencida de que es una de las profesiones en la que las mujeres trabajan con mayor igualdad porque el sistema de acceso es estrictamente igualitario y en las dos últimas promociones ya son tantos hombres como mujeres.

Begoña Vallejo, notaria en Agurain. Pilar Barco

“Ha cambiado, y mucho; pienso que tiene que ver con las garantías de acceso que nos da el sistema y la posibilidad de organizarnos de forma independiente, ya que dentro de los márgenes que nos marca la ley, tenemos la opción de regular a qué hora abrimos o cerramos y cómo queremos organizar nuestro tiempo siempre y cuando ofrezcamos el servicio público que tenemos que prestar y, a efectos de conciliación laboral, es un factor a tener muy en cuenta”, subraya.

Además de la función pública y de la vocación, “que la tienes que tener o de lo contrario no te acercas a esta profesión, a la hora de formar una familia o de realizar otras actividades que forman parte de tu vida, el notariado te permite conciliar; ya no solo desde el punto de vista familiar, sino de tus intereses personales. Te permite una organización que no es tan fácil que se dé en una empresa privada”, añade.

Aunque la introducción de la mujer en el notariado se ha ido produciendo de forma gradual, “todavía quedan en activo muchísimos notarios varones que responden al estereotipo de la profesión; si vamos a Madrid, Barcelona o Bilbao, lo más probable es que aún encontremos una amplia mayoría de notarios hombres y mayores, pero de aquí a cinco o diez años eso también va a cambiar”, refleja esta notaria de Agurain.

“También en los pueblos existen arquetipos pero, por otro lado, el primer acceso que tiene un notario a la profesión es a través de las notarías rurales, así que es habitual ver notarios jóvenes y mujeres”, argumenta.

Sofía Trapote

“He roto esa tendencia a ubicar las notarías en el centro de las ciudades”

Ha sido la última notaria en tomar posesión de su cargo en Álava. Fue el pasado 17 de febrero, recién obtenida la plaza, por lo que Gasteiz es su primer destino. A diferencia de la mayoría de sus compañeros, Sofía Trapote ha preferido alejar su despacho del centro de la ciudad para atender en Lakua.

Sofía Trapote, notaria en Vitoria. DNA

“En ese sentido, he roto el esquema tradicional, esa tendencia a ubicar las notarías en zonas céntricas y lo he hecho con el fin de acercar la oferta del notariado a la ciudadanía; la gente se extraña de que haya abierto una notaría en un barrio, pero al mismo tiempo reconoce que les hacía mucha falta, ya que hasta ahora siempre han tenido que desplazarse hasta el centro de Gasteiz”, narra.

En la promoción anterior a la suya ya hubo más mujeres que hombres y en esta última han sido mitad y mitad, una chica más. “Totalmente igualitaria la profesión en cuanto a presencia de hombres y mujeres”, asegura, al igual que sus compañeras de profesión.

Ahora tiene 33 años, pero su vocación le viene de atrás, de familia, ya que ha vivido la profesión desde pequeña. Hija y hermana de notarios, con una madre abogada y otros dos hermanos que prepararon notaría, el mundo jurídico siempre ha estado dentro de su casa y siempre ha sido una opción, pese a que también le gustaban otras carreras. “Eso, sí, siempre he dicho: si oposito es para notarías”, se reafirma. Cuando empezó a estudiar Derecho eran casi el mismo números de chicos que de chicas, pero al acabar los estudios había más mujeres. “Supongo que depende de las carreras y en las jurídicas hay más mujeres que en las ingenierías, por ejemplo, al menos en Derecho y notarías está más igualada la cifra”, indica.

¿Por qué? “En el notariado eres funcionario y autónomo a la vez, entonces la marcha de la notaría depende del tiempo que le dediques a tu empresa, ya que es el Estado quien fija las retribuciones, da igual que seas hombre o mujer y, además, es la población la que elige a qué notario acudir”.

Cifras

7 Mujeres notarias en Álava. El notariado alavés tiene demarcadas 17 notarías ocupadas por diez hombres y siete mujeres, que ejercen en Agurain, Llodio, Amurrio, Laguardia y Vitoria. Todas las plazas tienen titular.

17 Notarías en Álava. Euskadi cuenta con 132: 17 en Álava, 46 en Gipuzkoa y 69 en Bizkaia. En el Estado, los notarios varones son el 64% frente al 36% que son mujeres.