La Diputación Foral de Álava ha culminado la actualización del Plan de Emergencias del Territorio Histórico de Álava (PETHA), el documento que define la organización, los medios necesarios y la forma de coordinación con otras instituciones en situaciones de incidente grave, catástrofe, o calamidad pública.

Debido a los cambios legislativos producidos desde que se aprobara el primer PETHA en 2010, así como a las nuevas vulnerabilidades detectadas en el ámbito de las emergencias, se hace necesario adoptar un nuevo plan, de manera que se armonice con la nueva regulación del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) y se recojan las mencionadas vulnerabilidades y riesgos catastróficos potenciales dentro de Álava, así como la manera de gestionarlas con los medios disponibles al efecto.

Esta modificación responde, además, a la necesidad de asegurar la integración de los diferentes planes de protección civil de distinto ámbito, en un conjunto plenamente operativo y susceptible de rápida integración en el LABI.

Durante los últimos años, la Diputación Foral de Álava ha llevado a cabo un profundo análisis de posibles nuevas amenazas que puedan llegar a generar afecciones sobre colectivos de personas, así como también a diferentes tipos de bienes. Para este análisis se ha utilizado información histórica existente en archivos, planes territoriales de Euskadi, predicciones, y otro tipo de datos de interés, así como la elaborada por el Gobierno Vasco y disponible en el portal GeoEuskadi y la elaborada por Diputación Foral de Álava y disponible en GeoAraba.

Así, la nueva estructuración atenderá a riesgos naturales, como movimientos del terreno, inundaciones, alteraciones climáticas, sísmicas y volcánicas o incendios forestales. También se incluyen riesgos tecnológicos, como la manipulación química, la actividad industrial y la relacionada con el transporte, la contaminación radiológica e industrial o el fallo de infraestructuras que puedan generar inundaciones.

Riesgos humanos

El plan también atiende a riesgos antrópicos asociados al tráfico y transporte público, a los incendios, a las grandes concentraciones de gente, a las epidemias, a los accidentes y desapariciones o a la carencia de servicios básicos. Al mismo tiempo, se han elaborado mapas de riesgos, atendiendo a la clasificación anterior, definiendo así tipologías de riesgo y pudiendo marcar estos sobre el terreno, lo que ha posibilitado un cruce de datos al objeto de poder establecer acciones concretas. Este estudio pormenorizado de riesgos, así como la elaboración de mapas de cada uno en cartografía digital, ha posibilitado un estudio pormenorizado del territorio, cruzando datos (riesgos, asentamiento, actividades, etc.), lo que permite disponer de una visión panorámica de los riesgos, al objeto de definir un plan de trabajo futuro sobre planificación, divulgación publica o mejora de respuestas.

Coordinación

Gracias al estudio de riesgos, ha sido posible enriquecer el apartado de medidas a ejecutar. En este apartado se han incluido acciones como la posible planificación urbanística (apoyo en ordenanzas, web acceso lugares remotos, trabajo accesibilidad núcleos población, revisión de hidrantes, procedimientos cascos históricos), así como un Plan de Prevención y divulgación pública, en materia de emergencias y autoprotección. En este último podrán desarrollarse acciones como información y formación a mayores, profesores, escolares, empresas...

Pero el nuevo plan no queda ahí. Se ha desarrollado una nueva estructura de Dirección y Coordinación ante emergencias, acorde a la realidad, en la cual se han integrado actores como el Organismo Autónomo de Bomberos, así como el Centro de Coordinación Operativa (CECO). El CECO ha de servir como centro permanente de información, así como también de centro receptor y emisor de alarmas y alertas, gestionado todos los sistemas de información y bases de datos necesarias.

Activación

En el ejercicio de las funciones que se le atribuyen, el Centro de Coordinación Operativa alertará o activará según proceda, todos los recursos que estimándose necesarios, pertenezcan a la Diputación Foral de Álava, o bien mediante convenios y/o acuerdos, puedan participar conjuntamente en apoyo dentro de Álava.

En la medida que un incidente pueda evolucionar de manera desfavorable, el aumento de la demanda de necesidades también lo hace, siendo necesario articular un sistema de aplicación del plan en función de lo anterior. Para organizar los grupos de acción, se establecerán los necesarios procedimientos internos propios de cada servicio, los procedimientos de trabajo de cada grupo, o los protocolos de interacción entre servicios, así como los convenios o acuerdos con los organismos y entidades participantes.