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Una labor policial, pero también asistencial

La Policía ayuda y asesora a las mujeres prostituidas aunque no sean víctimas de trata

Una labor policial, pero también asistencial

Desde la Ertzaintza insisten en que la Policía no puede perseguir la prostitución “penalmente voluntaria” por mucho que haya mujeres forzadas por necesidad económica a entrar en este mundo, pero sin delitos de por medio. “Si podemos ayudar lo hacemos, nos hemos encontrado con una chica que no sabía cómo escolarizar a su hija, con chicas que no saben que si aceptas un servicio y se convierte en otro es una agresión sexual, gente que dice que ya era hora de que se preocupasen por nosotras, y te sientes útil, que lo que haces sirve de algo”, explica Arteaga, quien subraya que en materia de trata “somos una Policía asistencial, normativista, porque la Ley está ahí y tenemos que cumplirla; y victimocéntrica”.

Arteaga insiste en ese sentido en que “los objetivos son la prevención y el procesamiento de los autores, porque para eso somos policías, pero lo que realmente nos obsesiona es la protección de las víctimas, es lo que realmente nos guía”.

El abordaje a estas personas no es fácil, por la desconfianza hacia la Policía y por las amenazas a las que están sometidas, y cuando se consigue romper esas barreras salen a la luz situaciones muy duras. “Hace poco contactamos con una chica nigeriana que estaba llorando porque el perro que estaba en la empresa de enfrente, y que le hacía compañía, se había muerto, eso te da una idea de cómo se encuentran”, afirman los agentes que investigan la trata en las calles de Gasteiz.