La escalada inflacionista que afecta singularmente al gasoil, la luz y los fertilizantes, la incertidumbre ocasionada por la guerra de Ucrania, la especulación bursátil con los alimentos y una sequía muy dura están llevando al campo alavés a valorar la posibilidad de no sembrar en la próxima temporada agrícola, una medida que ya se ha adoptado en comunidades como Andalucía y que hasta ahora en Álava, por sus condiciones climáticas que favorecen unas buenas cosechas, no se había puesto nunca sobre la mesa.

“Hay comunidades autónomas que ya están diciendo que si no bajan los precios del gasoil y los fertilizantes directamente no se siembra nada porque no vas a compensar el precio. En Álava siempre hemos sido relativamente más privilegiados porque el clima es más benigno, pero este año hemos visto que a nosotros también nos pueden venir estas situaciones; no vamos a trabajar para arruinarnos”, advierte en ese sentido a DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA Javier Torre, presidente del sindicato agroganadero UAGA.

El sector primario alavés, por ello, se plantea no sembrar sus campos en un momento en el que, paradójicamente, pesa sobre el planeta la amenaza del desabastecimiento de cereales como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, que ha disparado los precios. “Los precios subieron al principio, pero no en la misma proporción que los abonos y el gasoil; el cereal está más caro que nunca, pero llenar el depósito cuesta más del doble que antes”, explica Torre, y nadie asegura al sector a cuánto se les van a pagar sus productos la próxima temporada agrícola.

Los agricultores no saben cuánto dinero recibirán por sus productos, y temen además que los costes sigan aumentando. “Estamos a la expectativa de que se regularicen los precios de la luz, de los abonos y del gasoil, e incluso del agua para los ganaderos, de que haya unos marcos en los que podamos movernos, porque no puede haber unas variaciones de un 40% o un 50%, o incluso un 100%, en el precio del gasoil. El año pasado estaba a 0,80 y ahora a 1,50, es el 100% de un año a otro, y con los abonos pasa tres cuartos de lo mismo, y con la luz también. Había ganaderos –añade el presidente de UAGA– que gastaban 2.000 o 3.000 euros al mes y ahora son 6.000, eso no hay quien lo aguante, y los piensos se han disparado”.

Protestas

Torre recuerda, en ese sentido, que el pasado día 23 los agricultores y ganaderos castellano leoneses se manifestaron a las puertas del Centro Logístico de Hidrocarburos (CLH) de Santovenia de Pisuerga (Valladolid) para exigir la intervención del Gobierno en el mercado y una bajada de impuestos para lograr un gasóleo profesional a 0,80 euros el litro. Por otro lado, será fundamental para lograr el equilibrio que evite que “se acabe parando todo, no solo la agricultura, sino el país entero”, la puesta en marcha de la Ley de Cadena Alimentaria.

“Una cosa es la lo que se dicta desde Madrid, y luego el aplicarla en cada autonomía, y en nuestro caso las diputaciones”, afirma el dirigente del sindicato alavés, que cree imprescindible crear los observatorios de precios que, de manera independiente, fiscalicen las transacciones entre los agricultores y los otros eslabones de la cadena. “Yo puedo decir que me cuesta producir la remolacha tres euros por tonelada, pero quien lo tiene que decir es el Gobierno Vasco, el central o alguien capacitado, para que sea oficial. A partir de ahí se podrá hacer algo”, señala.

Por otro lado, ante esta situación de falta de rentabilidad del trabajo en el campo, todas las medidas que se plantean para cambiar el modelo agrícola europeo ante crisis como la de Ucrania se antojan anútiles. Los cultivos alternativos, la diversificación de los mismos, los estocajes para evitar desabastecimientos no son posibles porque “para eso también hacen falta abonos y gasoil. La diversificación está muy bien, pero con unos precios normales, si no me da igual producir trigo que patata”, explica Torre.

Por ello se puede dar la circunstancia de que acabe habiendo más barbechos que nunca en el momento en el que la UE promueve su cultivo.

Apuntes

Escenario inédito. La escalada inflacionista, la incertidumbre ocasionada por la guerra de Ucrania, la especulación bursátil con los alimentos y una sequía muy dura están llevando al campo alavés a valorar la posibilidad de no sembrar en la próxima temporada agrícola, una medida que ya se ha adoptado en comunidades como Andalucía y que hasta ahora en Álava, por sus condiciones climáticas que favorecen unas buenas cosechas, no se había puesto nunca sobre la mesa.

¿Cambio de modelo? Además, ante esta situación de falta de rentabilidad del trabajo en el campo, todas las medidas que se plantean para cambiar el modelo agrícola europeo ante crisis como la de Ucrania se antojan inviables a juicio de UAGA. Los cultivos alternativos, la diversificación de los mismos o los estocajes para evitar desabastecimientos no son posibles porque “para eso también hacen falta abonos y gasoil”.

Las frases

Javier Torre “En Álava siempre hemos sido relativamente más privilegiados porque el clima es más benigno, pero este año hemos visto que también nos pueden venir estas situaciones”

“Estamos a la expectativa de que se regularicen los precios de la luz, de los abonos y del gasoil, e incluso del agua para los ganaderos, de que haya unos marcos en los que podamos movernos”

“Una cosa es lo que se dicta desde Madrid, y luego el aplicarla en cada autonomía, y en nuestro caso las diputaciones”

El presidente del sindicato agroganadero UAGA sintetiza en unas pocas reflexiones la difícil situación que está atravesando el campo alavés en el contexto actual.

La cifra

0,80

Euros el litro de gasóleo profesional es la reivindicación defendida por el sector en Castilla y León. Es el precio que el combustible tenía hace un año, por los 1,50 actuales.

30%

Merma de la producción estimada este año por UAGA debido a la reciente sequía, un problema unido a los ya preexistentes.