No han sido buenos años para los vuelos de pasajeros. A la crisis impuesta por el coronavirus, que redujo prácticamente a la nada las conexiones aéreas, se ha unido la guerra en Ucrania, que ha cerrado parte del cielo europeo y, con ello, múltiples rutas. En ese ambiente, empresas como Ryanair han vivido momentos delicados de los que intenta recuperarse.

La aerolínea de bajo coste, bandera irlandesa y exponente en el traslado de pasajeros desde el aeropuerto de Foronda con cinco rutas estables, anunciaba el pasado lunes que reducía sus pérdidas hasta 355 millones en su último año fiscal.

Según recogía la Agencia Efe, Ryanair informaba que registró unas pérdidas netas de 355 millones de euros en su pasado ejercicio fiscal (hasta el 31 de marzo), un 56% menos respecto a las pérdidas de 815 millones de euros del mismo periodo del año anterior.

Datos positivos pese a las dificultades

La compañía radicada en Dublín señaló que su facturación aumentó el 193% entre los dos periodos, hasta los 1.640 millones de euros, al tiempo que la tarifa aérea media se abarató en un 27 %, hasta los 27 euros debido a la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania, según apuntaba Efe.