Todos los grupos del Ayuntamiento de Vitoria han acordado este jueves conceder la Medalla Francisco de Vitoria al exalcalde José Ángel Cuerda, "por su labor en defensa de los derechos humanos y siempre a favor de las personas más débiles".

La Medalla Francisco de Vitoria es una distinción honorífica destinada a premiar los merecimientos más relevantes de personas físicas e instituciones que destaquen en el contexto internacional por la defensa de los derechos humanos y la promoción de los valores de la democracia, la paz y la cooperación internacional.

El reconocimiento se entrega bienalmente por parte del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y se concede entre una terna de candidaturas propuesta por la Comisión Científica de los Cursos de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de Vitoria-Gasteiz.

En esta ocasión, el Ayuntamiento ha tenido que elegir entre José Ángel Cuerda, la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado y la Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas.

Según recoge la propuesta de la comisión organizadora, "tanto durante sus mandatos como alcalde de Vitoria-Gasteiz, de 1979 a 1999, como en periodos anterior y posterior, ya sea en calidad de jurista, de docente o de ciudadano se caracterizó por la defensa de todos los derechos humanos para todas las personas, lo que él denominó el deber de solidaridad. Su acción y compromiso resultó pionero en múltiples dimensiones y facetas".

Entre otras, desde la comisión organizadora señalan las siguientes actuaciones:

José Ángel Cuerda creó en 1994 el primer Registro voluntario de uniones civiles a nivel estatal, que equiparaba por primera vez parejas heterosexuales y homosexuales. Medida de carácter administrativo que tuvo gran impacto simbólico y supuso un avance en el camino del reconocimiento del matrimonio homosexual.

El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz facilitó inicialmente una asesoría jurídica a los jóvenes objetores e insumisos, que se negaban a realizar el servicio militar, siendo en 1992 el primer consistorio del Estado en crear una oficina de promoción de la objeción de conciencia. También colaboró activamente con la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas.

En 1986 el Ayuntamiento acogió el primer grupo de niñas y niños saharauis en situación de refugio en los campamentos de Tinduf (Argelia) que pasó sus vacaciones en España, iniciativa antecesora del programa Vacaciones en Paz. En el ámbito político impulsó resoluciones y posicionamientos de apoyo al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui y de apoyo a la resolución pacífica del conflicto en el marco de las negociaciones promovidas por la Organización de Naciones Unidas.

Asimismo, en 1998 suscribió un convenio con Amnistía Internacional para facilitar la acogida temporal de personas defensoras de los derechos humanos de Colombia, que anticipó programas estructurados que posteriormente pondrían en marcha instituciones como el Gobierno Vasco.

Políticas sociales innovadoras

En su acción política, impulsó políticas sociales entonces absolutamente innovadoras, que tenían como fin garantizar el ejercicio efectivo por todas las personas y de todos los derechos: a la protección, a una vivienda digna, a la formación, al ocio, etc. El deber de solidaridad desborda en cualquier caso lo local y se traduce en el ámbito internacional con la decisión aprobada en 1988, también pionera, de destinar el 0,7% del presupuesto municipal a la cooperación al desarrollo.

Su reivindicación de los derechos a la ciudad, al medio ambiente, a la movilidad, etc. también subyace en el impulso a políticas de sostenibilidad ambiental, social y económica, que fueron configurando un modelo de ciudad sostenible que posteriormente ha sido ampliamente reconocido.

A partir de 1999, cuando optó por no presentarse a la reelección ha proseguido su labor de propagación de los derechos humanos, en especial impartiendo conferencias, ejerciendo como profesor ad honorem de la Escuela de Trabajo Social de Vitoria-Gasteiz y colaborando con múltiples asociaciones e instituciones, como en su etapa de presidente del Consejo Social de Vitoria-Gasteiz, lo que no le ha impedido denunciar con firmeza aquellas situaciones que, a su juicio, resultaban denunciables.

En la actualidad, a sus 87 años, Cuerda "mantiene con energía y máximo rigor la defensa de sus principios, siempre en favor de las personas más débiles, con criterios de igualdad, solidaridad y justicia para todos los seres humanos, independientemente de su origen y condición", concluye el Ayuntamiento de Vitoria en su comunicado.