En Álava casi hay 70.000 personas con 65 años o más. La esperanza de vida es de casi 87 años en el caso de las alavesas y de 81 en el de los hombres. Además, unas 12.000 personas mayores, con discapacidad o con enfermedad mental, tienen reconocido algún grado de dependencia. Ante este contexto, la Diputación Foral ha presentado este lunes en el museo Artium su estrategia que orientará el desarrollo futuro de los cuidados de larga duración en este territorio en un acto en el que han estado presentes asociaciones del tercer sector, miembros del consejo territorial de Servicios Sociales de Álava y de los consejos sectoriales de Personas Mayores y Personas con Discapacidad.

Y no han sido los únicos porque en las sillas de invitados también se ha podido ver a familiares, representantes de colegios profesionales, de ayuntamientos, Osakidetza, así como de los Departamentos de Salud y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, de Beti On o del ámbito universitario y residencial, entre otros muchos.

“La estrategia que presentamos hoy servirá de hoja de ruta para los próximos años y establece un marco para orientar el desarrollo futuro de los cuidados de larga duración, que sea sostenible, que garantice unos mejores servicios sociales de calidad y mejore las condiciones del sector de los cuidados y desarrolle modelos de atención integral cuyo espacio de cuidados sea el domicilio, hasta donde sea posible, es decir, el derecho a vivir y ser cuidado en caso”, ha destacado el diputado general de Álava, Ramiro González.

Alineada con la OMS

Esta estrategia, como ha explicado, nace de todo ese tiempo que lleva la institución foral reflexionando sobre cómo avanzar hacia un nuevo modelo al tiempo que dé respuesta a la indicación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) para que los países creen “sistemas de cuidados a largo plazo adecuados y equitativos que satisfagan las necesidades de las personas mayores”.

Fruto de ese trabajo, la Diputación plantea desarrollar un modelo “vanguardista e inclusivo” que anticipe y responda a los retos de futuro y permita a las personas envejecer con calidad. “No es fácil mantener el liderazgo de Álava en Políticas Sociales, pero la intención de la Diputación es mantenerlo y apuntalarlo”, ha subrayado el regidor de Álava, dado que si algo “hemos aprendido durante la pandemia, es la importancia de las Políticas Sociales y la de tener un territorio cohesionado. Por eso, desde la Diputación queremos dar pasos adelante. No vamos a quedarnos atrás”.

En esta misma línea se ha manifestado el diputado de Políticas Sociales, Emilio Sola, que ha parafraseado a Nelson Mandela a la hora de explicar ese gran salto de calidad y excelencia que pretende dar Álava en materia de cuidados. “Siempre parece imposible hasta que se hace. Hágamoslo posible”.

Dos objetivos prioritarios

Sola ha resaltado que dos son los objetivos prioritarios: la búsqueda de una mayor y mejor atención domiciliaria y la de una mayor y mejor atención en los centros residenciales “y toda esta estrategia está impregnada del modelo Gizarea, el basado en las relaciones. Queremos poner en marcha y desarrollar un modelo vanguardista de cuidados de larga duración que se anticipe al futuro”.

Para lograrlo así, la estrategia se ramifica en cuatro objetivos específicos, dos de ellos, como ha resaltado Sola, han conseguido el apoyo de los fondos europeos Next Generation. El primero de ellos se trata del plan foral Etxean Bai, que facilita a las personas dependientes, bien sean mayores o con discapacidad y enfermedad mental, su permanencia en el domicilio, apoyando a su vez la creación de empleo en el sector de los cuidados.

Aunque ya hay varias medidas puestas en marcha, como el incremento del 20% de la prestación económica de asistencia personal (PEAP) o deducciones fiscales, una de las claves es que para que la persona pueda seguir viviendo en su casa, reciba un seguimiento periódico y monitorización de su situación a través de nuevas tecnologías, como la instalación de una app, o la instalación de sensores y proporcionar tablets.

En Manuel Iradier, 27

Habrá un centro de referencia, que en este caso será el ubicado en el antiguo COV (Centro de Orientación y Valoración) de Manuel Iradier, 27, con próxima apertura en los próximos meses. “El programa de pilotaje durará nueve meses y participarán 50 personas dependientes”, ha avanzado el titular foral de Políticas Sociales. Desde este equipamiento también se ofrecerá formación y asesoramiento a familias.

El segundo proyecto subvencionado por la Unión Europea es el plan de innovación y modernización de las residencias forales, que incluye la restructuración de estos equipamientos, la construcción de nuevos recursos, unidades modulares de un máximo de 25 personas y aplicación de nuevas tecnologías.

Soledad no deseada

Los otros dos objetivos específicos restantes son el plan Araba a Punto Araba a Punto, de construcción colectiva en torno al reto de combatir la soledad no deseada de las personas mayores en Álava (2021-2024), que pretende ayudar en el camino de las personas que quieran permanecer en sus hogares. Para ello, se trataba ya con el grupo motor en la creación de una red de solidaridad ciudadana y se ha puesto en marcha en Llodio la primera Bakardadeak, la primera Escuela de Soledades del territorio, a la que seguirán otras que se abrirán este mismo año en otros municipios, además de la creación de un foro de municipios alaveses contra la soledad.

Centrado en las relaciones

El último, y no por ello menos importante, dado que tiene vocación transversal en esta hoja de ruta, es el modelo de cuidados Gizarea es el modelo de cuidados Gizareapara el que Álava se ha fijado en modelos punteros de otros países. Va más allá de la atención centrada en la persona porque pone el foco en las relaciones entre profesionales, familiares y residentes. En principio, como ha detallado Sola, irá destinado a las personas con demencia avanzada y con discapacidad intelectual o enfermedad mental severa, “que no pueden expresar sus deseos ni necesidades”.

Este modelo está empezando a ser una realidad este mismo año, en las residencias del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS), en concreto en la de Lakua, “de la que se tendrán los primeros resultados a mediados de año” y en la de Etxebidea.