Firmado ante notario. ¿Cuántas veces hemos leído esta frase? Ellos se encargan de dar fe y su firma es de las más cotizadas. En Álava hay 17 notarías: 13 están en Vitoria y las cuatro restantes en Amurrio, Llodio, Laguardia y Agurain; solo 6 de las 17 demarcaciones están ocupadas por mujeres, como Begoña Vallejo Catalina que recientemente ha tomado posesión de la vacante dejada en Agurain por su predecesor Luis Troyano de Loma-Ossorio.
Salvatierra es el segundo destino para Begoña Vallejo, que hasta ahora ocupaba plaza en la localidad soriana de San Leonardo de Yagüe, de 1.800 habitantes, donde ha trabajado algo más de un año con asuntos propios de una notaría rural, al igual que Demetrio Jiménez con una dilatada experiencia al frente del despacho de Laguardia. Ambos desgranan las peculiaridades de ejercer en pueblos donde el trato con el notario es más cercano y los asuntos que habitualmente caen en sus manos, de otro calado.
begoña vallejo.Notaria de Agurain
Bien lo sabe Begoña Vallejo. Para ella, ser notaria rural aúna la misma ventaja y desventaja en una sola palabra: visibilidad. "Cuando tomas posesión de tu plaza, la gente te pregunta, te recibe de forma cálida y es muy cómodo a la hora de integrarte, pero al mismo tiempo vas caminando por la calle, te paran y te preguntan ¿qué hay de lo mío? Igual ya has acabado la jornada laboral y no quieres pensar en eso...".
Con todo, cree que esa es realmente la esencia: "Estás perfectamente identificada, para lo bueno y para lo malo". Incluso hay personas que se pasan por la notaría con problemas más personales que notariales, para recibir asesoramiento y orientación legal. "El notario se convierte en figura de confianza y en asesor", apunta.
En cada concurso quedan plazas vacantes, bien por jubilación, bien por traslado y es entonces cuando los notarios pueden elegir y solicitar un cambio de residencia. "Estaba en Soria y conocía bastante el País Vasco, no tanto el área de Vitoria y la Llanada, pero sí Orduña, Amurrio y Bilbao porque mis padres estuvieron trabajando una temporada y veníamos de visita y a hacer compras; es una zona que me gusta y cuando vi que había una vacante, no me lo pensé", confiesa. Además, "me crié en Burgos, tengo allí la familia, así que me viene fenomenal", se congratula.
La cercanía del notario
De la plaza de Agurain espera aprender mucho, ya que "no me voy a centrar sólo en asuntos típicos de la zona rural sino que voy a tener la oportunidad de tratar con bancos y empresas, que es una parte del Derecho que me gusta y que todavía no he tenido la oportunidad de tocar. Y, al mismo tiempo, "dentro de un entorno más pequeño donde se mantiene esa cercanía del notario", defiende.
"No somos una macro notaría, ni mucho menos, somos una notaría familiar a la que cualquier persona puede acercarse para preguntar, consultar y hablar con la notaria sin tener que estar con intermediarios constantemente; uno puede crecer profesionalmente y a la vez mantener esa parte tan bonita del notariado que es el trato personal", distingue.
De Soria a Agurain
De hecho, su primera impresión es que Agurain, aunque zona rural, ya sea por carácter o por cercanía a Vitoria tiene más vocación industrial, de ciudad, lo que le va a permitir tratar asuntos diversos, más allá de los relativos a compra-venta de fincas rústicas, ganadería y mucha herencia, que es lo que más veía en Soria.
Además, "la documentación era anticuada y tenía que hacer muchas rectificaciones de linderos, superficies o ver cómo se podía legalizar una finca cuando no había escritura, esas operaciones; aquí, voy a aprender más", piensa.
Acaba de instalarse y anda poniéndose al día, leyendo mucha, mucha documentación, toda lo que hay en el despacho, así que por ahora no ha salido mucho de la notaría, aunque le gusta lo que ha visto de Agurain. "El pueblo es precioso", dice. Y ya ha atendido a un par de clientes. Agradece que "la gente haya preferido esperar a que llegara el nuevo notaria que cambiar de localidad".
Apenas hace año y medio que sacó la plaza, una asignación que se retrasó por culpa de la pandemia. Sin embargo, ya ha tenido que lidiar con algún caso peliagudo, como una pelea por una herencia en la que dos hermanos se enzarzaron y tuvo que llamar a la Guardia Civil.
"Todo fue por culpa de rencillas antiguas, pero ése fue el punto de inflexión y, en un momento dado, saltó todo porque ni tan siquiera tenía que ver con lo que estábamos tratando, simplemente afloraron todos los recuerdos del pasado", rememora.
La primera boda
También conserva recuerdos agradables, como la primera y única boda que ha autorizado, la del hermano de su novio, un pequeño acto que pudo celebrarse pese a las restricciones del covid con la única presencia de contrayentes, testigos y notaria.
A día de hoy, testamentos, herencias, compra-ventas, préstamos hipotecarios y poderes para pleitos o para poder actuar en nombre de otra persona en otro país son los asuntos más habituales en los despachos de los notarios. No obstante, las competencias han aumentado, caso de bodas y divorcios, mediación concursal y acuerdos extrajudiciales de pagos.
"Se ha procurado que sirvamos de figura de apoyo para agilizar en la medida de lo posible el tapón que hay en la Justicia, por supuesto, manteniendo las competencias de cada cuerpo", señala la notaria de Agurain. Es el Ministerio de Justicia quien elabora el mapa de los distritos y fija cuántas notarías se requieren en cada zona y, aunque normalmente suelen concentrarse en las ciudades, Begoña ya conoce un caso en el que la presión ciudadana hizo que se creara una nueva notaría rural.
demetrio jiménezNotario de Laguardia
A diferencia de Begoña Vallejo, Demetrio Jiménez lleva media vida ejerciendo en Laguardia y no tiene intención de moverse. "Pienso jubilarme aquí", afirma con rotundidad. Soltero y sin hijos, su afectividad está con los empleados de la notaría.
"No te voy a decir mis hijos, pero es como si fueran mis hermanos y para mí sería una montaña tremenda dejarlos", confiesa. Cuando llegó, la notaría tenía cuatro empleados, ahora nueve; atiende en Oion y Labastida sin cita previa porque "los vecinos saben que tienen servicio de notaría", y acude a bancos, gestorías y empresas, allí donde le llaman.
Demetrio Jiménez pronto va a cumplir 19 años en Rioja Alavesa, su tercer destino. Tras año y medio en la isla canaria del Hierro y dos años y medio en un pueblo Galicia escogió Laguardia por la cercanía a Castilruiz, localidad soriana de la que procede y a la que, ahora, puede permitirse el lujo de ir todos los domingod para ver a su madre y tomar el vermú en el bar con los amigos.
En Laguardia encontró una notaría que funcionaba bien. "Tomé una buena decisión al trasladar el despacho fuera de la muralla para facilitar el acceso a los clientes porque en el centro era imposible aparcar", recuerda.
Esa decisión le trajo más clientes y un volumen de trabajo que ha ido a más con los años, bien por la propia inercia de la economía, bien por el reconocimiento que le profesan sus clientes. "Al fin y al cabo, los notarios somos comerciales y el cliente puede elegir tu producto o el de otra notaría", apunta.
Trato personal
Y, en definitiva, lo que diferencia a un notario rural de uno de ciudad es para Demetrio Jiménez el trato personal con la gente. "Conoces las historias de todo el mundo y llega un momento en el que por la puerta no sólo entran personas o clientes sino amigos; te involucras más, lo que a veces también supone un coste emocional añadido, más un notario como yo que lleva casi 19 años en Laguardia, pero también es reconfortante comprobar que confían en ti y que te tiene en alta consideración, eso en una notaría de ciudad es más difícil que se produzca", reconoce.
"Aquí, a la hora de escriturar el testamento, que es el documento más importante que una persona va a firmar en su vida, la gente viene antes a prepararlo y le atienden empleados que dedican todo el tiempo del mundo a hablar con esa persona, escuchar sus reflexiones: por qué a este hijo, si este otro se portó bien o mal, etc. Pienso que hay que darles un trato humano y cercano, aunque desde el punto de vista mercantil ese documento no te vaya a reportar grandes ganancias, ya que un testamento son 39 euros", considera.
Al final, "redunda en tu beneficio porque la gente es muy agradecida si le tratas bien; así que siempre digo a los empleados del despacho: tratad a las personas como te gustaría que tratasen a tus padres cuando acuden a una notaría", apunta.
Uva y bodegas
No solo el notario es diferente en un despacho rural. También el perfil del cliente y el tipo de trabajo. Rioja Alavesa es una comarca amplia con mucho negocio y negocio variado. La notaría de Laguardia no solo atiende el negocio rural de la viña, que sigue siendo un porcentaje importante, pero conectado al negocio industrial de las bodegas, que requiere mover otro tipo de documentación: asuntos financieros, pólizas de todo tipo de préstamos y mucha documentación mercantil, ya sea porque cambian los administradores, el objeto social o se constituyen nuevas sociedades.
En cuanto a los clientes, la población que acude a una notaría rural es por lo general mayor, por tanto también el porcentaje de herencias y compra-ventas de fincas rústicas. "Más en esta zona en la que habitualmente nos encontramos con títulos de propiedad con errores que nos obligan a elaborar expedientes de rectificación y acudir al Catastro hasta lograr que la propiedad aparezca bien inscrita en el registro. Son expedientes importantes que solucionan los problemas a la gente y le posibilitan que esa finca que ha recibido en herencia de sus padres se regularice; problemas que vienen de lejos y que tratamos de solucionar aquí; ese tipo de documentación es muy escasa en una notaría de ciudad y en una notaría rural es el pan nuestro de cada día", explica Demetrio Jiménez.
"Son personas más sencillas, agricultores no acostumbrados a desenvolverse en el ámbito de la notaría a los que hay que darles otro trato y explicarles de diferente manera para que lo entiendan, además de que los asuntos son más complejos; en la ciudad la compra-venta de un piso, garaje o lonja es sota, caballo y rey, mientras que en el ámbito rural son compra-ventas de fincas rústicas que, por un ejemplo, un padre cambió a otro vecino, pero no escrituró y el hijo quiere saber cómo puede hacerlo ahora y pagando los menos impuestos posible... Ahí la labor de asesoría del notario es muy importante", valora.
Por eso, "el tiempo medio que dedico a cada caso es mayor que en una notaría de ciudad, donde hay escrituras que salen como churros, caso de las grandes promociones de venta de viviendas, todas iguales; aquí, en cambio, cada escritura es distinta a la otra", ejemplifica.
Nuevas competencias
En su despacho se ha llegado a encontrar fincas inscritas en 1890 a nombre de personas que en muchos casos los ahora herederos no saben ni quiénes eran, fincas que hay que poner a nombre del actual propietario iniciando un expediente de reanudación de tracto interrumpido, porque se ha roto la cadena y el anterior eslabón, igual es de hace cien años.
"Se trata de expedientes que antes se tramitaban ante el juzgado, lo que resultaba una pérdida de dinero y tiempo, además de que difícilmente llegaban a buen puerto, mientras que ahora se pueden realizar ante notario, de forma más ágil y menos costosa, tanto en dinero como en tiempo, y al final, producen una gran satisfacción al cliente, pero también al notario, que ve cómo ha resuelto el problema a esa persona", subraya.
No es la única competencia nueva que ha asumido el notariado. Demetrio Jiménez ya se ha estrenado oficiando bodas, "incluso algunas de esas parejas ya se ha separado", bromea. Ante él también ha jurado la Constitución una persona tras obtener la nacionalidad española, mientras que antes únicamente podía haberlo hecho ante el Registro Civil. "Y se han acortado los plazos", puntualiza.
Asimismo, en su dilatada carrera profesional ha lidiado con situaciones desagradables desempeñando el papel de mediador, aunque reconoce que no muchas. "Más que enemistarse por la herencia en sí, lo que suele ocurrir es que ya se llevan mal o tienen diferencias desde hace tiempo; entonces, cuando muere el padre o la madre y un hijo se encuentra, por ejemplo, que no le han dejado nada, pues... porque en Euskadi, desde 2015, el testador tiene más libertad y si no quiere dejar nada a un hijo lo puede hacer sin necesidad de justificación", argumenta.
"Cuando el contenido del testamento es ese, evidentemente la situación es incómoda, la verdad, incluso para mí que sólo estoy cumpliendo con mi labor de notario", admite.
"A cuenta de una herencia tuve que llamar a la Guardia Civil por una pelea entre dos hermanos"
begoña vallejo. Notaria de Agurain
"Lo que diferencia a un notario rural de un notario de ciudad es el trato personal con la gente"
demetrio jiménez. Notario de Laguardia