Euskadi despejó ayer la incógnita sobre la campana, al comunicar que ha pedido autorización al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) para prorrogar hasta el 13 de febrero la exigencia del pasaporte covid para entrar en los espacios donde ahora ya era obligatorio, y ampliarlo a nuevos locales como hoteles, alojamientos turísticos y salones de juego. Justo antes del puente de la Inmaculada, el 4 de diciembre, se instauró la exigencia de este pase, primero para ocio nocturno y grandes restaurantes y posteriormente, el 15 de ese mes, y con el aval judicial, se amplió a toda la hostelería y otros ámbitos como hospitales, residencias, gimnasios, polideportivos y espectáculos culturales.
La obligatoriedad del certificado para acceder a estos espacios tenía vigencia hasta el lunes 31. Pero hasta ahora no se había procedido a pedir la autorización necesaria para que continúase vigente. De hecho, incluso se había dejado abierta la puerta a su retirada. Pero finalmente el Ejecutivo de Urkullu ha optado por extender la exigencia de este documento de vacunación a nuevos espacios que hasta ahora no estaban contemplados como hoteles, alojamientos, turísticos y salones de juego.
Pero eso no es todo. Con el objetivo de consolidar la tendencia decreciente de contagios, y dado que la circulación del virus sigue siendo “muy intensa” y el nivel de ocupación hospitalaria muy alto, Euskadi además decidirá previsiblemente mantener las restricciones vigentes.
El consejo asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi, LABI, se reúne esta tarde y todo apunta a que no aliviará las medidas impuestas para contener la propagación del virus. Hace un mes, esta mesa de crisis decidió el cierre de la hostelería y de toda la actividad comercial, cultural y de ocio como muy tarde a la 1 de la madrugada. Además fijó un aforo general al 60% en los locales, con grupos de 10 personas máximo y se recuperó la prohibición del consumo en barra.
Estas medidas vigentes desde el 29 de diciembre expiraban hoy, 28 de enero, fecha en la que decaían de no ser renovadas. Sin embargo, ayer el lehendakari, Iñigo Urkullu, se mostró partidario de mantener las medidas actuales contra el covid por “prudencia y rigor” y consideró que deben prolongarse.
La anterior reunión de este consejo asesor se produjo el pasado 28 de diciembre, cuando Euskadi registraba unos 6.500 casos diarios y la incidencia acumulada estaba en los 2.285 casos por 100.000 habitantes. En la actualidad los contagios han vuelto a superar los 6.000 diarios, algo que no pasaba desde el pasado 14 de enero, y la tasa de incidencia sigue disparada y se sitúa en 3.551.
Sin embargo, lo más controvertido de las últimas jornadas era el pasaporte covid ya que algunas comunidades han decidido suprimirlo. Pero en Euskadi su instauración hace más de mes y medio ha conseguido acorralar a muchos de los que se resistían a vacunarse, fundamentalmente gente joven que ha comprobado cómo precisa de este certificado con código QR para poder acceder a los locales de hostelería y de ocio nocturno.
En este sentido, la consejera afirmó la semana pasada que desde que se adoptó la decisión de requerir el pasaporte covid para diferentes ámbitos y actividades, los datos de las primeras vacunaciones han subido. “Hemos incrementado el número de primovacunaciones sensiblemente”, aseguró. “Es un efecto que se ha visto”, valoró en el Parlamento Vasco. Y es que a 45 días vista de su implantación, el porcentaje de vacunación ha subido un 1,2% en la población general y bastante más entre los veinteañeros.
De cualquier forma no todas las voces comparten la utilidad de este certificado ni su obligatoriedad. Por ejemplo, el pasado sábado una nutrida manifestación recorrió las calles de Bilbao sin mascarillas ni distancia entre ellos, en contra del pasaporte covid y la vacunación. La marcha, convocada por la asociación Bizitza, aseguraba que el pasaporte no es “sanitario” y lo comparaban con el “apartheid”.
No en la misma línea, pero sí poniendo en cuestión su continuidad se manifestó ayer el microbiólogo de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Guillermo Quindós. “El pasaporte covid nunca me ha parecido una herramienta muy potente contra la pandemia. Tuvo su utilidad durante el pico epidémico para cortar la transmisión de la enfermedad e incentivar a vacunarse a los sectores de la sociedad más reacios, como los jóvenes, y eso se ha cumplido”, dijo. Argumentó, si embargo, que en este momento que se registra una tendencia a la baja en los contagios “no aporta más beneficios que perjuicios”, principalmente por el esfuerzo que supone para hosteleros o gestores culturales.
Por otro lado y en el marco de las limitaciones en vigor, lo que sí se recupera este fin de semana es la competición del deporte escolar, una medida que las diputaciones decidieron el pasado 7 de enero tras una recomendación del Departamento de Salud, y que acordaron revocar el pasado martes.
Quince días más de pasaporte. La Junta de Andalucía ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) la prórroga de quince días para la exigencia del certificado de vacunación. De hecho, todos los participantes en las procesiones de Semana Santa deberán acreditar este certificado -bien por pauta de vacunación completa, bien por recuperación de la enfermedad-. Por otro lado, Galicia ha eliminado las principales restricciones, excepto la obligatoriedad del certificado covid en locales de hostelería y otros establecimientos.
Navarra y La Rioja. Igualmente Navarra decidió el miércoles prorrogar en su integridad las medidas vigentes sobre límites de horarios y aforos en hostelería y ocio nocturno hasta el próximo 14 de febrero. La Rioja ha eliminado las limitaciones pero no el documento covid. Valencia también mantiene la obligatoriedad del pase covid en espacios hosteleros y de ocio.
“El pasaporte covid ha ayudado a incentivar la vacunación de los jóvenes, los más reacios”
Catedrático de Microbiología de la UPV