El comité de empresa de Fundiciones Inyectadas Alavesas, Fiasa, empresa ubicada en el polígono de Subillabide de Nanclares de la Oca, ha denunciado el abuso y acoso sexual que ha sufrido una trabajadora por parte de un alto cargo de la empresa y la actitud "negligente" y "encubridora" de la dirección ante este hecho.
El comité de esta empresa, con más de 300 personas en plantilla, compuesto por ELA, LAB y UGT ha explicado en una nota de prensa, recogida por la agencia EFE, que el caso se remonta a finales de 2017 cuando un alto cargo de la compañía "comenzó a acosar y abusar sexualmente de una compañera de trabajo".
Según explica, esta trabajadora ha padecido agresiones psicológicas y físicas, así como "comentarios sexistas, mensajes y audios de contenido sexual, y abuso sexual físico en el puesto de trabajo". El caso ha sido denunciado en el ámbito social y penal y se está a la espera de juicio.
El comité dice que Fiasa ha actuado de manera negligente. En concreto, la representación sindical afirma que en 2020 cuando la trabajadora puso en conocimiento de la empresa lo que estaba sucediendo la dirección le trasladó que se activaría un protocolo contra el acoso en el trabajo en general y "no el específico de acoso sexual que requería la situación", según el comité.
También denuncian que la dirección no comunicó al comité lo que estaba sucediendo ni informó sobre la activación de un protocolo de acoso y que la única medida que la empresa adoptó fue la de cambiar de lugar de trabajo y de funciones a la trabajadora, "mientras que el agresor mantuvo intactas sus condiciones y estatus" dentro de la misma.
"Para más inri, mientras ella ha sido doblemente victimizada, el agresor ha sido recompensado con un ascenso a un puesto directivo en la empresa. Por todo esto, la actuación de la empresa ante los hechos resulta aberrante y nuevamente violenta para con la compañera agredida", ha censurado el comité.
Además la representación sindical ha denunciado que en septiembre de 2021 la dirección decidió "unilateralmente volver a juntar en el mismo lugar de trabajo a agresor y víctima. Una acción sin justificación alguna, restando de nuevo importancia a un hecho gravísimo como es el acoso sexual para no adoptar las medidas oportunas, silenciando y abandonado a la víctima de los abusos a su suerte".
Ante la "gravedad" de esta situación el comité de Fiasa ha exigido que la dirección "inicie un procedimiento de asunción de responsabilidades respecto a su papel de encubridora" del agresor y que aplique el régimen disciplinario que establece el convenio porque no se puede aceptar que un hecho de esta envergadura se trate "con esta ligereza".
También solicita la creación de un plan de igualdad para el centro que cuente con un protocolo contra el acoso sexual y por razón de sexo con medidas específicas y que se negocie con la parte social.