"Desertor" del vacuno de leche, José Antonio Gorbea regenta ahora una pequeña explotación de 50 vacas pirenaicas en Retes de Llanteno. "Es un debate ficticio y manipulado", manifiesta en relación al follón montado a raíz de las declaraciones del ministro Garzón criticando las granjas de grandes dimensiones. "El quid de la cuestión es qué tipo de agricultura y ganadería queremos", considera.
Piensa que es necesario llegar a un acuerdo entre la sociedad de las ciudades y la del campo. Que todos los agentes tienen que sentarse a debatir qué tipo de explotaciones queremos, todos: agricultores, ganaderos, ecologistas, sindicatos, políticos y consumidores. Ése es en su opinión el verdadero debate, más que si una carne u otra porque -subraya-, a día de hoy, todas las carnes que se producen tienen que cumplir unos mínimos requisitos de seguridad alimentaria, bienestar animal, tratamiento de residuos... El problema está en que "las políticas que hacen los políticos que tenemos van hacia la desaparición de la ganadería familiar", lamenta.
Sin rentabilidad
"Mucho se habla de la España vaciada, pues son las explotaciones familiares las que realmente fijan población en los pueblos; tendrían que poder vivir de la agricultura y de la ganadería; sin embargo, las políticas actuales nos llevan a vivir de las ayudas porque, no nos engañemos, aquí nadie vive de lo que saca del ganado, que no cuenten penas, eso es mentira; nos están convirtiendo en cazasubvenciones y ésa es una bola de nieve que puede reventar y traer problemas, ya que en el momento en el que desaparezcan las pequeñas explotaciones familiares..."