¿Hasta qué punto se está resintiendo la actividad legislativa debido al coronavirus?
-Últimamente menos, aunque me refiero a día de hoy porque mañana no se sabe qué es lo que pasará. Desde el principio lo hizo de una manera dura, pero lo que pasa es que supimos ser muy ágiles y muy flexibles porque tenemos un equipo impresionante también y quiero agradecer todo ese trabajo. El equipo funcionarial de Juntas Generales son apenas 14 personas, pero como es un grupo muy pequeñito y muy cohesionado, nos permitió dar pasos muy rápidos. ¿Hasta qué punto ha afectado? Durante la época crítica de la pandemia y hasta junio de este año hemos tenido un doble parlamento: uno presencial y otro virtual y en muy poco tiempo supimos pasar de uno a otro porque pudimos adaptar los equipos y hacernos con los programas necesarios para hacer Plenos digitales y mixtos.
¿Qué nota le da ahora a la digitalización de las Juntas?
-¿Sobre cuánto?
Sobre 10.
-Pues un 10.
¿Sí?
-Sí porque durante esta época también hemos cambiado la página web. Era una buena herramienta de trabajo interno, pero no tanto para el acceso al ciudadano o para los medios de comunicación. Ahora, en cambio, es una página mucho más intuitiva y se pueden ver los plenos en directo con sonido original o traducción; hay una mediateca en la que no solo puedes llegar a una determinada sesión, sino que puedes elegir una intervención concreta. Es muy completa y muy fácil para el trabajo de los procuradores. Por eso le daría un 10. Y eso ha hecho que el salón de plenos esté ahora en todos los lugares. Otra adaptación que hemos hecho es que las comisiones ahora se celebran en dos salas, que están comunicadas telemáticamente, porque no era posible que todos los asistentes estuvieran en una única. También hemos puesto medidores de CO2.
El sábado fue la jornada de puertas abiertas de Juntas Generales. ¿Cree que esta institución sigue siendo una gran desconocida?
-Sí y eso va a costar mucho, pero estamos trabajando en que no lo sea, por eso hacemos jornadas como la de puertas abiertas o los plenos tradicionales, que suelen tener más repercusión mediática. Como la relación de la ciudadanía es con la Diputación, parece que todo el mundo la conoce a ella pero no a las Juntas Generales, que son eso: el Parlamento. Tengo una vecina que cuando supo que yo iba a a ir allí me preguntó que qué eran exactamente y yo le dije que se definen en el parlamento de Álava.
Otra de las críticas que recibe la Cámara alavesa es que se enreda en debates que en nada tienen que ver con el día a a día del territorio o con sus competencias...
-Sí, pero el reglamento lo tenemos así puesto e intentar cambiarlo da lugar a tensiones que muchas veces son innecesarias. Hay cuestiones que a veces no competen pero atañen a la ciudadanía alavesa. La Cámara tiene que dar también cabida a ese tipo de debates que afectan a la ciudadanía alavesa, porque aunque la Diputación no tenga competencias de gestión, las Juntas sí que tienen capacidad de debate y de pulsar la opinión de los representantes de los ciudadanos.
¿Está lo suficientemente representada la zona rural en las Juntas Generales?
-Mi opinión es que no porque la representación es exclusivamente en función del número de habitantes y la situación de Álava es que Vitoria concentra el 80% de la población del territorio. Sin embargo, los problemas de los ciudadanos y sus asuntos de interés no son los mismos que en la zona rural y que los que hay de una zona rural a otra. Vitoria tiene 39 representantes en unas Juntas que tienen 51 junteros, y Ayala tiene 5. Y si quitamos los de Ayala y Vitoria, solamente hay 7 para Tierras Esparsas.
¿Y cómo se le puede dar la vuelta?
-La vuelta se le puede dar no en nuestra casa, sino modificando la Ley de Territorios Históricos en el Parlamento Vasco. Pero no es fácil porque Vitoria perdería representación y hay algunas organizaciones que tienen escasa representación en el territorio o ninguna, de manera que su representación en Juntas es exclusivamente a través de la circunscripción electoral de la Cuadrilla de Vitoria. Y hay algunos que no están de acuerdo en perderla y se aferran a ella. Mi opinión es que es importante el número de habitantes, pero también en función del territorio. En el Congreso, las circunscripciones son las provincias, pero hay un número fijo por cada provincia y luego empiezan proporcionalmente por habitantes. Yo creo que deberíamos ir a esa distribución.
Uno de los retos que se propuso como presidente es que las Juntas fueran una institución más eficaz. ¿Lo ha logrado?
-Eso yo creo que sí. La digitalización ha contribuido en buena parte a eso, pero faltaría una segunda parte que es la de hacer los debates más ligeros... Hemos logrado hacer unos plazos más cortos. Cuando llegué a este parlamento, los Plenos se celebraban una vez al mes y ahora tenemos uno cada semana. Los plazos desde que se presenta una iniciativa hasta que se sustancia en una comisión o en un pleno se han acortado, pero también tienen sus plazos.
¿Qué espera de lo que queda de legislatura?
-Que salgamos de la situación del covid, que volvamos a ser una sociedad normal, que aprovechemos de esta pandemia las muchas cosas que nos va a dejar buenas y que eso se refleje en esta institución.
¿En qué situaciones ha vivido en esta legislatura mayor tensión?
-Probablemente en la pandemia y en la situación de zozobra que vivimos el primer mes. Fuimos la primera institución en decretar el cierre y suspender plenos. A partir de ahí hubo tensión porque no sabíamos cómo podía funcionar un parlamento cuando todos estábamos en casa. La mesa decidió que la junta de portavoces se iba a reunir de manera telemática y permanentemente, con unos sistemas que nos costaron ponerlos en marcha. El actual que tenemos estuvimos probándolo un mes antes de ponerlo en marcha. Fuimos los conejillos de indias de la empresa que nos suministra los programas informáticos porque estaba interesada en desarrollar un sistema similar para los clientes que tiene en todo el Estado. Y nuestra gente hacía simulaciones de debate con los técnicos de la empresa, sin importar que fuera un domingo por la tarde, para desarrollar todo aquello. En 15 días estábamos prácticamente en marcha y el 20 de mayo fuimos la primera institución en todo el Estado en celebrar un pleno semipresencial.
¿Cómo vive eso de ser presidente cuando la Cámara se revuelve y tiene que poner orden?
-En algunas cuestiones hay que llamar al orden al que está interviniendo y en otras, al que está en el escaño gesticulando o interrumpiendo al que está tomando la palabra, pero, en general, no suelen ser para tanto esas revueltas.
Hace tiempo que en las Juntas Generales no había mayoría absoluta, como presidente de las mismas, ¿lo agradece o no a la hora de conseguir hechos tangibles?
-Si quieres que te diga la verdad, al principio de la legislatura pensaba que lo iba a agradecer y que todo iba a ser sencillo, pero ha resultado que no. Un gobierno que tiene la mayoría absoluta, con dos grupos parlamentarios que en este caso son los que la suman, tampoco es sencillo. Así que sí, me ha sorprendido, pensaba que iba a ser todo más sencillo. No voy a decir que me quedo con la legislatura anterior, porque no, pero no es tan sencillo.
Es su segunda legislatura como presidente, sería histórico que hubiera una tercera. ¿Lo ve posible?
-Pues te voy a decir la misma respuesta que debemos dar todos los miembros del Partido Nacionalista Vasco: eso no depende de nosotros, sino del partido y en el PNV no hay opción de presentarse a un cargo, sino que son otros los que tienen que solicitar la candidatura.
¿Pero a usted le gustaría?
-Ni me gustaría ni no me gustaría. Yo siempre he dicho que yo estoy siempre a disposición de lo que diga mi partido, pero no depende de mí, sino de otros que apoyen mi candidatura y que después otros la aprueben y no en una ronda, sino en dos. Son unas primarias internas que tienen doble vuelta también. No es una cuestión que esté dentro de mi opción, aparte de que debemos de esperar a lo que elijan los ciudadanos y lo que diga la propia Cámara en una cuarta elección...
Toda una hazaña, pero teniendo en cuenta que ya ha superado dos legislaturas...
-Creo que, más que histórico o no, sería anecdótico.