l restaurante Kea Basque Fine Food crecerá y se expandirá hacia el local contiguo, ocupando parte de lo que fue la tienda de chucherías Gretel, en el corazón de la calle San Prudencio, según ha podido confirmar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.
El primer negocio en levantar la persiana, de los dos únicos locales que registran actividad en la manzana de Dato, General Álava y San Prudencio, tiene listo todo el proyecto y únicamente está a expensas de recibir la concesión de la licencia de obra por parte del Ayuntamiento para comenzar con las labores. La intención es llevar a cabo los trabajos en la recta final de este año y concluir la ampliación a finales del próximo mes de enero, siempre y cuando se reciba el documento que posibilita iniciar las obras. Es cuestión ahora de los técnicos municipales dar el visto bueno al último requerimiento de información solicitado y aportado por los promotores a comienzos de octubre.
Inaugurado en agosto del pasado año, los rectores de Kea afrontan ahora el vértigo de una ampliación, de un total de 97 metros cuadrados construidos, que permitirá aumentar la zona destinada a comedor, montar una pequeña cocina de apoyo a la existente, centrada sobre todo en la parrilla, así como un vestuario de personal y una zona de almacén, tal y como ha conocido DNA.
Las nuevas dependencias del templo gastronómico de la calle San Prudencio crecerán hacia la zona trasera del actual local y cogerán una porción de la antigua sociedad gastronómica Zaldibartxo. En un primer momento ya tomaron parte de ese txoko y ahora se va a completar con otro puñado más de Zaldibartxo, aunque sin agotar todos los metros cuadrados de la sociedad y restando solo ya una pequeña parte.
Ese salto hacia el nuevo Kea va a ser más notable al conquistar una parte significativa del local que durante muchos años ocupó la tienda de chucherías Gretel. Deberá para eso bordear por la parte de atrás el portal número 19 de la calle San Prudencio que separa ambos locales. La amplia manzana interior hace posible dotar de conexión ambas zonas por lo que el actual restaurante, quedará unido a esa ampliación superando el obstáculo del portal de esa comunidad.
Gracias a esa ampliación se va a aumentar la capacidad de la sala donde la clientela pueda degustar las sabrosas y variadas viandas que salen de los fogones de Kea. De los 97 metros construidos sobre los que se va a acometer la ampliación, más de la mitad, 56.87, se van a destinar para aumentar la capacidad del comedor. El espacio restante se dedicará a otras dependencias como la cocina de apoyo, el vestuario y el almacén para mercancías. El crecimiento del local va a ser notable, al pasar de los 186,24 metros cuadrados construidos y alcanzar una superficie total de 282. No todos ellos serán útiles y los aprovechables para el negocio van a ser 233,46.
A expensas del visto bueno municipal y dar inicio a las labores de acondicionamiento del local, solo una porción de las vallas que ocuparon la calle van a seguir en San Prudencio. Se trata de las ubicadas justamente delante del negocio de Gretel en el que muchos gasteiztarras endulzaron sus días con la compra de alguna golosina del extenso catálogo que allí se despachaba.
Mientras tanto, el resto de vallas metálicas que se habían convertido en elementos habituales ya han desaparecido por completo. Tras el requerimiento municipal a la constructora empezó esa retirada a la altura de la agencia de viajes Guria. Poco a poco siguieron los operarios retirando los tramos de hormigón y las protecciones metálicas frente a los comercios y tapiando con ladrillos la entrada a lo que fueron locales como lámparas Salazar, Natura o la cafetería Dakar. Estos son los únicos trabajos que se aprecian en una manzana que ha generado controversia en los últimos meses, por los llamamientos del Ayuntamiento a la promotora del proyecto para que ponga en el mercado esos céntricos espacios.
Los promotores esperan recibir la licencia del Ayuntamiento para iniciar las labores y tener la obra concluida a finales de enero