Casi tres años y medio han transcurrido desde que la capital alavesa vivió su último asesinato machista. Fue el 20 de abril de 2018, cuando un vecino de Lakua-Arriaga acabó con las vidas de su expareja -de la que se hallaba en proceso de separación- y la madre de esta. Un suceso que mantuvo en vilo durante toda una mañana al barrio y a toda la ciudad y en el que el agresor además prendió fuego a la vivienda y saltó al vacío desde un octavo piso, resultando herido grave.
La tragedia de la violencia machista se manifestaba así en Gasteiz con toda su crudeza, después de 22 meses sin registrar víctimas mortales. Había que remontarse a junio de 2016, cuando la Er-tzaintza puso luz al macabro asesinato de una mujer de 60 años cuyo cuerpo fue despedazado y arrojado al cauce del río Zadorra, a la altura del puente de Abetxuko. El autor confeso reconoció haber acabado con la vida de la mujer en su domicilio de la calle Nueva Dentro, que ocasionalmente ella solía visitar. Para deshacerse del cuerpo la despedazó y transportó sus restos en una maleta con ruedas en tres viajes diferentes y terminar arrojándolos al cauce del Zadorra, junto al puente de Abetxuko.
Ese 2016 ya había comenzado con un sobresalto en el centro de la ciudad, en la madrugada del 25 de enero. La discusión entre una pareja de novios concluyó con el lanzamiento de un bebé por la ventana del inmueble situado en el primer piso del número 14 de la calle Libertad. La pequeña Alicia falleció al no poder superar las graves heridas ocasionadas por la caída.
Aunque en 2017 no hubo que lamentar la pérdida de vidas por la violencia machista en la capital alavesa, desgraciadamente no ocurrió así en el conjunto del territorio. Una mujer de 44 años murió a manos de su marido en Turiso, en el término municipal de Lantarón el 3 de octubre. El homicida asestó varios golpes con un mazo de grandes dimensiones a la mujer.
Una vez consumado el delito, procedió a introducir el cuerpo en un vehículo y trasladarlo hasta la vecina localidad burgalesa de Miranda de Ebro para deshacerse de él. Tras este viaje el varón procedió con su actividad de una jornada normal y acudió a su puesto de trabajo, donde fue detenido por efectivos policiales. En diciembre de 2020, la Audiencia de Álava condenó a 21 años de cárcel por asesinato con alevosía y con las agravantes de género y parentesco al autor de este crimen, tras ser declarado culpable por un jurado popular.