- La misa pontifical por el día grande de la Virgen Blanca comenzó ayer en San Miguel con una breve procesión desde la sacristía hasta el altar mayor, donde fueron llegando los concelebrantes, la junta de gobierno de la Cofradía de la Virgen Blanca y las principales autoridades de la ciudad, del territorio y del Gobierno central en Vitoria encabezadas por el alcalde, Gorka Urtaran, el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi y el subdelegado del Gobierno, Carlos Zapatero.
Las primeras palabras del obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, fueron para apelar al optimismo. "De una crisis como esta pueden salir buenas cosas y aparecer buenos hombres y mujeres, pues de un mal podemos sacar un bien, como nos recuerda San Ignacio de Loyola".
Elizalde instó durante su homilía a potenciar la familia "como verdadera escuela de valores" y alertó de que la secularización "amenaza no solo el ADN de nuestras fiestas patronales, sino nuestra cultura y valores".