- En febrero de 2018, Joseba Arregi había salido por el Casco Viejo de Gasteiz con un profesor ruso, Dmitrii Enygin, de la Plekhanov Russian Academy of Economics. Ambos se toparon con los incidentes que se produjeron entre hinchas del Deportivo Alavés y del Spartak de Moscú, que había venido a Euskadi para jugar una eliminatoria de la Europa League contra el Athletic. Al mal sabor de boca por lo sucedido se sumó, escasos días después, la triste imagen de un Ertzaina muerto en los disturbios, ya de muy importante entidad, producidos en Bilbao antes del partido.

Inocencio Alonso de desplomó a causa de una parada cardiorrespiratoria en mitad de una batalla campal, en los aledaños de San Mamés, y pese a que se le trató de reanimar durante más de una hora, los servicios médicos no pudieron salvarle la vida.

Los ultras del Spartak habían llegado a la capital vizcaína precedidos de la etiqueta de ser los más peligrosos de Europa, el ambiente se venía caldeando desde varios días atrás, y finalmente se produjeron unos disturbios que contribuyeron a manchar la imagen de un país poco conocido en Euskadi y por tanto asociado a todo tipo de prejuicios.

Arregi y Enygin decidieron dar un paso adelante ante lo sucedido, y surgió entonces el proyecto para superar los discursos de odio y fomentar el conocimiento mutuo que, tres años después, sigue adelante. Desde entonces, el alumnado ruso y el vasco intercambian vídeos para dar a conocer sus respectivas realidades, para romper esos prejuicios y alimentar la curiosidad.

Además, el programa cumple con el objetivo añadido de que los estudiantes, al contar su propia realidad, terminan por conocerla un poco mejor.