Más de 13.000 personas y/o familias se beneficiaron el pasado año de los ocho programas desarrollados para hacer frente a las nefastas consecuencias de la pandemia sanitaria. Precisamente, Inor atzean utzi gabe surgió para dar respuesta a situaciones de riesgo, exclusión y pobreza derivadas o agravadas por el covid.

Además, otras más de 63.000 se beneficiaron de las Ayudas de Emergencia Social (AES), complementadas para atender necesidades derivadas de la pandemia.

"Detectamos algunas necesidades y nos pusimos manos a la obra para hacerles frente", ha señalado la consejera de Igualdad del Gobierno Vasco, Beatriz Artolazabal, acompañada por representantes de las más de cuarenta entidades sociales que han participado en los ocho programas de ayuda social.

En el acto también han participado Gorka Urtaran, alcalde de Vitoria, y Mikel Barturen, coordinador de Sareen Sarea, la red del tercer sector social de Euskadi.

Colaboración institucional

Urtaran ha subrayado la importancia mayúscula que durante la pandemia está teniendo la colaboración interinstitucional y con las asociaciones de voluntariado. Y es que, en Euskadi hay casi 4.000 organizaciones con más de 38.500 personas empleadas y casi 160.000 voluntarias.

Por su parte, Mikel Barturen ha enfatizado que "se han expuesto problemas y necesidades a las que se han buscado respuestas de manera conjunta y colaborativa". A continuación han explicado el impacto de los ocho programas surgidos del fondo covid.

Aterpeak, que habilitó lugares para acoger a personas sin hogar en las tres capitales, atendió a 1.635 personas y dispensó 978 kit de prendas y 62 kits de material escolar.

Guztion Artean, la red de solidaridad organizada para poder canalizar la ayuda, realizó 2.295 intervenciones, como compra de medicamentos, comida o productos de higiene.

Apoyo psicológico

ADI ofrece apoyo psicológico a personas que debido al estado de confinamiento y alarma vieron acentuado su malestar emocional, especialmente, personas mayores. Son 511 las personas que fueron atendidas de forma directa o indirecta en 2020.

Betirako, el servicio de acompañamiento al duelo de personas que han perdido a algún familiar durante el confinamiento, atendió a 402 personas o familias.

Azken Sarea Indartzen supone una última red para dar cobertura a las necesidades básicas de personas y familias con falta de recursos que no pueden acceder a las AES ni a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). En 2020 se repartieron 7.621 prestaciones.

Erdu, el programa de intervención de proximidad en adicciones, atendió el año pasado a 832 personas en unidades móviles y de forma telemática.

Lehen Urratsa, por su parte, incorpora la puesta en marcha de itinerarios desde los recursos de alojamiento y acompañamiento social de las personas sin hogar que fueron acogidas en refugios durante el confinamiento. En 2020 fueron atendidas 694 personas.

Refuerzo educativo

Aukerak Suspertzen es un programa de refuerzo educativo extraescolar para alumnado afectado por la brecha digital. Atendió a 928 familias, un tercio de ellas monoparentales y, en total, a 1.114 niños y niñas.

"Estoy orgullosa de cada uno de los ocho programas impulsados", manifiesta Artolazabal.

Así, este año, cinco de los programas incluidos en el fondo contra las consecuencias sociales de la pandemia continúan, gracias a partidas destinadas a entidades sociales por valor de 8,6 millones. A ellos hay que añadir los 1.3 millones del programa contra la brecha digital escolar, que adquiere vocación de permanencia.

Ayudas de Emergencia Social

La consejera también ha recordado el impulso que en marzo pasado se dio a AES, ampliando las ayudas en 16 millones de euros.

En 2020 fueron más de 68.000 las solicitudes recibidas por los servicios sociales de base llegando a más de 63.000 personas, de las cuales, el 55% (más de 35.000) son mujeres. Y más de 18.000 son personas menores de 15 años.

Si el año pasado el incremento por causa del covid fue de 16 millones de euros, este año, el aumento es de 15 millones de euros, según ha avanzado la consejera de Igualdad.