- El diputado de Medio Ambiente, Josean Galera, reconoce que el objetivo final debe ser el compromiso de los alaveses por llegar a un nivel cero en el transporte de residuos de la fracción resto porque todo él se recicla como compost. El proyecto pretende seguir trabajando con los ayuntamientos para seguir mejorando los ratios existentes de recogida de la fracción orgánica de los residuos sólidos.

¿Cómo lo pretenden acometer?

-Para potenciar esta medida, lo que hacemos es poner en marcha una red de conocimiento con los técnicos municipales para que puedan trabajar en red, para que la gestión de los residuos siga siendo correcta, aumentar la gestión descentralizada en los núcleos urbanos e intercambio de experiencias.

¿Cómo valora la experiencia sobre el modelo austriaco que se ha desarrollado en el territorio?

-Es una experiencia con la que un gestor del sector primario, relacionado con la ganadería o la agricultura, se convierte a su vez en gestor local de la materia orgánica de su entorno. En el entorno urbano hay unos consumidores que generan residuos de fracción resto. Así que la idea es que el ganadero, en este caso, porque también puede ser un agricultor, se hace cargo de esos residuos y los gestiona con los que su actividad genera.

¿Cómo repercute esa experiencia sobre lo que se quiere realizar?

-Como una muestra, porque lo que se pretende es ir más allá. Hay distintos enclaves en el territorio alavés, donde lo que se está haciendo de una manera mancomunada, comunal, es recogiendo y gestionando la fracción orgánica de los residuos. Los vecinos acuden a las composteras y depositan allí sus residuos. De esta forma se generan conocimientos y experiencias que pueden ser compartidas por los técnicos para trabajar con estándares comunes. Así se impulsará más esta gestión.

Esto puede suponer un incremento de compost importante. ¿Hay salida para todo?

-Hay una salida natural hacia el autoconsumo, pero también para todas las intervenciones que se tengan que hacer en espacios públicos verdes, para las enmiendas del suelo que se suelen utilizar en trabajos de jardinería y para los que generalmente se utilizan productos manufacturados que el mercado pone a disposición de las empresas.

A esto se añade el ahorro que supone el menor traslado de residuos a vertedero€

-Hay dos efectos en esta reducción. Por un lado, el descenso de kilos, que en su mayor medida es agua, y que tiene un impacto importante en la factura del traslado. Pero a esto se añade el valor ambiental que tiene este tipo de tareas y que desde la Diputación consideramos que es ideal para pueblos no demasiado grandes. Es una buena fórmula para reducir los residuos hasta prácticamente el cien por cien de la materia orgánica que se puede producir con un tratamiento local. Así, estos núcleos solo tendrían que gestionar el resto de sus residuos, pero no la fracción resto.