- La basauritarra Sheila Márquez vio que se reclutaban candidatos vascos para la vacuna de CureVac en Facebook. Y a BioCruces que se fue de cabeza. Le pusieron la primera dosis el pasado 19 de febrero y ahora le espera la segunda para el 18 de marzo, aunque no está obsesionada con el calendario y tiene que ir a comprobar la fecha exacta. “A mí, el primer pinchazo no me ha dado ningún problema. Cero molestias. Ni dolor en el brazo, ni molestias de ningún tipo. Ni me he enterado”, explica.
Con un niño de siete años y una niña de tres, ser voluntaria es la única manera que ve para “poder ayudar y además, protegernos”. El ensayo clínico la mantiene totalmente controlada. “Te dan unas cinco páginas con información de todo tipo, con números de teléfono para llamar las 24 horas del día, incluso los fines de semana, te informan de las veces que te tienes que presentar allí. Y por supuesto me he tenido que descargar una aplicación en el móvil, donde introducir los parámetros que te piden. También nos hacen una especie de encuesta cada cuatro días por si tenemos alguna intomatología. Estamos completamente controlados”, declara Márquez. “Si tomase alguna medicación o me pusiesen algún tipo de tratamiento lo tendría que incorporar y si voy al médico por cualquier otro motivo, tengo que indicarle que estoy tomando parte en este estudio. Y si tuviera síntomas parecidos o relacionados con el coronavirus también tengo que notificarlo”, detalla.
Para que le aceptaran como voluntaria pasó una entrevista personal con un médico, que le cuestionó sobre todos sus antecedentes médicos y sobre los fármacos que tomaba. Pero Sheila está sana como un roble. No tiene ninguna complicación médica. Y por supuesto, tampoco miedo. “Confío en la medicina y en la seguridad de las vacunas. Me animé porque, al principio, veía que la gente de alrededor era muy reacia a ponerse la vacuna. Pero yo creo que estas cosas pasan todos los controles. Además, Osakidetza avala las pruebas y no creo que se ponga en riesgo a la población”, subraya.
Es consciente de que muchos ciudadanos argumentan que no se fían porque han salido al mercado demasiado pronto. “La gente es muy desconfiada. Pero yo creo que los permisos se han dado tan rápido porque hay prisa. Se está muriendo mucha gente y hay que meterle caña a este tema”, destaca.
“Hay que colaborar y contribuir porque si no a ver ¡cómo se va a parar a este maldito bicho! “Además mira cómo está el suministro de vacunas, que están llegando a cuentagotas. ¡Si ni siquiera hay suficientes para nuestros mayores! Así que si sacamos más, son más dosis para todos y podremos quizá salir cuanto antes de esta”.