- La crisis sanitaria por la pandemia de la covid-19 está haciendo mella en la economía de muchos hogares y de ello dan fe los balances de actividad de asociaciones humanitarias que, en el territorio, están a cargo del reparto mensual de alimentos y artículos de primera necesidad entre las familias más necesitadas de cada municipio. Una de ellas es la de Laguntza en Amurrio que ha cerrado el ejercicio de 2020 con el reparto de 110 toneladas de alimentos, cuando en 2017 fue de 99, y ello a pesar de que su labor no pudo llevarse a cabo en abril, como consecuencia directa del confinamiento de marzo.
De hecho, aunque terminaron diciembre atendiendo a 114 familias (en torno a 420 personas, de las que 18 eran niños y niñas menores de 2 años), su trabajo se intensificó de mayo a julio, cuando pasaron de 115 a 138 familias atendidas. Unos meses en los que "no podríamos haber seguido haciendo los repartos de no haber sido por la colaboración de voluntarios y voluntarias ajenas a nuestra asociación, a quienes desde aquí agradecemos su colaboración", reconocen. Y es que, en Laguntza trabajan de forma voluntaria personas, mayoritariamente mujeres y de cierta edad, que no podían seguir con su labor altruista, aunque quisieran, por encontrarse entre los colectivos de alto riesgo.
Asimismo, su ropero social -sito en el local número dos de la calle Intxaurdio y gracias al que el grupo pudo comprar en torno a 11 de las toneladas de alimentos distribuidos el pasado año, sumadas las ventas a distintos donativos- también se vio afectado por la pandemia, y estuvo cerrado desde mediados de marzo hasta mediados de junio, cuando retomó su actividad estableciendo normas especiales, como control del aforo, uso de la mascarilla y tiempo de permanencia en tienda, no permitiendo probarse la ropa ni se admitían devoluciones. Este servicio abre sus puertas cada martes, de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 19.30 horas.
Con todo, a finales del año llegó un poco de alegría, ya que pudieron sacar adelante una exitosa campaña de recogida de juguetes y libros, que regalaron el 23 de diciembre entre menores de familias necesitadas. En este sentido, desde Laguntza no quieren cerrar el balance de 2020 sin "agradecer a todas las personas la ropa y juguetes que nos han llevado durante el año, así como los donativos que hemos recibido, tanto en dinero como en alimentos, o como una partida de mascarillas de tela que nos han donado para todas las personas usuarias, sin olvidar a los voluntarios ajenos a Laguntza que han colaborado y colaboran en los repartos mensuales de los alimentos". Entre éstos se encuentran los miembros de Amurrio Trail Taldea que, precisamente por su labor voluntaria de ayuda a sus convecinos durante el confinamiento, logros deportivos a parte, recibirán el próximo 13 de marzo, en Amurrio Antzokia, la insignia Guk de oro que les convertirá en amurrioarras del año, con la posibilidad de ser pregoneros en fiestas, si se celebran.