- El juez ponente del auto que revocó de forma cautelar la prohibición de cierre de la hostelería en los municipios en zona roja ha sembrado la polémica con unas declaraciones sobre el trabajo de los epidemiólogos, que reduce a una simple labor "estadística". "Un epidemiólogo es un médico de cabecera que ha hecho un cursillo", ha considerado.
Luis Ángel Garrido Bengoetxea es el presidente de la sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. Actuó además, como ponente en el auto con el que se suspendió el pasado martes, de forma cautelar, el cierre de los establecimientos hosteleros en los municipios con una mayor tasa de incidencia del virus, superior a 500 por 100.000 habitantes. En el auto, firmado junto a dos magistrados más, se establece que esperar a una sentencia definitiva sobre esta medida generaría un "grave quebranto económico" en el sector, "al carecer de ingresos", alertando de que ello puede suponer que un número importante de ellos no puedan volver a abrir sus puertas. Pero va más allá y tiene en cuenta también la incidencia que la apertura de los bares puede tener en la evolución epidemiológica de la pandemia. Así, considera que su apertura no supone en este momento "un elemento de riesgo cierto y grave para la salud pública" porque alude a que "una parte importante de los epidemiólogos" considera que el principal factor de contagio fueron las reuniones familiares de la Navidad.
Sin embargo, la víspera de firmar el auto, el propio Garrido minimizaba la función de los profesionales de la epidemiología durante una tertulia radiofónica en Bilbao. "En carretera parece que sí se han podido tomar medidas que han limitado el número de accidentes y podemos seguir circulando tranquilamente pero, sin embargo, en el caso de la epidemiología no está tan avanzada como parece", dijo.
Garrido recurrió a un ejemplo para ilustrar sus apreciaciones. "Supongamos que en Bizkaia suben un 2.000% las enfermedades de transmisión sexual. Y llego yo, el gran epidemiólogo de la zona, y digo muy fácil, estese usted dos años sin relaciones sexuales y así bajará la curva", relató. "Para decir eso no añado ningún valor añadido a mi trabajo, mi trabajo es prácticamente es cero", señaló en relación a la labor de los profesionales de este ámbito. Comparó esa situación con la decisión, cuando comenzó la pandemia, de confinar a la población para tratar de contener la curva de contagios de un virus hasta ese momento desconocido a nivel mundial. "Y ahora que te diga, para que el virus se reduzca, tiene usted que quedarse en casa, no hablar con nadie, no puede ir a ningún espectáculo cultural ni hacer nada de nada", prosiguió respecto a un confinamiento.
"Para decir eso, lo sabían en la Edad Media", comparó Garrido al sector epidemiológico en el debate radiofónico en la que participó solo un día antes de emitir el auto. Cuando otro de los tertulianos le replica argumentando que se está trabajando en vacunas, el juez es contundente. "Eso son virólogos, no epidemiólogos, cuidado; epidemiólogo es un médico de cabecera que ha hecho un cursillo. No hay doctorado de esto", limita su preparación. "Para decir que nos quedemos en casa... Creo que el valor añadido de ese trabajo es muy poco, porque ya se les ocurrió en la Edad Media, e incluso antes en los países árabes".
Ayer, en una intervención en ETB, Garrido se reafirmó en sus declaraciones. "La epidemiología a día de hoy está siendo utilizada más que nada como un valor estadístico, todo lo útil que puede ser para saber la evolución de una pandemia, pero en cuanto a soluciones, tanto la epidemiología como otras ciencias afines, cara a que la expansión del virus se reduzca, son soluciones que se estaban dando hace cientos de años", volvió a insistir.