- Unceta-Barrenechea lamenta el progresivo declive del centro de Gasteiz, donde se asienta la sede de la Fundación.
Ya que estamos aquí en plena calle Dato, ¿qué siente al ver el declive que está experimentando el centro de la ciudad?
-Me da muchísima pena ver lo que está ocurriendo aquí. Por una parte está la coyuntura actual del comercio tradicional respecto a otras modalidades o a los cambios de usos y costumbres. Pero sí que es cierto que hace años, cuando empezaron a salir del centro el Ayuntamiento, la Caja Vital o el INSS, recuerdo que ya les decíamos a los representantes políticos de entonces que se iba a desertizar el centro. Empezó a vaciarse de contenido económico y mucha gente empezó a no tener que venir aquí. Y lo mismo pasó con los trabajadores de todas estas entidades, que eran muy numerosos. Es una pena, pero se veía venir. Se prometió una intervención y esa intervención no ha llegado. No se han puesto los medios necesarios para dar la vuelta a esto. Y no soy muy optimista con el futuro.
Esa intervención, si alguna vez llega, llegará tarde.
-Que llega tarde, seguro. Lo que no sé es si llegará fuera de plazo y ya no va a ser posible. Culpar a (Juan Mari) Uriarte de lo que está pasando me parece injusto, porque creo que no toca. Sí es verdad que ese proyecto va mucho más despacio de lo que queremos, pero el problema excede ese ámbito de competencia. A todo el mundo le interesa que al centro le vaya bien. A la Administración, a los propietarios de viviendas o locales... Pero al final no ha habido manera. No se han aunado bien las cosas y no ha habido un liderazgo claro. La apuesta de la Fundación viniendo a la calle Dato fue importante, siendo una zona que en general tiene poco tránsito, y creo que contribuimos en la medida de lo posible a que venga gente y se mueva por el centro. Pero esto necesita mucho más. Es algo de mucho más calado. No veo a ningún líder de ningún tipo que aúne las sensibilidades y dé respuesta a una necesidad de ciudad.