Las medidas para tratar de frenar la pandemia están suponiendo un drama para muchas personas que no pueden desarrollar su actividad en los comercios o tienen que quedarse en casa con un ERTE, o ven su vida cotidiana cambiada. Se asume la normativa que se va dictando desde las instituciones, pero llega un momento en el que la saturación saca a la gente a la calle para mostrar su malestar y hacer ver que si no ganas no comes.
Eso le ocurre, entre otros al comercio y la hostelería, motores del enoturismo en Rioja Alavesa.
-Son gente muy perjudicada con todo este tema y la manifestación me pareció una cosa normal. Como movilización aquí cada uno mira por sus alubias y por su casa y me pareció normal que salieran a la calle.
¿Hay una sensación de impotencia ante todo lo que está acarreando el covid?
-Pues sí. Yo entiendo que son cosas muy difíciles de gestionar y lo que está claro es que desde el Gobierno lo que quieren es hacerlo bien y acertar a la primera. Lo que pasa es que en el camino hay muchos damnificados, en este caso son la hostelería y el comercio, que al final se tienen que pronunciar de alguna manera y mostrar que lo están pasando mal y lo que reclaman es que el gobierno tome cartas en el asunto y más pronto que tarde.
Es lógico pensar que la campaña de turismo presentada recientemente no está teniendo los resultados esperados€
-Pues, por desgracia, nos está dando pocos resultados. Está claro. En su día pusimos toda la carne en el asador porque lo que pensamos es que había que incidir en el turismo de cercanía, en el turismo de Euskadi, y enfocamos todo nuestro esfuerzo en las cifras con las que estamos haciendo publicidad en distintos sitios, como el Metro de Bilbao, en el Tranvía de Vitoria€ Hemos hecho una serie de publicidad y hemos gastado ahí un dinero pensando en que estaría bien aprovechado, pero desgraciadamente, con esto de la pandemia que ha ido a más, lo cierto es que poco hemos podido aprovechar de la campaña.
¿Se retomará más adelante?
-Esperemos que sirva para futuras ocasiones, porque también hay otras iniciativas dentro de la campaña que pueden servir no solo para lo hecho este año, sino también para lo que queda de 2020 y el año que viene. Son unos bonos que se van a distribuir en todos los alojamientos y locales de restauración que nos lo pidan. Hay una larga lista de estos establecimientos que han manifestado su deseo de estar en el programa, pero la lista sigue abierta a otros que nos lo pidan. Esa es una parte de la campaña que creo que es un trabajo muy bueno, algo con lo que estábamos trabajando desde hace unos años y al final lo podremos hacer. Creo que es la parte de la campaña que más se aprovechará.
Aunque la Cuadrilla no tiene demasiadas competencias en esta materia de desarrollo económico, ¿se han celebrado encuentros en la sede para tratar de buscar soluciones?
-Sí. Hemos tenido varias reuniones con representantes de asociaciones y con personas que tienen tiendas o comercios y hemos escuchado a todo el mundo. Pero la realidad es que desde la Cuadrilla lo cierto es que competencia tenemos poca, aunque sí que podemos hacer de intermediarios, por decirlo de alguna manera, y trasladar a donde hay que llevarla la inquietud que hay en la comarca con la pandemia.
¿Con las bodegas también se han celebrado sesiones de trabajo para aportar soluciones al almacenamiento de vino?
-Está claro que por desgracia otra vez vamos a tener problemas, porque ya había parte de la cosecha del año pasado que tenía problemas para ser colocada y esas existencias se han sumado a las nuevas de este año. Esto es como lo que decimos siempre: si una cosa no funciona, no funciona la otra. Si hacen falta grados difícilmente podremos vender el vino, y lo mismo pasa con todo.
¿Se mantiene coordinación con las demás instituciones: Diputación y Gobierno Vasco?
-No diariamente, pero al menos una vez a la semana. Lo mismo con una que con la otra administración, las conversaciones son continuas, interesándonos unos al igual que los otros por todos los temas que tenemos encima de la mesa, que son muchos, e intentando arreglarlos en la medida de lo posible, aunque es muy difícil.
¿Cómo valora la gestión de ayudas por la crisis sanitaria?
-Creo que desde la Diputación y el Gobierno Vasco se están haciendo las cosas bien, lo que pasa es que hay que entender que es muy difícil ayudar a todo el mundo y que las ayudas vengan rápido. Es muy complicado por tema de presupuestos porque las administraciones ya los tenían hechos y los han tenido que adaptar. Es difícil hacerlo todo a gusto de todos.
Aunque las cifras van a 'picos' se habla de la próxima llegada de vacunas. ¿Se recupera la ilusión con esas noticias para ver si en Semana Santa se puede volver a la normalidad?
-Esperanza e ilusión creo que tenemos todos. Es de lo que vivimos, como se suele decir. Pero lo que tenemos que hacer es no descuidarnos y seguir las medidas que nos han impuesto a rajatabla y no confiarnos, porque de lo que nos hemos confiado este verano, un verano diferente a otros, nos hemos descuidado un poco y ha venido lo que está viniendo. Ilusión, claro que hay, y esperamos que así sea, y que la ilusión se convierta en realidad; porque si no, la cosa se va a poner muy fea.
¿Qué le comentan desde los diferentes pueblos que conforman la Cuadrilla?
-En todos los pueblos se habla de lo mismo, de lo mal que estamos, de lo mal que lo vamos a pasar y de lo mal que viene 2021. Pero inquietud y ganas de que esto se solucione, y de tirar para adelante y de hacer las cosas bien, creo que es lo que se respira en todos los pueblos. Por lo menos eso es lo que me trasladan los alcaldes.