- La aprobación del documento presentado por el gabinete Urtaran precisa del apoyo de, al menos, un grupo de la oposición y ya están en marcha las conversaciones en busca de ese pacto fiscal.
El proyecto de ordenanzas se presenta con la buena noticia de que no va a repercutir sobre el bolsillo de los ciudadanos en 2021.
-Nuestro planteamiento es muy sensato en el sentido de que no podemos pedir a la ciudadanía un esfuerzo añadido. Sabemos cómo está la situación económica general y lo que corresponde es congelar y no incrementar los impuestos, tasas y precios públicos para el año 2021.
La novedad llega en que este planteamiento alcanza también a los años 2022 y 2023 en planteamiento que pocas veces se ha dado en este debate de ordenanzas.
-Es una novedad que había que intentar hacerla ahora. Hay un acuerdo casi unánime entre los grupos políticos de que este año no podemos pedir esfuerzos. Eso hay que combinarlo con otra necesidad, compartida entre todas las formaciones en el grupo de trabajo creado, de que a medio plazo el Ayuntamiento vaya generando ahorro neto. Que los ingresos corrientes sean un poco más que los actuales para poder hacer inversiones en la ciudad. Quiero pensar que las propuestas de la oposición van a ser coherentes con los defendido en ese grupo.
Se podría decir que es un pacto fiscal de legislatura que puede condicionar al grupo o formaciones con el que se puede llegar a firmar el acuerdo.
-El hecho de llegar a un pacto este año, no significa que en 2021 no vuelva a haber otro debate de ordenanzas. En función de las circunstancias, se podría llegar a cambiar lo pactado en este ejercicio. Se podría hacer una negociación nueva el año que viene y acordar que, en lugar del 2%, el incremento sea del 1% o que suba el 4%. Los debates anuales van a seguir teniendo lugar, lo que pasa que los grupos que pudieran apoyar la propuesta presentada o una similar, sí nos comprometemos a afrontar en los próximos años la situación económica estructural del Ayuntamiento. Esta propuesta no ata a un grupo de la oposición a apoyar las ordenanzas fiscales todos los años. Sí que implica ese compromiso de ser responsables a la hora de afrontar la situación de la institución. Vitoria una ciudad que oferta muchos y muy buenos servicios y esos hay que pagarlos, si queremos seguirlos manteniendo.
¿El incremento del 2% y el plazo de dos años no es una cuestión inamovible o hay flexibilidad en el equipo de gobierno?
-Nuestra propuesta pretende combinar la situación coyuntural con un compromiso lanzado a todos los grupos políticos para que seamos conscientes y mantengamos los servicios públicos de calidad de Gasteiz. Somos conscientes de que no tenemos mayoría absoluta y estamos abiertos a negociar con otro grupo político o varios y la máxima flexibilidad. No nos negamos prácticamente a nada. Somos flexibles y necesitamos serlo al no tener esa mayoría absoluta. Los somos en este tema y también en todos los demás.
¿Se plantea iniciar 2021 sin haber alcanzado un pacto fiscal?
-Si no hubiera ningún acuerdo, se congelarían las ordenanzas. Demostraríamos una cierta incoherencia los grupos políticos en el sentido de que decimos que hay que abordar la situación estructural del Ayuntamiento y a medio plazo subir los ingresos corrientes, pero luego no somos capaces de llegar un acuerdo para eso.
Ese incremento del 2% que se pretende acordar para 2022, ¿cómo se cuantifica en ingresos?
-Ese porcentaje viene a suponer unos 700.000 euros al año. No es una cantidad que cambie la situación municipal, sino que implica un compromiso político de todos los grupos por querer afrontar la situación y ser conscientes de que los ingresos corrientes apenas superan los gastos corrientes y no se genera ese ahorro neto que permita hacer inversiones propias.
Mantener la misma recaudación no implica acometer recortes como deslizó algún grupo de la oposición el miércoles.
-El Ayuntamiento va a intentar compensar las bajadas de recaudación con mayor endeudamiento. Algún pequeño ajuste tendremos que hacer, pero no somos un equipo que quiera recortar los servicios públicos. Estamos totalmente a favor de implementarlos, e incluso potenciarlos. En ese sentido no prevemos recortes. El endeudamiento tampoco es una solución fantástica porque las deudas luego hay que pagarlas.
Achacaba la oposición que situarán una subida de tasas del 2% para 2022 y 2023 sin tener una previsión de cual puede ser la situación económica en un par de años.
-Al haber un debate fiscal anual ese porcentaje se puede modular. La cifra es más un compromiso de los grupos políticos de que queremos afrontar este problema. En el debate del año que viene se puede decidir que si la situación económica no ha remontado, en lugar de ser el 2% se puede bajar al 1% o si ha mejorado subirlo al 3%. No es tanto la cifra sino el compromiso asumido por todos de que hay que afrontar esa situación estructural y no la cifra.
También incorpora novedades ese proyectos con la tasa nueva sobre ocupación del dominio público.
-Se plantea para que la abonen las compañías de transporte de energía (gas o electricidad) que discurren por el dominio público de Gasteiz. Es nueva y distinta al pago del 1,5% del suministro que consumimos los vitorianos y que supuso en el último años 3,58 millones de euros. Ahora se plantea que las empresas cuyo transporte transcurre por nuestro municipio abonen en torno a 300.000 euros anuales.
El interventor no cesa de alertar sobre la escasa capacidad del Ayuntamiento de Gasteiz para generar ahorro neto. ¿Puede eso poner en peligro la estabilidad financiera de la institución?
-Una de las señas de identidad de este equipo de gobierno es no permitir que el Ayuntamiento tengan ningún problema financiero serio. Antes de que eso suceda vamos a tomar las medidas correspondientes. Ni vamos a incurrir en déficit que no podamos asumir con endeudamiento, ni vamos a poner en ningún aprieto al Ayuntamiento. Gorka Urtaran como alcalde lo tiene muy claro. Heredó una institución con una deuda muy importante. Hemos tardado unos años en convertir esa deuda en una cosa asumible y tenemos bien claro que cuando Gorka Urtaran deje de ser alcalde, no va a dejar una herencia que no va a ser ni parecida a la que recibió. Vamos a ser tremendamente rigurosos y serios en la gestión de los fondos públicos. Preferimos que nos critiquen, antes que colocar al Ayuntamiento en un problema.
¿Qué sensación le ha dejado la primera ronda de contactos con el resto de grupos para sondear un pacto en materia fiscal?
-Las tres formaciones han mostrado su disposición a negociar. No todos la misma disposición a comprometerse con la situación municipal que conocen perfectamente y la comparten en ese grupo de trabajo vinculado al pacto económico.
Elkarrekin comparte y entiende esa congelación para 2021. ¿Es un buen punto de acercamiento a una formación que siempre recibe guiños y alabanzas desde el gobierno?
-Con Elkarrekin mantenemos un acuerdo presupuestario desde el pasado año. Es un grupo con el que nos separan muchas cosas, pero hay otras en las que tenemos unos acuerdos de base muy importantes. Me refiero a todo lo que tiene que ver con el medio ambiente, nueva tasa de basuras, fiscalidad verde. En las ordenanzas fiscales no comparten al cien por cien el planteamiento del Ayuntamiento, pero están dispuestos a negociar y creemos que es posible llegar a un acuerdo con ellos, sin descartar a otros grupos.
Con el PP firmaron el pacto los dos años anteriores y ese partido fue crítico en la presentación del miércoles. ¿Habrá un tercer acuerdo?
-Toda negociación implica una postura pública y otra privada. Respeto es esa posición inicial de todos los grupos y lo que públicamente dicen. A veces hay diferencia entre eso y lo que luego se comenta a nivel más privado. Quiero pensar que las posiciones en ese ámbito sean más flexibles que las manifestadas en esa jornada de inicio de negociación.
Desde EH Bildu se alude a que en estas situaciones la población está dispuesta a asumir subidas de impuestos, siempre que se fortalezcan los servicios públicos.
-El miércoles fue una jornada de manifestar su posición. Cada grupo tenía que diferenciarse del equipo de gobierno y es normal. Las diferencias entre los grupos municipales son evidentes y están muy marcadas. La ciudadanía debe premiar a aquellos grupos que estando en la oposición o en el gobierno hacen verdaderos esfuerzos por llegar a acuerdos. En ese sentido, los grupos manifiestan su postura para que quede claro cómo discrepan del gobierno, pero me gustaría pensar que cuando uno o varios grupos decidan acercarse al equipo de gobierno, o al revés, la ciudadanía valore eso como positivo. Llegar a acuerdos es la única forma de que tengamos, en este caso, unas nuevas ordenanzas fiscales. Si no llegamos a ese acuerdo no habrá una ordenanza fiscal nueva. No es una tragedia pero no es lo deseable.
Esta recta final de año viene con tintes económicos. Después del debate de ordenanzas tocará el correspondiente al Presupuesto. ¿Se mantiene la previsión de contar con 53 millones de euros menos para esas cuentas?
-Los cálculos apuntan a dejar de percibir 38 millones de euros procedentes del Fofel y unos 15 de merma en la recaudación municipal. Era una previsión, pero vamos a andar muy cerca de eso. Lo previsible es que el año que viene estemos en una situación parecida y respecto a la previsión inicial de 2020 tengamos una bajada de unos 50 millones. El año que viene va a ser un ejercicio complicado para las instituciones ciudadanos, empresas, familias, negocios, comercios. Es una época de apretar los dientes.
Estará pendiente de esa reunión de la comisión mixta que marcará el límite de endeudamiento.
-Las instituciones vascas van a pedir capacidad de endeudarse para afrontar la bajada de recaudación. Es tan de sentido común que no puedo admitir que no lo concedan.
"Estamos abiertos a negociar con otros grupos y la máxima flexibilidad. No nos negamos prácticamente a nada"
"El año 2021 va a ser un ejercicio complicado para instituciones, familias, negocios. Es época de apretar los dientes"