- El presidente de Cruz Roja en Álava, Jesús Cantero, destaca la solidaridad como el arma más potente del ser humano y es algo que en este momento ha florecido por encima de todo. Afirma que el estado de alarma provocado por el coronavirus ha sacado lo mejor de muchos y, ciñéndonos a los datos, indica que en este periodo la entidad ha recibido 600 peticiones para ser voluntarios en Álava. En este sentido, Cantero hace una lectura positiva de lo vivido y resalta el gran trabajo hecho por todos "en este difícil momento".
¿Cómo están viviendo la situación actual en la organización?
-La verdad que es una situación complicada y lo ha sido bastante más que en la actualidad. Todavía lo es, no cabe duda, ya que estamos teniendo mucha actividad. Nuestros voluntarios y personal técnico, entre otros, están trabajando mucho. Por decirlo de alguna manera esta es la mayor movilización que hemos tenido de personas, de recursos o medios de nuestra historia en Álava. Del mismo modo que sucede en Cruz Roja España y en los 155 años de historia que tiene. Es un trabajo muy importante, sobre todo en el sector de la intervención social. Diría que es terrible y grandísimo.
¿Diría que desde que ejerce la presidencia o pertenece a Cruz Roja es la situación más extrema que ha vivido a título personal?
-Sin duda. En mi caso llevo siendo presidente de Cruz Roja en Álava un año y como miembro desde 1997 más o menos. He estado en diferentes departamentos y sé más o menos por dónde van los tiros en la institución, aunque esto es grandísimo y muchas veces situaciones como la actual nos sobrepasa a todos.
En su caso preside Cruz Roja Álava pero, ¿existe algún tipo de contacto con Bizkaia y Gipuzkoa?
-Por supuesto. Tenemos un contacto muy estrecho entre los tres presidentes provinciales, así como con la presidenta autonómica que por cierto también es alavesa. De hecho muchos de los productos alimenticios que nos están donando los intercambiamos en función de las necesidades de cada una de las provincias. Al final estamos compartiendo todo lo que tenemos. Nosotros somos Cruz Roja de Álava pero uno de los principios de nuestra institución es la unidad, todos somos uno.
El lunes, con el comienzo de la fase 1, se abrieron los bares y hubo personas que no cumplieron las normas establecidas, ¿cómo están viviendo la desescalada?
-Llevamos mucho tiempo que la sociedad está confinada y tenemos ganas de socializar, más en una sociedad como la nuestra donde lo hacemos mucho, entre comillas es mucho. Lo que ocurre es que tenemos que tener una cierta precaución. Lo que siempre suelo decir es que estemos en la fase que estemos el virus seguirá estando ahí. La única diferencia entre las fases será que en los hospitales o UCIs habrá más espacio. Tenemos que mantener las precauciones y ser conscientes de lo que estamos arriesgando con nuestros actos o lo que hemos arriesgado anteriormente. Hay que ser respetuoso y no olvidar que se han perdido muchas vidas humanas.
Echando la vista atrás, ¿cómo recuerda el inicio del covid-19?
-La verdad que lo vivimos todo con un poco de incredulidad ante el desconocimiento de lo que nos estaba pasando. En Cruz Roja, por otro lado, tenemos una cosa clara que es hacer lo que hemos hecho siempre pase lo que pase. Realizamos el mismo trabajo y con la misma calidad pero con la diferencia de que la cantidad de trabajo es más grande.
Pese a que asegura que el trabajo en Cruz Roja no varía, ¿cuál diría que ha sido el peor momento durante estos dos meses y cómo lo han podido solventar?
-No sabría decir uno. Gracias a dios en Cruz Roja tenemos muchas alianzas, además de tener nuestros socios que son los que aportan una cantidad periódicamente tenemos muchas alianzas con empresas, socios o particulares que nos hacen ingresos regulares. Entonces, de alguna manera tenemos alguna solvencia económica que nos ha permitido una maniobrabilidad rápida y eficaz. En el momento que no teníamos subvenciones o donaciones disponíamos de un remanente económico con el que hemos podido realizar las compras o cualquier tipo de movimiento empresarial que nos dejaran ciertos bienes, no solo de alimentación. Ha habido empresas que se han volcado con nosotros. Nos han donado vehículos para hacer los repartos a domicilio, maquinaria como carretillas, entre otras cosas. Ha habido una solidaridad empresarial y personal, no solo de socios increíble. El voluntariado ha crecido y ha sido muy difícil gestionarlo, ya que tenían que seguir ciertos criterios que nosotros les obligábamos a cumplir.
Así que se puede decir que se han sentido respaldados siempre.
-Hemos sentido todo el apoyo del mundo, aunque en un primer momento los equipos de protección individual eran importantes y todas las instituciones no fueron capaces de abastecernos bien en un principio. Existía material pero no estaba preparado para todo lo que nos ha venido encima. Nosotros, gracias a dios, somos una organización suficientemente grande y teníamos stocks de materiales que nos sirvieron para salir del paso en un principio. Aun así, poco a poco tratamos de solucionar este tipo de temas con las instituciones que nos han apoyado en todo momento. Nosotros somos una organización que ejercemos como auxiliares de los poderes públicos y estamos para lo que puedan necesitar. En este sentido las instituciones nos han ayudado económicamente y materialmente.
Centrándonos en las personas atendidas, ¿cuántas intervenciones han hecho durante estos dos meses de estado de alarma?
-En Álava hemos atendido a 19.000 personas y hemos dado 38.000 respuestas por cada persona atendida. Se han hecho alrededor de 6.000 horas de voluntariado entre los cerca de 1.300 voluntarios y han habido casi 600 personas que se han querido unir a nosotros en este periodo. Ha sido una barbaridad.
¿Cuál ha sido el perfil de la persona que han atendido?
-En cuanto al ámbito de intervención que hemos tenido ha habido de todo pero nos hemos centrado en las personas mayores a las que les hacíamos un seguimiento.
¿De qué tipo?
-Llamábamos a personas que intuíamos que podían estar solas o confinadas y preguntábamos por su estado de salud, familia o las necesidades que podrían tener. Al final, han sido muchas llamadas telefónicas a una población con avanzada edad que nos lo agradecían y agradecen mucho. No eran llamadas cortas sino han sido de hasta media hora. Las personas mayores han estado necesitadas de un afecto que hemos tratado y tratamos de proporcionar. Necesitaban hablar y expresarse.
Volviendo al presente, ¿cómo han sido las últimas dos semanas previas a la fase 1 en Álava?
-Hemos hecho un poco de medicina psicológica. Había muchísima gente desbordada de estar en casa y con la clara necesidad de salir a la calle. Al principio las necesidades eran alimenticias pero una vez las personas mayores sabían que estaban atendidas hemos notado que han necesitado de una atención psicológica que hemos tratado de solucionar con las llamadas.
En este sentido el lunes dio comienzo la fase 1 en Euskadi o lo que es lo mismo se inició el proceso de desescalada tanto en el Estado como en Euskadi. ¿Esperan algún tipo de rebrote del virus y cómo os estáis preparando para todo lo que puede venir?
-Nosotros al igual que en todo el Estado hemos hecho nuestras propias fases y está, en concreto, la hemos llamado habilitación y recuperación. Estamos preparando unos presupuestos en dos vertientes. La primera se usaría en el caso de que pudiera haber un rebrote y la segunda en el caso de que esto no sucediera. Entonces, la primera fase es la esterilización, es decir, intentar que toda la gente atendida siga estable y luego la recuperación tratando de impulsar los proyectos de empleo.
¿A qué se refiere?
-A pesar de que estamos trabajando en el ámbito social con las personas también estamos contactando con las empresas para saber en qué situación están. Sabemos que muchas están mal y preguntamos las previsiones de esas empresas para saber cuáles pueden hacer sus necesidades en cuanto a personal.
¿Para qué?
-Para que podamos preparar a la gente que tenemos mediante cursos online, que se siguen haciendo, y para poder preparar personas en base a las necesidades requeridas. Entonces, realmente en una de las cosas que estamos trabajando es en el empleo y tratar de buscar una salida a muchas de las personas que están en nuestros albergues. Es decir, gente que antes estaba en la calle ahora la tenemos en nuestros albergues atendidos por nosotros. Estamos intentando, por ello, que estas personas puedan tener una integración en la sociedad con una cierta disciplina en todos los sentidos. En definitiva, estamos educando a la gente para cambiar la mentalidad de ciertas personas.
Por último, ¿qué respuesta están recibiendo de las empresas?
-Que la situación es muy complicada y que las propias empresas consultadas tienen una cierta incertidumbre. Algo que es normal dadas las circunstancias actuales. Al final todas ellas tienen un plan de gestión propio que tratan de seguirlo de la mejor manera posible. En este sentido no se han mostrado tan optimistas como lo podían ser al principio de año pero intentaran salir adelante. En este momento en la sociedad la solidaridad ha crecido por encima de todo. Saldremos de ésta.
"Ha habido una solidaridad tanto empresarial como personal increíble, no solo los socios han sido los que han ayudado este tiempo"
"En esta organización ejercemos de auxiliares de los poderes públicos y estamos para todo lo que puedan necesitar"
"Nuestro ámbito de intervención se ha centrado en las personas mayores a las que hemos hecho un seguimiento continuo"