- Incertidumbre es la palabra que mejor define el estado actual de los comerciantes tras conocer el calendario del Gobierno para la reapertura progresiva de sus negocios, que podrán iniciar hoy. Y dudas, muchas dudas ante los retrasos para contar con protocolos de actuación. A ello se suma su temor a la falta de clientes por miedo a salir de compras y contagiarse de coronavirus. En Vitoria, colectivos que representan al pequeño comercio han pedido al Ayuntamiento que les libre este año de cargas fiscales, pero el gabinete Urtaran asegura que aún es pronto para concretar qué incentivos se van a poner en marcha para beneficiar al comercio local. Han propuesto al Gobierno Vasco que cancele la temporada de rebajas de verano. También crear unos bonos de compra realmente jugosos para los clientes; bonos que se irían acumulando para luego canjearlos en compras con hasta el 20% de descuento en establecimientos de todo Euskadi. Otra de las medidas que ven necesaria adoptar es que la posibilidad de los expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) no se acabe cuando las tiendas suban la persiana. Son sólo algunas iniciativas solicitadas por los afectados para favorecer al sector que dependen de los distintos gobiernos y que, por el momento, están en el aire, como casi todo en un gremio duramente castigado por la pandemia.
En la calle Gorbea, Víctor Manuel Ibáñez atenderá desde hoy a un cliente cada hora porque su tienda de ropa es, sobre todo, de trajes de vestir y de novio, y lleva su tiempo elegir el adecuado. Atenderá a sus clientes con la persiana bajada y con mascarilla, guantes etc, pero piensa que no tiene sentido invertir ahora en mamparas u otros elementos más costosos que todavía no se sabe si van a ser obligatorios. "Nos dicen cosas, pero sin concretar", lamenta. Con todo, considera que "o abrimos ya o nos arruinamos todos".
Y es que, aunque cada tienda es un mundo, Ibáñez cifra en un 20-25% los comercios que no van a volver a abrir sus puertas porque "no van a poder aguatar las cargas económicas que ya tienen y las reservas de dinero se las han comido ya durante estas semanas sin actividad ni ingresos", apunta. "Nos pensábamos que éramos un país de ricos y hemos destruido todo nuestro tejido comercial llevando la mano de obra a países que considerábamos pobres y, ahora, cada vez que queremos algo, tenemos que ir a comprarlo a China", reflexiona este veterano comerciante.
Con cita previa atenderán también desde el lunes salones de belleza, peluquerías, tintorerías y demás comercios de la zona de Gorbea, pero con la persiana bajada y extremando las medidas de protección, tal y como explican desde la asociación. Algunas han ido más adelante e incluso han empezado a abastecerse de mamparas de separación de metacrilato o se plantean instalar en sus establecimientos arcos de desinfección con ozono, rayos ultravioleta, led u otros sistemas de limpieza profunda. Sin embargo, todo son cábalas, ante la falta de protocolos claro hasta la recta final de esta pasada seamana. "Una mampara de separación igual sirve en un estanco, pero no en una joyería en la que el cliente quiere que le abran la vitrina para ver de cerca los anillos, pulseras o relojes", apunta un portavoz del colectivo que aglutina a un tercio de los más de cien negocios de Gorbea; negocios que no saben si "endeudarse ahora va a ser la mejor opción" para salir de esta crisis sanitaria, pero también económica y social.
Una semana después, cuando ya puedan levantar la persiana, lo harán con menos aforo para mantener la distancia entre los clientes. "No va a ser viable", piensa Víctor Manuel Ibáñez. Y la situación se agravará después en una siguiente fase en la que ya podrán abrir centros comerciales y por tanto grandes cadenas y marcas que ya amenazan con ofertas imposibles de igualar por el pequeño comercio. Así que, como Ibáñez, otros comerciantes opinan que Euskadi necesita una ley de ofertas y promociones, como ya existe una de rebajas, para que cada establecimiento no pueda ofertar descuentos cada vez que le venga en gana, y así se lo trasladan al Gobierno Vasco. "Abaratar las prendas a mitad de temporada es lo que a nosotros nos hace muchísimo daño", confiesa Ibáñez.
La pandemia llegó a Vitoria en un momento en el que el gremio estaba "tocado", pero "nos empezábamos a recuperar", sostiene Ibáñez y "nos pilló en el sector del textil con la ropa de invierno todavía en los escaparates y al inicio de una temporada de primavera en la que el plato fuerte son bodas, bautizos y comuniones que ahora se han pospuesto o suspendido", explica el comerciante. "Ganas de abrir no faltan, hay que ver ahora si tampoco faltan clientes", apunta.
Las dudas son tantas en el sector como casuística existe en cada uno de los gremios y en las diferentes medidas que tendrán que adoptar para adecuarse a la etapa post-coronavirus, aunque en la asociación de la calle Gorbea apuntan que la peor parte se la va a llevar la hostelería debido a los cambios en los hábitos de socialización que pueden llegar por culpa del virus y del miedo a contagiarse que tiene la población. Con todo, cree el colectivo que el movimiento llegará y que la calle Gorbea comenzará a parecerse a la de antes y volverá a ir de compras entre junio y julio.
Incertidumbre. Es la palabra que mejor define el estado actual de los comerciantes tras conocer el calendario del Gobierno centros para la reapertura progresiva de sus negocios, que podrán reiniciar hoy su actividad entre fuertes medidas preventivas. Y dudas, muchas dudas ante los retrasos en contar con protocolos de actuación. A ello se suma el temor del sector a la falta de clientes por miedo a salir de compras y contagiarse de coronavirus.
Peticiones. Colectivos que representan al pequeño comercio en Gasteiz han pedido al Ayuntamiento que les libre este año de cargas fiscales, pero el gabinete Urtaran asegura que aún es pronto para concretar qué incentivos se van a poner en marcha para beneficiar al comercio local. También han propuesto al Gobierno Vasco que cancele la temporada de rebajas de verano o crear unos bonos de compra realmente jugosos para los clientes, que se irían acumulando para luego canjearlos en compras con hasta el 20% de descuento en establecimientos de todo Euskadi. Otra de las medidas que ven necesaria adoptar es que la posibilidad de los expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) no se acabe cuando las tiendas suban la persiana.
Víctor Manuel Ibáñez, veterano comerciante textil de la calle Gorbea de Gasteiz, comparte su análisis de la difícil situación actual y sus preocupaciones.