- La crisis del coronavirus está poniendo a prueba estos días a todos los estamentos de la sociedad, pero especialmente a los cientos de alaveses afectados por el covid-19, a sus familiares y al personal de Osakidetza que se encuentra en primera línea de fuego. La fuerza con la que el virus irrumpió en el territorio hace ya un mes ha obligado a la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Araba, el ente que aglutina a los hospitales de Gasteiz y a gran parte de la red provincial de atención primaria, a poner todo su engranaje interno al servicio casi exclusivo del abordaje de la epidemia. Por poner un solo ejemplo, tendrá que pasar mucho tiempo aún para que Txagorritxu recupere la normalidad y vuelva a ser el hospital general de agudos que era hasta hace unas pocas semanas. Sin embargo, las consecuencias de esta crisis han ido desde aquellos inicios bastante más allá de las vertientes sanitaria o meramente organizativa, provocando efectos colaterales de carácter social o psicológico muy difíciles de abordar.
"Por lo imprevisto, por la virulencia enorme con la que esta historia aterrizó justo aquí, por todo el desconocimiento que había, comenzamos a ver que nuestros profesionales se iban a poner ante un reto importante. Y también la población, porque nos enfrentábamos a algo muy sorprendente", describe en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Rocío Barreira, psicóloga clínica de la OSI Araba. Fue el germen de un equipo de apoyo psicológico que desde el pasado 12 de marzo, sólo tres días antes de la entrada en vigor del estado de alarma, cuida de la salud emocional de todas esas personas que más están sufriendo el impacto del covid-19. El grupo está integrado por cuatro psicólogas clínicas, entre ellas Barreira, y cuenta con el apoyo del servicio de Psiquiatría de la OSI y de la red de salud mental extrahospitalaria.
Esta experiencia pionera, que echó a andar gracias al impulso del equipo directivo de la OSI Araba, ha derivado posteriormente en la elaboración de un protocolo común que se está empleado ya en todas las organizaciones de Osakidetza. Ha sido bautizado como Programa de atención a los aspectos emocionales de la infección por coronavirus en pacientes, familiares y profesionales. Barreira coordina el equipo de la OSI Araba, que por seguridad presta su apoyo por vía telefónica a las personas que lo necesiten, todos los días de la semana de 8.00 a 20.00 horas.
Hasta la fecha, el mayor volumen de trabajo para el grupo alavés está proviniendo desde las habitaciones de los hospitales, fundamentalmente de Txagorritxu, donde centenares de pacientes afrontan larguísimos ingresos sin apenas contacto con el exterior. "Sufren sentimientos de soledad, de incertidumbre y de alejamiento de sus seres queridos que se suman además a las preocupaciones que ya tenían antes", detalla Barreira. Conocedores de que ya existe este servicio, los propios pacientes pueden comunicar al personal sanitario si requieren de su apoyo, o es el propio personal que está encima de ellos el que notifica al equipo si alguien necesita una llamada.
La profesional prefiere no entrar en datos concretos, pero sí avanza que el personal, "por el momento", está demandando "poco" la ayuda de su equipo. Principalmente, "porque están absolutamente implicados en su tarea, dándolo todo". "Y por eso entendemos que cuando paren, tendremos que estar mucho más atentos a su cuidado. A todas las situaciones que, tras el impacto, afloran", especifica Barreira. Por ahora, los profesionales de Osakidetza que se dirigen al equipo de apoyo manifiestan, según la psicóloga clínica, "estrés, angustia, incertidumbre o tristeza". "Todas las fases emocionales que tienen que ver con algo que es tan incierto. Hablamos de una situación que genera un gran impacto emocional", describe.
Una situación de la que, según reconoce Barreira, no es fácil de abstraerse ni siquiera para ella, con 34 años de dilatada experiencia en el ente público y obligada a abordar con entereza situaciones de lo más complicado. "Es difícil, pero también tenemos recursos que ponemos a nuestra propia disposición para poder sobrevivir. Siempre es duro ver sufrir, y esto nos supera. Vemos a los compañeros de primera línea dándolo todo, a los pacientes manejando la incertidumbre, a los familiares adaptándose a la situación... Todo esto ha sido muy impactante, y no niego que en algunos momentos nos emocionamos también por la impotencia de no poder hacer más. Yo lo he llamado el virus de la soledad. Me parece que lo define muy bien, porque una de las cuestiones más importantes es que hace un mes que no nos abrazamos", argumenta la profesional.
Pese a que a lo largo de su carrera ha actuado en otro tipo de situaciones de emergencia, Barreira reconoce el carácter inédito de esta crisis no sólo por su "volumen e impacto", sino precisamente por ese "tono grisáceo" que se deriva de la imposibilidad de "acercarse unos a otros". En Txagorritxu, por ejemplo, los pacientes ingresados ya no pueden recibir visitas desde hace unos pocos días. Antes estaban limitadas a sólo una hora diaria. La profesional, con todo, alaba el comportamiento "ejemplar" de quienes están y han estado en el epicentro de esta crisis. "Está siendo una prueba de fuego de cómo somos capaces de adaptarnos a una situación tan difícil. En este momento, profesionales, familias y pacientes estamos en la misma historia, y todos están aprobando con nota", remarca. Barreira se muestra "prudente" ante los últimos datos que apuntan a una estabilización de la pandemia, pero reconoce que por parte de los profesionales percibe a día de hoy, cuando menos, "un mayor control de la situación o, seguramente, una mayor adaptación".
Dentro de la labor humanizadora que el equipo de la OSI Araba trata de imprimir a los ingresos, estas últimas semanas han servido para poner en marcha distintas iniciativas muy bien acogidas por los pacientes hospitalizados. Por ejemplo, tienen acceso gratuito a la televisión, reciben a diario en sus habitaciones ejemplares de este periódico y disponen, en caso de no tener smartphone, de terminalesen todas las plantas de Txagorritxu para poder comunicarse por videoconferencia con sus familias.
Pero si ha habido una iniciativa que, según Barreira, ha sido "la bomba", ésa es la reciente puesta en marcha de la dirección de correo electrónico quedaosencasa.osiaraba@osakidetza.eus, a la que cualquier persona puede dirigir una líneas de ánimo al personal sanitario o a los pacientes ingresados en los hospitales. En poco más de una semana, se han recibido más de 1.400 cartas. "Nos han inundado de e-mails, los niños nos mandan dibujos... Estamos absolutamente encantados. Es una iniciativa que se basa en algo que creemos firmemente, en que la narrativa insolidaria debe de acabar", apunta Barreira. Las cartas, que no son nominativas, se reparten entre los pacientes o se leen por megafonía, y pueden consultarse también en www.osaraba.eus.
La psicóloga analiza la situación de los principales destinatarios del programa de apoyo.
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Psicólogas clínicas, entre ellas Rocío Barreira, integran el equipo de la OSI Araba, que cuenta también con apoyos externos.
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Horas al día atiende el grupo, de lunes a domingo, a las necesidades de profesionales, pacientes y familias por vía telefónica.
1.400
Cartas de ánimo dirigidas a pacientes y profesionales han llegado ya a la dirección activada por el equipo: 'quedaosencasa.osiaraba@osakidetza.eus'.