Vitoria - La apertura de una central nuclear suele marcar un antes y un después en el territorio en el que se establece, pero también lo marca su cierre, aunque sea paulatino, especialmente en lo que a puestos de trabajo se refiere. Por eso, éste es uno de los ejes de actuación y una de las máximas preocupaciones de la asociación de municipios en áreas de centrales nucleares (Amac) a cuya cabeza se encuentra actualmente Juan Pedro Sánchez.
Esta asociación nació en el año 1988 y mantiene sus objetivos casi intactos. "Luchamos y trabajamos por la seguridad, la transparencia y el desarrollo económico. Somos sesenta municipios asociados y estamos en seis provincias y regiones españolas diferentes", cuenta Sánchez. En el caso de Santa María de Garoña, y partiendo de la base de que forman parte de la asociación los municipios que están a diez kilómetros del reactor de la central nuclear porque son los que están obligados a estar en los planes de emergencia nucleares, de los catorce municipios que podían estar inscritos -doce en Burgos y dos en Araba (Lantarón y Valdegovía)- todos lo están.
A mediados de diciembre se reunieron en la localidad burgalesa de Quintana Martín Galíndez representantes de los catorce pueblos y de la asociación para analizar los planes de desarrollo alternativo al cierre de las instalaciones, así como para dar cuenta de las reuniones que ha mantenido el colectivo con el consejo de seguridad nuclear (CSN) y con Enresa, propietaria de Garoña. Otro de los temas centrales de este encuentro, que repetirán en el resto de municipios por orden alfabético -esperan poder visitar este año Lantarón en esos encuentros-, fue el del empleo.
Según relata, la preocupación que sienten desde la asociación en relación a este tema viene a raíz de que "la central nuclear durante muchos años han sido la principal industria generadora de empleo en la zona", dice. Al fin y al cabo, la mayor parte de estas instalaciones que se construyeron en España están en zonas "muy poco pobladas y hubo muchas personas que, al abrir Garoña o José Cabrera en Zorita, abandonaron su actividad tradicional y al cerrar se han encontrado sin una cosa y sin la otra", sostiene.
Ésa es la raíz de su preocupación, y la razón por la que la asociación trabajan en planes de desarrollo en todas aquellas zonas donde hay centrales nucleares. Sánchez cree que los municipios de Araba y Burgos están trabajando "muy bien", porque Ceder Merindades, Adeco Bureba, Adr Añana y Sodebur, junto con representantes institucionales y diferentes agentes económicos, han elaborado una estrategia de dinamización del área de influencia de la central nuclear de Garoña con 22 proyectos para el desarrollo económico, social y ambiental. Los proyectos contemplan, por ejemplo, "la creación de un centro de acopio de biomasa o el estudio de las posibilidades de aprovechar la energía hidráulica como un recurso económico, entre otros", explican desde Amac.
Compromiso Para lograr sacar adelante todos estos proyectos, Sánchez recuerda que "se necesita la implicación de todas las administraciones". Por eso, pide a la Diputación Foral de Álava, a la de Burgos y al Gobierno central, entre otras administraciones, que se impliquen y "que todos rememos en la misma dirección. Los 22 proyectos no van a salir adelante sin la implicación de todas ellas", considera.
En las zonas con centrales nucleares "hay que hacer una discriminación positiva importante referente al tipo de tributación o dar ayudas para que las empresas que hay u otras nuevas se establezcan". Por eso, su deseo para este año que acaba de comenzar es que todas las administraciones se unan para trabajar con este mismo objetivo.