vitoria - Miguel del Valle, profesor de educación vial, apura ya los días para alcanzar la edad de jubilación, pero continúa impartiendo charlas sobre la importancia de seguir unos consejos “muy sencillos” para evitar sustos en la vía pública. Su última conferencia tuvo lugar este pasado martes en la sala Simone de Beauvoir y la siguiente se celebrará esta misma tarde (18.00 horas) también en Gasteiz, en el CSCM de San Cristóbal -calle Dulzaina, número 11-, con entrada libre hasta completar aforo. Bajo el título Camina seguro/a y evita el riesgo, la charla estará de nuevo dirigida a las personas mayores y en ella también tomarán parte Yolanda del Valle, experta en envejecimiento activo, y Marian Arnan, agente de la Policía Local especializada en educación vial. A lo largo de hora y media de conferencia, los ponentes darán a los asistentes las claves indispensables que pueden salvarles de esos “disgustos” cuando paseen por la calle.

Se dice que la veteranía es un grado, pero su charla de esta tarde en Vitoria va de nuevo dirigida a las personas mayores. ¿Por qué es importante concienciar a este sector concreto de la población?

-Lo ideal sería llegar a los cero atropellos, pero eso es casi imposible. Así que el objetivo es reducirlos considerablemente. Y es importante concienciar a los mayores porque hablamos de uno de los sectores de la población donde más están aumentando los atropellos, muy especialmente entre las personas de 75 a 85 años. Simplemente con unos consejos muy sencillos, creando unos hábitos a la hora de cruzar la calzada o de salir a las vías públicas, se pueden reducir los siniestros de forma importante.

Al hablar de los peatones, ¿cuál debe ser el ‘abc’ de la seguridad vial?

-Lo más importante es no meterse en la calzada sin estar seguro de que uno ha sido visto por las personas que se aproximan conduciendo. No solamente hablo de los vehículos, sino de otros medios de transporte como las bicis. Siguiendo este hábito tan sencillo, los atropellos disminuyen considerablemente, porque muchos peatones cruzan los pasos sin mirar a sus lados. Es cierto que tienen la prioridad, pero hay que asegurarse siempre de que hemos sido vistos. Ése es el principal problema. Sí que es verdad que hoy en día, debido a la diversidad de usuarios que comparten la acera, se está quitando espacio a los peatones, y por eso hay que ir un poco más atentos. También hay que estar alerta a las salidas de los garajes, donde los conductores no tienen visibilidad... Y también a cuando subimos o bajamos de los autobuses.

La mayoría de los atropellos son evitables, entonces.

-Sí. Todos no, porque si vas andando tranquilamente y un vehículo viene por detrás e invade la acera por un despiste o un reventón, eso no se puede evitar. Pero estos casos son muy pocos. La mayoría son en los pasos de peatones. Aunque también es cierto que como peatones cometemos infracciones, porque no somos perfectos: cruzamos la calzada por donde no se debe, hablando por el móvil, whatsappeando... Y esto también se debe evitar.

Más allá de lo que estrictamente atañe al peatón, ¿qué otras medidas se pueden tomar para mejorar su seguridad?

-Hay tres factores importantes. Uno es mejorar las vías y el alumbrado, que ya corresponde a la administración, a los ayuntamientos especialmente. Es verdad que los pasos de peatones han mejorado mucho, porque la mayoría se ven, pero el problema es que por la noche muchas veces no se aprecia si hay peatones cruzando, y eso provoca accidentes. Unos focos potentes para que el peatón sea visto evitan muchos disgustos. Luego está la señalización, que por lo general está bastante bien, y por último los conductores, que también tienen que ir más concienciados cuando se acercan a un paso de peatones. Si no se ve, disminuir la velocidad o incluso casi detenerse.

Dice que los atropellos han aumentado entre las personas mayores de forma importante, pero ¿es este sector de la población más imprudentes que otros o existen factores de distintos tipos?

-Aquí influyen varios factores. Uno muy claro es el aumento considerable que ha habido de la población mayor. Y, a veces, como personas mayores, también hay un exceso de confianza. Al cruzar un paso de peatones pensamos que el conductor va a parar porque tenemos la prioridad, pero hay muchas posibilidades de que venga distraído. Tampoco hay que olvidar que cada vez hay más usuarios en las vías públicas, donde el peatón convive con las bicicletas, los patinetes... Como conductores sí hemos mejorado un poco, porque los límites de velocidad son más bajos y eso ha calmado el tráfico.

Ya que lo comenta, ¿la extensión de las zonas 30 sería una buena iniciativa para reducir accidentes?

-Sí, sí, sí. Por lo menos a las zonas donde hay más riesgo, a las calles más estrechas o donde haya menos margen. Al ir a menos velocidad, en caso de un siniestro, por supuesto que las lesiones van a ser menores. Al ir más despacio, el conductor va a tener más tiempo para ver. Siempre es una medida que aporta para reducir los accidentes, está claro.

¿Qué especificidades encuentra en una ciudad como Vitoria donde conviven el tranvía, los autobuses, el vehículo privado, miles de bicicletas y ahora, también, los patinetes?

-Éste es el mayor riesgo que hay en Vitoria, muchas zonas compartidas con el tranvía donde hay muchísimo riesgo. Para una persona mayor que no ve o no oye bien... Por parte del Ayuntamiento creo que se podría tomar alguna medida más. Los peatones deben ir muy atentos, fijándose bien en todos los sitios por donde pueden venir bicis, el tranvía... Porque se comparten muchos espacios. Y el tema de los patinetes eléctricos está sin regular, aunque algunos ayuntamientos ya no les permiten ir por las aceras. No sé si el de Vitoria ha hecho algo al respecto.

Sí, el año que viene el Ayuntamiento va a restringir el tránsito por las aceras. También a las bicis.

-Está claro que esto debería de mejorar. Las aceras deben ser para los peatones. Pero se puede mejorar por todas las partes y hay que hacerlo para reducir el número de siniestros, porque si no esto nos va a desbordar. Cada accidente es una gran tragedia para mucha gente.