izarra - Tras dos años de lluvias y nieve, el astro se portó este año con la feria de ganado de Urkabustaiz y los vecinos y visitantes que llegaron ayer a Izarra disfrutaron del buen tiempo y de los muchos atractivos que habían preparado los ganaderos de la zona y el ayuntamiento, organizadores de esta tradicional cita. Si el año pasado ya se realizó un experimento de llevar un puñado de caballos por las calles hasta los corrales situados en la plaza municipal, este año el espectáculo fue mayor, ya que numerosos animales fueron llevados por la calle Ugarte hasta la plaza, abriendo las comitivas unos pastores a caballo, siguiendo otros caminando. Caballos, burros y ovejas realizaron el camino sin despistarse y recalando en los corrales sin ningún problema.

De esta manera, a las 11.00 horas todo estaba donde debía estar. En el interior del frontón, un buen número de puestos mostraban la riqueza gastronómica artesana de la zona, junto a productores de otros alimentos o artesanías, incluido el panadero de Murillo de Río Leza, fijo ya en todas las ferias alavesas. También estaban los estudiantes en su puesto de degustación de tortilla de patatas, con la que sacan unos euros para el viaje de fin de estudios; o el del equipo de futbol de Izarra, buscando socios para mantener la formación.

En la plaza, como siempre con tres filas de corrales para separar vacas, cabras y ovejas -y este año dos pavos enormes- y caballos, y otra fila en cabecera para los burros, también se colocaron unas jóvenes para celebrar un taller de decoración con lana. Allí enseñaban a los más jóvenes a cardar la lana, a separarla por colores y hasta a realizar cuadros que los críos se podían llevar a sus casas. Pero tras el espectáculo de la feria había algunas caras de preocupación por el futuro de la ganadería en el territorio.

Entre los ganaderos que acudieron a la cita había opiniones dispares, Por un lado, para Juan Ignacio Meabe, ganadero de caballos de monte junto a su mujer, la cría de estos animales está viviendo un cambio positivo. “En este momento el ganado equino sí que vale dinero. Hemos estado muchos años muy mal, se ha matado muchísimo ganado porque no valía nada, y ahora, sin embargo, sí que lo vale. Es lo de siempre, cuando falta es cuando empieza a valer. Esperemos que no pase lo mismo con los ganaderos, que cuando faltemos realmente nos echen de menos”.

relevo generacional Y es que ese es uno de los lamentos de los ganaderos tradicionales, la falta de relevo generacional, porque es una vida dura, en el monte, y los jóvenes no están dispuestos a sufrir ese reto: “Hay muy poquita gente que quiera. Es muy esclavo y tenemos horas altas y bajas y de cara al futuro no vale la pena”. La realidad es que criar a los caballos de monte es muy sacrificado, “le pones mucha ilusión, pero llega un momento que la ilusión no es suficiente porque hay que ganar algo de dinero. Si no es así, ¡mal andamos!”

La carne de caballo de monte tiene un importante mercado en Italia, que es uno de los destinos a los que se dirigen los ganaderos alaveses, “lo que pasa ahora es que andamos atendiendo una creciente demanda en el mercado de aquí, porque estaban muy justos al haberse sacrificado anteriormente muchos animales”.

El caballo de monte fue el animal de carga tradicional en el País Vasco, hasta la llegada de la mecanización en el campo. En ese momento comenzó el declive de su crianza que estuvo al punto de llegar a la extinción si no hubiera sido por algunos ganaderos de Añana y Gorbeialdea, que se empeñaron en abrir mercado.

José Luis Zubizarreta es uno de los pastores de ovejas latxas que ayer llevaron una muestra hasta Izarra. “Este es un negocio en quiebra”, sentenciaba el ganadero. “Queda poca oveja latxa, especialmente de este tipo, que son de carácter morfológico. Valen como hace 30 años, la lana la tenemos que pagar para que se la lleven, la leche también la pagan como hace tres décadas y eso es lo que hay”.

Este pastor opinaba que “dentro de la sociedad en la que vivimos somos un estorbo”. “Aquí tenemos el tema perros y el tema lobos. El tema perros se ha ido de las manos. A esta misma feria iban a venir unas ovejas y anteayer hubo una perrada y mataron a siete ovejas y tres o cuatro estaban heridas con mordiscos. De todas las que trajo el compañero solo le quedaron sanas dos”, se lamentaba.

“Luego tenemos el tema lobos, que también nos está machacando”. Preguntado por la existencia de alguna manada, dijo que “hay los suficientes para que no nos dejen vivir. Últimamente andan dos por aquí, o una loba con crías, que hasta nos limitan la libertad de movimientos en el monte”.

sabor amargo Para el alcalde, Xabier Álvarez de Arkaia, la feria fue un éxito, tras la desapacible jornada de hace un año. “En esta ocasión ha sido un día alegre, ha bajado todo el ganado que estaba previsto y el frontón lo tenemos lleno de puestos con productos locales, de kilómetro 0 y naturales”.

Pero para el alcalde, las malas noticias del ataque de los perros, que por cierto fue leída por al animador-presentador de los actos a petición de los ganaderos, “esos son los problemas del sector primario”. Confirmaba que “hemos tenido la mala suerte con un lote de ovejas latxas que teníamos preparado para la feria, el jueves, cuando un par de perros del pueblo se han escapado y han matado ocho -siete era lo que se comentaba entre ganaderos- de las once ovejas que había.

Además, desde mayo en adelante hemos tenido abundantes ataques de lobo en varias zonas y los ganaderos están con los lobos como en los años 2005, que se empiezan a poner en pie de guerra. En la sierra, de las 6.000/7.000 ovejas que subían ahora escasamente suben 1.000 porque la gente no está dispuesta a que el lobo siga atacando. El lobo es un problema, hay que darle solución”. El alcalde confirmó que ya se ha puesto en contacto con el área foral de Medio Ambiente para buscar soluciones. “En caso contrario el sector se va a morir”, vaticinaba.

Ganadero de caballos de monte.

El alcalde de Urkabustaiz, ante los últimos ataques.