Vitoria - Hay mudanzas que son de aúpa, pero la del matrimonio formado por María Jesús López y José Huerga traspasará fronteras, dados los 118,5 kilómetros que tendrán que superar para traer su casa, de 34 toneladas de peso, a cuestas. Se trata de la distancia que separa Burgos de Abetxuko y es la que a principios de noviembre tendrá que recorrer su vivienda prefabricada, de 100 metros cuadrados, que se están construyendo para poder instalarse en una parcela cerca de la ermita de este barrio-pueblo de Vitoria, en un traslado, que por ser sobredimensionado, tendrá que escoltar la Policía Local desde la autovía.

Todo surgió cuando José dijo basta a tener cada día de tener que subir y bajar las escaleras, porque, como recuerda, el ascensor de su edificio no le podía dejar frente a su piso, sino en una entreplanta. Una tarea que se agravó a raíz de la amputación de su pierna izquierda, lo que le llevó durante un tiempo a usar una silla de ruedas. Es entonces cuando empezó a valorar la idea de cambiarse de vivienda y empezó a preguntar por los precios de la casitas bajas de la calle Cristo. Una idea que descartó enseguida porque el coste final se disparaba del todo, “al precio de la vivienda teníamos que sumar la reforma y el que este tipo de casas no tenía cimentación”, precisa. Pero un día pensaron que lo que más a cuenta podía salirles era la de comprar una parcela y colocar allí su propia casa prefabricada y así empezaron a navegar por intenet. Finalmente, se decantaron por los servicios de una empresa burgalesa, instalada en el polígono industrial de Villalonquéjar, y por un modelo de vivienda de 100 metros cuadrados que con sus tres habitaciones, dos baños, cocina y porche incluido, les ha salido por 126.000 euros, “y viene amueblada”, por lo que dicen que les ha salido más rentable que adquirir una de segunda mano con sus posteriores reformas, y eso que, aparte de ello, han tenido que comprar un solar para instalarla. “Lo mejor es que está adaptada a la silla de ruedas”, subraya Huerga.

La semana que viene irán a Burgos a darle un último vistazo y si dan su luz verde al diseño final, la traerán hasta Abetxuko tras dividirla en dos secciones durante la primera semana de noviembre, justo cuando se cumple un año desde que empezaron a barajar la idea de tener su propia casa prefabricada.

La vivienda. Un matrimonio de Abetxuko ha comprado una casa prefabricada, de planta única y 100 metros cuadrados, con todas sus estancias (cocina, salón, dos baños y tres habitaciones y porche) adaptadas a una silla de ruedas. Tiene clasificación energética de la clase A. Les ha costado 126.000 euros (dentro de este precio no figura el del coste de la parcela) y viene “para entrar a vivir”, al estar amueblada. La han adquirido en una empresa de Burgos y la han podido personalizar a su gusto.

Construcción y traslado. El mes que viene se cumplirá un año desde que empezaron a barajar la idea de comprar un casa prefabricada. Pero la construcción como tal de la vivienda se ha hecho en un mes porque la empresa se encarga de todos los proveedores: carpintería, electricidad. También se encarga de la instalación de la cocina y de proporcionar los muebles (camas, sofás...). Dado el volumen considerable de esta casa, que mide 12,75 metros de largo por 4,80 m. de ancho, la Policía Local de Vitoria va a escoltarla durante el traslado. Vendrá en dos camiones porque cada módulo pesa más de 17 toneladas. Y una grúa tardará entre 2-3 días en instalarla.