Vitoria - Siempre que llega San Miguel, Abetxuko tiene algo que celebrar con motivo de sus fiestas de los Mikelines, pero este año la alegría en este pueblo-barrio de Vitoria es doble, porque dos de sus proyectos más esperados: la rehabilitación energética de su parque de viviendas y la reforma del viejo edificio de El Áncora, con objeto de convertirlo en un proyecto social, han dado pasos de gigante para empezar a hacerse realidad, como cuenta a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, Oskar González, presidente de la asociación vecinal Uribe Nogales, ya que, “en ambos casos hay avances porque los proyectos finales se van a presentar la semana que viene en dos jornadas (martes y jueves). Y lo harán enmarcados en sus programa de fiestas, ya que, como remarca González, el objetivo de los Mikelines es “reactivar Abetxuko en todos los frentes posibles: urbanístico, social y cultural. Ésa es la idea”.

De esta forma, durante la cita del jueves, a las 19.30 horas, los vecinos van a conocer de primera mano en qué consiste esa primera fase de la rehabilitación energética del barrio que, en concreto, va a comenzar por tres portales (1, 2 y 3) de la plaza Mayor, con un total de 42 viviendas, aunque otras comunidades también se han presentado a la nueva convocatoria del Gobierno Vasco.

Si se cumplen los plazos previstos, el portavoz de Uribe Nogales estima que las obras empezarán en unos seis meses. “Antes de medio año tienen que estar poniendo andamios ya porque los vecinos han aprobado el proyecto y el Gobierno Vasco ha concedido ayudas y todo va ya de cabeza. Está todo firmado para que se vaya iniciando todo el proceso. Por eso, la jornada del jueves será muy interesante para los propietarios”, resalta.

La noticia, por tanto, no puede ser mejor para este pueblo-barrio de Vitoria, que lleva desde el 2015 preparando su propio proyecto de rehabilitación integral. “Vamos a iniciar una gran aventura para potenciar el barrio”, señaló González a este periódico. Un par de años después, en 2017, el estudio urbanístico evidenciaba la deficiencias constructivas de su parque residencial, que cuenta con 733 edificios que contienen 1.633 viviendas, de las que el 78% tiene más de 30 años y de las que un 27% tiene más de medio siglo. El objetivo de las aproximadamente 200 encuestas telefónicas realizadas, más las visitas in situ, a cargo de arquitectos de la empresa Erdu, era comprobar si este distrito de Gasteiz podía declararse área degradada para mejorar sus opciones a la hora de conseguir ayudas a la rehabilitación. Y las conclusiones de este informe urbanístico, que forma parte de la rehabilitación enmarcada en la iniciativa Herriberri, fueron demoledoras, ya que sentenció que la mayoría de los problemas de cimentación y aislamiento se encontraban en las viviendas unifamiliares de los años 50, construidas para acoger a los inmigrantes que llegaban para aportar mano de obra a la creciente industria vitoriana. Son 417 casas patio de una o dos plantas, con “problemas de cimentación y de aislamiento, al estar apoyadas directamente en el suelo. Hay también humedades, tejavanas de uralita que habría que ir retirando al tener amianto, y que además provocan que un 40-50% del aislamiento térmico se escape por el techo, lo que supone un incremento del gasto familiar (200-300 euros de media bimensual en los meses fríos)”.

Además de estas casas unifamiliares, los pisos tampoco se libran de los problemas de aislamiento, ni de las grietas, ni de la humedad ni de, sobre todo, fallos de accesibilidad, ya que no son pocos los portales, cuyo acceso principal no está a ras del suelo y que no tienen ascensor.

museo harinero En cuanto al viejo El Áncora, que en su día fue la sede de la antigua panificadora, también han avanzado sus planes por revitalizar este inmueble de cuatro plantas de altura y más de mil metros cuadrados, en desuso desde 2003. No en vano, el martes, en Ekimen Etxea, a las 19.30 horas, en una jornada especial se presentará el proyecto final para este viejo edificio, que finalmente albergará cuatro usos: el proyecto de huertas ecológicas de Basaldea, el museo harinero, los talleres de inclusión social Zubia Gurutzatzen y un salón multiusos en el ático, gestionado por la asociación vecinal. Como detalla González, la iniciativa ya cuenta con un millón de euros que destinará la Diputación y ahora se está a la espera de concretar cuanto pondrán las arcas municipales.

Volver a llenar de actividad y contenido al antiguo y abandonado edificio del Áncora de Abetxuko se convirtió desde 2017 en una de las intenciones del Ayuntamiento de Vitoria mediante conversaciones y contactos con los vecinos del barrio. En concreto, el departamento de Urbanismo, liderado entonces por Itziar Gonzalo, ya comentó entonces la posibilidad de incluir “temáticas vinculadas al cercano proyecto de huertos ecológicos Basaldea”, como un atractivo más para el edificio. La edil jeltzale respondía así a una pregunta de Irabazi para saber las intenciones del equipo de gobierno. Sobre este inmueble se planteó hace unos años un plan de actuación, con 4,5 millones de euros, que no llegó a concretarse. Se trataba de unos talleres de inserción laboral llevados a cargo de los de Abetxuko para recuperar este histórico edificio.

Rehabilitación energética. La primera fase de la rehabilitación energética de Abetxuko comenzará por tres portales de la plaza Mayor, con 42 viviendas. El proyecto final, de esta iniciativa vecinal que se inició en 2015, bajo el nombre Herriberri, se presentará el jueves a las 19.30 horas.

El Áncora. El viejo edificio de la panificadora, que tiene cuatro plantas de altura, albergará cuatro nuevos usos: huertos ecológicos de Basaldea, un museo harinero, talleres de inclusión social de Zubia Gurutzatzen y un salón multiusos. Su proyecto final lo presentará un arquitecto del CEA a los vecinos el martes a las 19.30 horas.

Lo dice Oskar González, presidente de la asociación vecinal.

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Viviendas. Son las que se van a reformar en la plaza Mayor de Abetxuko durante la primera fase de rehabilitación energética.