Vitoria - Teniendo en cuenta que el Estado español se situó en 2018 como el país de la Unión Europea, con el mayor porcentaje de abandono escolar, con un 17,9% de jóvenes de entre 18 y 24 años que no completaron la Educación Secundaria, según la oficina de estadística europea Eurostat, la fundación United Way se ha propuesto acabar con este problema poniendo en marcha un programa llamado Youth Challenge por el que voluntarios de diferentes empresas colaboran con este proyecto en los que se trabajan aspectos como la motivación, la mejora de la autoestima o la inteligencia emocional para que este tipo de jóvenes sean capaces de tomar decisiones sobre su futuro más cercano.

Como explica Marina Fuentes, CEO de United Way, el proyecto se viene celebrando en España desde 2013, “la primera vez que se hizo fue en Puerto Real (Cádiz). Posteriormente se ha venido realizando estos proyectos bajo el paraguas del programa Youth Challenge en Madrid, Getafe y Alcobendas. Aunque estamos en conversaciones con distintas comunidades, entre ellas el País Vasco (donde la tasa de abandono prematuro en educación se situó en el 7%), y para el curso que viene con seguridad seguiremos realizando el proyecto en varios centros de Madrid y Alcobendas, así como en Barcelona”. Como hasta la fecha el proyecto está en una fase piloto, todavía están en conversaciones para poderlo llevar a Álava lo antes posible, “no podemos dar nombres concretos porque todo está en una fase inicial”, aclara Fuentes.

En cualquier caso, Youth Challenge trabaja en institutos con jóvenes de entre 13 y 15 años, una edad crucial para la toma de decisiones sobre sus posibles opciones formativas.

Las sesiones En los centros participantes se hacen sesiones de mentoring, en varios módulos (motivación y autoestima, orientación profesional, emprendimiento y habilidades sociales). “En cada uno de los módulos se llevan a cabo diferentes actividades, liderados por los educadores, para fomentar que los menores descubran sus competencias y habilidades mejorando así su autoestima”, detalla.

A través de pequeños proyectos emprendidos por ellos aprenden a trabajar en equipo, a detectar necesidades de su entorno y darle solución, “trabajando también así su capacidad creativa y capacidad de análisis crítico”. Así, los talleres de habilidades sociales tienen como objetivo mejorar sus competencias comunicativas, empatía, gestión de conflictos... que se trabajan mediante técnicas de roll playing”.

Otro apartado es la orientación profesional, que ofrece a los jóvenes la oportunidad de conocer las salidas formativas que tienen a su alcance y el contacto con voluntarios corporativos les permite también conocer historias de vida y formativas.

También hacen un refuerzo educativo en sesiones de ayuda con los deberes y enseñanza de técnicas de estudio y un taller de autoestima e inteligencia emocional. - A. Salazar