Laguardia - La empresa pública Tragsa ha ido dando forma a la segunda balsa reguladora que estará al servicio del regadío de Rioja Alavesa, a través de un proyecto en el que colaboran la Administración del Estado y la comunidad de regantes de esta comarca. En la actualidad, disimulada por las lomas que van ascendiendo hacia Sierra Cantabria, una gigantesca oquedad abierta con una intensa actividad de grandes excavadoras, se prepara para ser como la que ya está terminada, a apenas 500 metros de distancia. Solo las diferencia el tamaño: la pequeña tiene una capacidad de 200.000 metros cúbicos y la que se construye, diez veces más.

Ambas pertenecen a un antiguo proyecto, de 1997, impulsado por el que fuera alcalde de Laguardia Javier Sampedro, que ha recibido el impulso final después de más de veinte años de preparativos y negociaciones y tras entrar las máquinas ya en la segunda mitad de este decenio por las laderas de la sierra. Se trata, en definitiva, del proyecto Mejora y modernización de los regadíos de Labastida, Briñas, Ábalos, San Vicente de la Sonsierra, Laguardia, Navaridas, Elciego y otros, margen izquierda del Ebro. En total, 5.000 hectáreas, de las que más de 3.600 son de Rioja Alavesa Según el proyecto de obra, la iniciativa contempla la instalación de un sistema de riego formado por dos embalses reguladores (balsas) e instalaciones auxiliares (casetas, galerías y cámara de válvulas), dos tuberías subterráneas de llenado y dos líneas eléctricas.

La que se acomete en este momento es la balsa principal, que se está construyendo semiexcavada, con una cota de coronación de 614,00 metros y una cota de fondo que varía de 599,70 a 594,00 metros, siendo, por tanto, la altura máxima de 20,00 metros. Tendrá una capacidad de 2.147.261,66 metros cúbicos y ocupará una superficie total en planta de 271.682,44 metros cuadrados (27,16 hectáreas). La coronación de la balsa contará con un camino de 2.143,20 metros de longitud y 7 de anchura. Dispondrá de un aliviadero de emergencia con salida al arroyo de San Ginés y de un aliviadero de fondo con vertido al arroyo de San Julián.

Por su parte, la balsa complementaria también se construyó semiexcavada, con una cota de coronación de 657,00 metros y una cota de fondo que varía de 645,00 a 644,50 metros, siendo la altura máxima, por tanto, de 12,50 metros. Esta balsa complementaria tiene una capacidad de 193.484,28 metros cúbicos y ocupa, en planta, una superficie total de 47.734,90 metros cuadrados (4,77 hectáreas). El camino de coronación de la balsa tiene una longitud de 640,38 metros y una anchura de 5, y cuenta con un aliviadero con salida al barranco de Ríoseco. En ambos casos, una vez realizado el movimiento de tierras, se aplica un herbicida de efecto total, no residual, específico contra malas hierbas. Posteriormente, para asegurar la impermeabilidad de las balsas, se instala, en el fondo y en los taludes, una geomembrana de polietileno de alta densidad de 2 mm, de caras lisas, y un geotextil de 385 g/m2, que la proteja del terreno.

Durante la fase de construcción se emplean las superficies de ocupación de las balsas y, luego, los caminos de acceso y de coronación, como parques de maquinaria y zonas de acopio de materiales. Las tierras sobrantes, incluida la tierra vegetal, serán utilizadas, de acuerdo con el plan de gestión de residuos de construcción y demolición incluido en el estudio de impacto ambiental, en el relleno y restauración de tres canteras; en el relleno y nivelación de cinco parcelas; y en el sellado de un vertedero existente; superficies todas ellas ubicadas en el término municipal de Laguardia.

Procedencia del agua La alimentación de las balsas se realizará por gravedad desde la red subterránea existente que transporta agua del río Inglares para la comunidad de regantes. La conexión con las balsas se efectúa mediante dos tuberías subterráneas, una de 179,00 metros de longitud y 700 milímetros de diámetro para la balsa principal y una de 1.110,22 metros y 450 milímetros de diámetro para la balsa complementaria. Las balsas contarán con una tubería de entrada-toma desde el muro sur de la caseta de válvulas hasta su entrada en la balsa, paralela a la cual se instalará el desagüe de fondo.

Cada una de las balsas dispondrá de una cámara de válvulas, que albergará los dispositivos de regulación de entrada-toma, desagüe de fondo y tuberías de drenaje, y de una galería visitable, bajo el dique de la balsa, en la que se alojarán las conducciones de entrada-toma, desagüe de fondo y drenaje, así como un caudalímetro. La de la balsa pequeña ya esta construida y protegida por una valla. Para el abastecimiento de energía eléctrica para los equipos de las balsas, se ha previsto la instalación de dos líneas aéreas de media tensión y dos centros de transformación intemperie de 25 kVA de potencia y 13,2 kV de tensión cada uno. Desde los centros de transformación partirá una acometida eléctrica subterránea hasta el cuadro general de mando y protección, ubicado en cada caseta de válvulas.

La balsa principal contará con una línea eléctrica de 13,2 kV de tensión nominal y aproximadamente 1,04 km de longitud, distribuidos en 8 vanos (9 apoyos), que partirá del apoyo n.º 204 de la línea Elvillar-STR Laguardia, propiedad de Iberdrola, S.A. La balsa complementaria dispone de una línea eléctrica de 13,2 kV de tensión nominal y una longitud aproximada de 1,2 km, distribuidos en 12 vanos (13 apoyos), que sale del apoyo n.º 175 de la línea Samaniego. Para facilitar los accesos se construirán tres caminos de tierra, con cuneta y sin firme asfaltado, para el acceso a diferentes puntos de la balsa principal, de 673,09 metros de longitud total. Además, se tiene previsto la remodelación de un camino existente al norte de la balsa principal, con una longitud de 750,52 metros, y ya se han adecuado dos caminos al noreste y al sur de la balsa complementaria.

El proyecto se localiza en la cuenca hidrográfica del Ebro, al sur de la Sierra de Cantabria, donde nacen los ríos Inglares, Ega y Linares, afluentes del río Ebro. En concreto, las obras se sitúan próximas a los arroyos de San Ginés, de San Julián (afluente del primero) y del Caño (intermitente y afluente del anterior), así como al barranco del Ríoseco, que vierten sus aguas en el río Ebro. Además, en la zona se localizan las lagunas de Laguardia: Prao de la Paúl, Carralogroño, Musco y Carravalseca. Las tres últimas son las lagunas endorreicas mesosalinas más septentrionales de la UE, mientras que la primera, Prao de la Paúl, tiene su origen en un represamiento realizado sobre una antigua zona húmeda similar a las otras tres y recibe agua del arroyo de San Ginés y de la propia cuenca formada.

Estas lagunas, aunque están situadas a más de 850 metros al suroeste de las actuaciones proyectadas, cuentan con figuras de protección que se están controlando para evitar modificaciones a causa de las obras, ya que tienen la categoría de humedal de importancia internacional de la lista Ramsar y biotopo protegido. Además, en el ámbito de actuación, a unos 200 metros al norte de las instalaciones más próximas proyectadas, ya en Sierra Cantabria, está calificada como zona de especial de protección para las aves-sierras meridionales de Álava. Y a más de 7 kilómetros al sur de la zona de obras se localizan los LIC Río Ebro y Sotos y Riberas del Ebro.

A estos condicionantes se añaden otras figuras de protección de interés comunitario como las zonas subestépicas de gramíneas y anuales, prados secos semi-naturales y facies de matorral sobre sustratos calcáreos, donde hay parajes con notables orquídeas; así como el hábitat encinares de quercus ilex y quercus rotundifolia (9340).

Entre las especies de fauna destacan el blenio de río, el visón europeo y el águila-azor perdicera, consideradas en peligro de extinción, así como el avión zapador, el águila real, el alimoche común, el sapo corredor y el barbo colirrojo, entre otras especies consideradas como vulnerables en el mencionado catálogo.