la nueva legislatura cuenta los días para su puesta de largo en los municipios alaveses. El próximo día 15 cada ayuntamiento del territorio, incluido la capital, elegirá a su nuevo alcalde en unos plenos con la decisión ya decantada en muchos casos o con dudas hasta el último momento en otros, en función de las mayorías que salieron de las urnas. Para muchos ayuntamientos, una vez pasen las primeras semanas y el siempre necesario periodo de adaptación, algunas de las cuestiones prioritarias que estarán encima de la mesa tendrán que ver no sólo con lo que tienen por hacer, sino con lo que otros les deben. Inversiones de instituciones con más recursos, como la Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco, que los últimos cuatro años se quedaron sin ejecutar o no pasaron de un simple plan con vistas a ejecutar la próxima legislatura, o sea ahora.
Bien lo saben, por ejemplo, en Zuia, donde a su anterior y próximo alcalde, Unai Gutiérrez, le va a tocar seguir llamando a la puerta de los ejecutivos vasco y alavés para que se activen y solucionen “problemas que siguen igual desde hace ocho años”.
Dos son las inversiones principales que aguardan como agua de mayo. Por un lado, la reforma del colegio de los Padres Paúles por parte del Departamento de Educación del Gobierno Vasco. “Hay un compromiso desde hace más de ocho años. El proyecto de reforma debería estar ya redactado, pero por ahora lo último que sabemos es que prevén que puedan tenerlo a finales de este año”, apunta Gutiérrez. Además, con participación tanto del Gobierno Vasco como de la Diputación alavesa, en Zuia esperan a que la inversión prevista para el abastecimiento de agua en el municipio pise el acelerador de una vez por todas.
“Hace unos diez años, URA, la Agencia Vasca del Agua, redactó un proyecto, ya finalizado, para hacer una balsa. Un proyecto que se ha quedado en el cajón por su elevado coste económico y al que nadie quiere meter mano, mientras la Diputación estableció dentro de su plan marco de abastecimiento que ésta es una actuación a desarrollar entre 2021 y 2024”, lamenta el alcalde de Zuia. Una inversión que ahora “nadie quiere asumir y sigue en el tejado de URA y la Diputación”. A cambio, la infraestructura que en Murgia sí van a poder al menos estrenar a corto plazo será el nuevo centro de salud de Osakidetza. “Ya está encaminado y pendiente de un trámite administrativo para que empiecen las obras a mediados de julio, si todo va según los previsto”, adelanta.
A muchos kilómetros de la cuadrilla de Gorbeialdea, en Laguardia estrenarán nuevo alcalde, sea del partido que sea -PNV y PP dirimen estos días de qué lado caerá la moneda- el próximo día 15. Retirado ya, su exalcalde, Pedro León, conoce mejor que nadie qué inversiones ha dejado pendiente la institución foral alavesa en la zona. Alguna con la participación también del Gobierno Vasco, “como el caso de la A-124, la travesía de Laguardia, donde tuvimos tres fallecimientos, dos de ellos muy seguidos”.
En este caso, la Diputación planteó una inversión de 40.000 euros para ejecutar medidas de calmado de tráfico, mientras el ejecutivo autonómico debe valorar la colocación de un radar y un semáforo con pulsador. En la villa también aguardan a que en la próxima legislatura el gobierno foral alavés active la nueva fase del proceso de reordenación del Casco Histórico, “con una importancia vital por que supone que entre el gas natural a la villa medieval, y mientras tanto la gente está condenada a usar las bombonas de butano”. “La mejor forma de fijar población en un pueblo es cubrir las necesidades mínimas de higiene y bienestar”, recuerda Pedro León.
A medio camino entre Murgia y Laguardia, en el Ayuntamiento de Iruña Oka su alcalde, Javier Martínez, explica que entre los debes de la Diputación Foral de Álava con Nanclares se encuentra la reforma de la plaza Lehendakari Agirre. “Es una pena que no tengamos más inversiones pendientes por su parte”, lamenta.
Finalmente, en el caso de Agurain más que pedir que se cumplan los compromisos adquiridos a su corporación le tocará esta legislatura vigilar que las inversiones no sufran parones o contratiempos, pues según explica el nuevo alcalde, Ernesto Sainz, las grandes actuaciones que Diputación y Gobierno Vasco tenían pendientes ya están en marcha. Por ejemplo, la largamente ansiada nueva depuradora, cuya construcción “se adjudicará antes de vacaciones, bien julio o agosto”. Además, de manos de la institución foral “hay tres actuaciones pendientes de acabar pero que ya se están ejecutando. “Una es la accesibilidad al Casco Histórico, con un ascensor que mediante una pasarela va a comunicar la zona deportiva y el ambulatorio con el Casco Viejo. Otra es la obra de uno de los depósitos de agua del municipio, que no ha tenido buena vejez y ha aguantado menos de lo que debería, y la tercera es la descontaminación de los suelos en la parte pública del ámbito de curtidos”, señala.